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¿Cómo cuido a mis padres? Creando una ‘startup’

España es uno de los países más envejecidos del mundo. Esta es la historia de tres emprendedores que se enfrentaron a la falta de soluciones para sus familias recurriendo a la tecnología para cuidar a los mayores.

Día del padre

Lucía Saborido abandonó su puesto fijo de enfermera en la sanidad gallega para montar una startup cuando su madre falleció y su padre sufrió un ictus. Iñaki Bartolomé se interesó en plataformas accesibles para mayores cuando vio que no podía compartir las fotos de sus hijos con sus padres. Adrià Buzón puso en marcha un marketplace de cuidadores después de que su socio no encontrase a ningún profesional para atender a su madre con alzhéimer.

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El CEO de Cuideo (a la derecha) con el equipo de la startup

Los tres emprendedores han desarrollado tres modelos de negocio muy diferentes, aunque a todos les une la necesidad de solucionar un problema que estaban sufriendo directamente.

“No estamos mirando a nuestros mayores, estamos mirando a nuestro futuro”. La gallega Lucía Saborido fundó hace 10 años el proyecto Saraiva en Pontevedra. Impulsado por el programa Momentum Proyect de BBVA, hoy factura un millón de euros, tiene una plantilla de 52 trabajadores y atiende a 300 mayores en Pontevedra. En Saraiva, explica la emprendedora social, “se intenta cuidar a los mayores sin paternalismo”. Por ello, viven en pisos compartidos -siempre atendidos por profesionales sanitarios, parcialmente o las 24 horas, según el grado de enfermedad- y tienen flexibilidad de horarios tanto ellos como sus familias.

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Lucía Saborido, fundadora de Saraiva

Flexibilidad es lo que busca Adrià Buzón con Cuideo - que puso en marcha junto a Roberto y Alejandro Valdés-, un marketplace que nació en febrero de 2016 en Barcelona y acaba de desembarcar en Madrid. Apenas ha cumplido un año y está cerrando una ronda de "más de 400.000 euros" para seguir desarrollando la plataforma que pone en contacto a cuidadores profesionales y familias.

Todo comenzó cuando uno de sus socios no encontró en el mercado ninguna solución para ocuparse de su madre, que sufre alzhéimer. “Necesitaba a un profesional determinadas horas del día y fue imposible”, relata el emprendedor catalán de 29 años.

La web Cuideo es un marketplace que pone en contacto a familias con cuidadores. Tienen dos modelos: uno en el que el cliente paga por horas -la plataforma se queda con el 25% del precio pactado- y otro en el que actúan como intermediarios y organizan todo el papeleo cuando la familia quiere contratar a un cuidador de forma permanente -la gestión cuesta 300 euros-.

Buzón explica que la parte de la plataforma más sensible es la base de datos de los cuidadores: “Sólo el 17% supera nuestro proceso de selección. Analizamos toda la documentación que nos pasan, nos ponemos en contacto con otras familias con las que están trabajando…”. Una vez que pasa la criba, los trabajadores de Cuideo -seis en Barcelona y dos en Madrid- ya pueden ponerle en contacto con una de las familias. Actualmente la red está formada por 2.000 profesionales y 150 han trabajado ya con diferentes mayores en el año de vida de la plataforma.

El vasco Iñaki Bartolomé es el CEO de Ideable, la empresa desarrolladora y comercializadora de Kwido, la plataforma en la que los mayores pueden desde realizar videoconferencias con sus médicos de una forma sencilla hasta estimulación cognitiva siguiendo diferentes juegos desde sus casas o desde residencias con la ayuda de los cuidadores, que introducen los datos desde las tabletas. Los médicos pueden ver en tiempo real si hay algún deterioro cognitivo o psicológico.

“Abandonamos las consultas en papel y damos a los mayores un papel activo”, destaca Bartolomé, que insiste en la necesidad de una “tecnología accesible para todos” y la monitorización de la salud por el mismo paciente para prevenir enfermedades.

Los tres emprendedores coinciden en que la tecnología está revolucionando la forma de vida de los mayores en sus últimos años de vida. “La tecnología está permitiendo que vivamos de forma activa, que podamos seguir siendo nosotros mismos a cualquier edad”, destaca Saborido, que concluye: “Estos proyectos son también para nosotros”.

Y es que España, no hay que olvidarlo, es un país envejecido como reflejan los datos del INE: en 2050 prevé que España cuente con 17 millones de personas mayores de 65 años, ocho millones más que en la actualidad.