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¿Cómo actúan los hoteles para salvar el entorno y la biodiversidad?

Existe un movimiento creciente de alojamientos que no se conforman con apostar por la sostenibilidad, sino que han dado un paso al frente para ayudar a mantener y regenerar la biodiversidad que los rodea. Son ejemplos inspiradores de cómo el sector ha decidido involucrarse con el medioambiente para ser parte activa de la solución ante la emergencia climática.

No es extraño que los huéspedes de Giraffe Manor, en Kenia, se encuentren con una jirafa de Rothschild a la hora del desayuno. Este hotel boutique no se ha conformado con ser un hotel sostenible. Ahora, ha decidido pasar a la acción convirtiéndose en un santuario para esta amenazada jirafa. En la otra punta del mundo, el resort Amanyara, en Providenciales (islas Turcas y Caicos, al norte de Haití y República Dominicana), lleva años involucrado en proyectos de conservación de la flora y fauna, ofreciendo a sus clientes la oportunidad de ser conservacionistas por un día.

Son establecimientos inspiradores que han evolucionado y transformado el ecosistema turístico. "La sostenibilidad suele empezar por la eficiencia energética: si pongo una bombilla LED en enero, en diciembre habré amortizado la compra, y empezaré a tener ahorros; eso los directivos lo entienden enseguida", explica Álvaro Carrillo, director general del Instituto Tecnológico Hotelero (ITH). Es en ese momento cuando son conscientes de que agencias, clientes y touroperadores valoran su esfuerzo para reducir plásticos o emisiones de CO2. Y, entonces, "se animan a contarlo". El tercer punto sería el del empresario que decide trasladar sus valores a su modelo de negocio. Su objetivo no es vender más camas sino "ayudar a dejar un mundo mejor a las generaciones venideras", asegura Carrillo.

El hotel Gaia, formado por 22 estudios, suites y villas de dos dormitorios inmersas en el paisaje de jungla y arena blanca del Parque Nacional Manuel Antonio, en Costa Rica, tiene su propia reserva para la conservación de perezosos, varias especies de monos, iguanas y la guacamaya roja. El Bisate Lodge, que cuenta con seis villas de lujo al lado del Parque Nacional de los Volcanes en Ruanda, participa activamente en la recuperación de los bosques de bambú donde viven los gorilas de montaña y los monos dorados. "Creo que son los hoteles sostenibles pequeños y medianos los impulsores del cambio; conocen y aman sus lugares de nacimiento, y toman la responsabilidad de liderar ese golpe de timón". Esto opina Coralia Pino, responsable del Área de Eficiencia Energética y Sostenibilidad en ITH.

Hoteles sostenibles, un sector en auge

"Todavía son pocos los hoteles que han pasado a la acción, pero empiezan a verse", afirma Celina Álvarez, fundadora y directora de la consultora ambiental Sostenible XXI. Álvarez pide "no empezar la casa por el tejado". De hecho, considera que antes de emprender acciones de puertas para fuera conviene conocer y trabajar el nivel de sostenibilidad primero en la propia empresa. Esto implica un cálculo y reducción de impactos ambientales, políticas de recursos humanos, evaluación y colaboración con proveedores. "Hay requisitos a cumplir que muchas veces se desconocen hasta que se implanta un sistema de gestión ambiental o de RSC", reflexiona.

Antes de embarcarse en 2014 en un convenio de colaboración con la Consellería de Medio Ambiente para recuperar y promocionar la Reserva Natural de la Albufereta, un espacio protegido en Mallorca, el PortBlue Pollentia Resort & Spa contaba con la certificación ambiental ISO 14001, la verificación europea EMAS, y la certificación de sostenibilidad Travelife. Según Celina Álvarez, las certificaciones son una buena manera de acreditar los compromisos ESG (medioambiental, social y gobernanza según sus siglas en castellano) de una empresa, y garantizar la medición, evaluación y alcance progresivo de objetivos de sostenibilidad.

Al Turtle Beach Resort, en Barbados, con certificado Green Globe, lo llaman Tortuga Club porque estos reptiles acorazados copan buena parte de las actividades: desde ayudar, con linternas, a las tortugas marinas recién nacidas a regresar al océano, hasta participar en limpiezas de playas. Misool Eco Resort, en una isla privada de Indonesia, con Blue Certified (eco-etiqueta para el sector del submarinismo), se dedica a la conservación de una reserva costero-litoral en la que ni se pesca ni se caza ni se extraen recursos.

Otro ejemplo del compromiso con el entorno es The Excellence Collection. Entre las líneas de protección medioambiental del grupo turístico mexicano, está la participación en el Programa de Protección de Tortugas a través de una alianza con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). Para contribuir con el mantenimiento de esta especia en la Riviera Maya, han construido un corral tortuguero en la playa del hotel Excellence Riviera Cancún, donde se conservan y protegen los huevos de la tortuga hasta que eclosionan y se liberan con apoyo de los huéspedes.

Existe un movimiento creciente de alojamientos que no se conforman con ser sostenibles, sino que han dado un paso al frente para ayudar a mantener y regenerar la biodiversidad que los rodea.

La conversión del sector hotelero: de lo convencional a lo sostenible

Álvarez comenzó a trabajar en sistemas de gestión ambiental en torno al año 2000. En aquel momento, las empresas turísticas se animaban a certificarse gracias a líneas de ayudas o subvenciones existentes, o porque estaban cerca de espacios naturales y formaba parte del concepto de la marca. Hasta que en 2008, ese 'in crescendo' se estancó por la crisis. "A partir de 2014 la tendencia volvió al alza, porque vinieron años buenos para el turismo, el mercado se dio cuenta de la importancia de la RSC y los grupos de interés, incluidas las administraciones, empezaron a valorarlo", afirma.

También hubo un cambio generacional en el empresariado que pudo ayudar. "Creo que no me equivoco mucho si digo que entre el 20% y el 25% de la planta hotelera solo de Baleares tenía certificaciones de sostenibilidad o estaba trabajando en ellas", subraya. La crisis provocada por el COVID-19 supuso un nuevo "parón en seco", lamenta.

Aún así, "el 90% de los hoteles que ya habían consolidado la Responsabilidad Social Corporativa en su filosofía ha mantenido sus compromisos y seguro volverán a abrir el camino para todo el sector", destaca Álvarez, quien asegura no ver tanto greenwashing en los últimos años. "La mayoría de proyectos se lanzan porque los empresarios creen en ellos", insiste.

"El turismo con frecuencia ha dañado la biosfera, los paisajes, la fauna, la flora”, reflexiona Víctor Viñuales, director ejecutivo de ECODES (Fundación Economía y Desarrollo). “Sin embargo ahora hay un movimiento creciente de establecimientos hoteleros y de empresas turísticas que quieren hacer negocio a favor de la naturaleza, como la protección de animales en peligro de extinción y no en su contra. Antes se trataba de no dañar a la naturaleza, ahora se trata de regenerarla. Esa es la tarea: construir una economía que haga las paces con la naturaleza".