¿Qué es el Internet de las cosas y por qué será tendencia en 2015?
El Internet de las cosas apunta a ser una de las grandes tendencias este 2015. Una tecnología capaz de conectar cualquier tipo de dispositivo a una red, comunicarse y realizar acciones. Este año llegará a nuestras manos sin darnos cuenta ya que una de sus claves es ser invisible para la mayoría de nosotros.

Cada cierto tiempo una nueva tendencia tecnológica ve la luz. Siempre hay alguna innovación en boca de los expertos en la materia y el fin del ciclo de influencia de un servicio o una tecnología resulta inevitable. Lo hemos vivido con los televisores, la telefonía y este año lo que más vamos a escuchar es el Internet de las cosas.
Detrás de este nombre se esconde un gran abanico de posibilidades auspiciadas por uno de los cambios más importantes que hemos vivido en los últimos años: la conectividad. Hemos creado un montón de dispositivos capaces de comunicarse entre sí pero ahora hay una misión más grande y ambiciosa: darle esta capacidad a todos los objetos que nos rodean y han permanecido, hasta ahora, en silencio.

¿Qué es el Internet de las cosas?
El Internet de las cosas es una tendencia que busca la conexión entre todo tipo de dispositivos partiendo de la base de las infraestructuras de comunicación utilizadas a día de hoy. Si la famosa red de redes se basa en un montón de ordenadores conectados entre sí, este concepto quiere abordar la misma idea pero con objetos de todo tipo.
Cada dispositivo, como en Internet, tiene una dirección que lo identifica en la red y lo hace único. Sus sensores no solo permitirán comunicarse sin más sino que también se podrán enviar instrucciones para realizar acciones sencillas que, en conjunto, sean capaces de aportar valor y automatizar un montón de procesos.
Dicho así puede sonar un poco abstracto pero si lo bajamos a tierra nos encontramos con la implantación de conectividad a dispositivos que hasta ahora no la tenían con el objetivo de transmitir información a otros y utilizar estos datos con diferentes fines.
Pensemos por ejemplo en una autopista llena de coches. Cada uno de ellos con un juego de sensores que les permita comunicarse con otros coches cercanos al momento: compartir su posición, avisarnos cuando realicen una maniobra o simplemente que, los que hay más adelante, avisen cuando se trata de un accidente. Algo que hasta entonces se hacía de forma analógica, ahora se hace de forma conectada.
Si lo llevamos al hogar, supondrá el paso definitivo a la domótica: controlar el termostato de casa desde el móvil, vigilar nuestra casa a distancia o establecer patrones para automatizar el consumo de energía y reducir la factura de la luz. Pequeños procesos que en conjunto demuestran el potencial y el valor real del Internet de las cosas.
Su uso no solo está limitado al consumo: en las empresas tendrá un rol muy importante. Pensemos por ejemplo en los establecimientos que nos podemos encontrar en un centro comercial. Cada uno de ellos está equipado con un sensor que es capaz de saber quiénes pasan por delante de su tienda. Si los reconoce como clientes anteriores, les podrá enviar ofertas y promociones personalizadas.
Por no contar todo el valor de analítica y de big data que puede ofrecer el Internet de las cosas: una autopista llena de coches conectados puede servir a las administraciones para redireccionar el tráfico en caso de atascos o a los comercios de conocer mejor a sus clientes cuando entran a la tienda.
Sus posibilidades son inmensas y su coste de implementación es tan pequeño que modificar los dispositivos actuales para que se conecten entre sí solo necesitará algo tan sencillo como introducir un chip de radiofrecuencia o NFCpara aportar la conectividad básica. Sin olvidarnos, claro, de otros protocolos como Bluetooth o WiFi.
¿Por qué es la gran tendencia a seguir este año?
Tras varios años en desarrollo, 2015 será cuando veamos crecer esta tecnología y llegar a lo más alto. Para analistas como IDC será uno de los sectores que más crezca: de aquí a 2020 conectaremos mil millones de dispositivos nuevos, lo que generará un total de miles de millones de dólares de negocio.
No solo lo dicen los analistas: las grandes compañías de tecnología están apostando fuerte por ella y este año en los discursos de Samsung, LG, Sony o Microsoft, nos topamos con la palabra y los movimientos que están haciendo en esta dirección.
En 2015 vamos a vivir un momento de eclosión donde las empresas pequeñas también van a tener mucho que decir, ya que serán ellas las que aporten nuevas ideas para conectar objetos y que les saquemos provecho. Ya hemos visto algunos ejemplos con tecnologías sencillas de domótica, pero algunas empresas como Xerox ya tienen infraestructuras articuladas muy interesantes.
La capacidad para interconectarse con todo tipo de dispositivos hace que sea un negocio muy flexible. No habrá tecnologías propietarias y todo se basará en estándares compartidos con todos por lo que crear una red será mucho más fácil y polivalente, dando oportunidades por igual a todos los que se quieran unir.
Por consiguiente, esto se traducirá en la creación de nuevos negocios. Empresas ya conocidas creando nuevos equipos centrados en el Internet de las cosas y compañías pequeñas apareciendo para crear necesidades más específicas. El Internet de las cosas es la próxima gran tendencia y en los próximos meses veremos un montón de aplicaciones.