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Ocho ejemplos prácticos de cómo aplicar el lenguaje inclusivo al hablar o escribir

Las palabras no son solo una interpretación del lenguaje que utilizamos, sino que constituyen un pequeño pero poderoso gesto, que puede cambiar la forma en la que nos comunicamos. Dado que en muchas ocasiones no existe una intencionalidad de discriminar cuando nos expresamos, el lenguaje inclusivo trabaja para desmontar y analizar aquellas cosas que damos por normales o habituales.

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Avanzamos hacia la igualdad desde muchos ámbitos, y entre las herramientas más eficaces en la construcción de una sociedad más igualitaria e inclusiva se encuentran el lenguaje y la comunicación, aspectos que influyen casos tan concretos como la redacción de las ofertas de trabajo. Más allá del desdoblamiento de género, y de utilizar en nuestro discurso expresiones como nosotros y nosotras, el lenguaje inclusivo busca integrar a todos los colectivos, en la manera en la que hablamos y en la que escribimos.

¿Cómo podemos encontrar el equilibrio entre la economía del lenguaje y el lenguaje inclusivo?

Uno de los pilares transformadores de BBVA es entender la diversidad en un sentido amplio. Para ello, la entidad ha incorporado la diversidad y la inclusión como objetivo de negocio. Un tema desde el que se trabaja de la mano de grupos de empleados y empleadas que de manera voluntaria se implican para mejorar la diversidad en el banco.

‘Move for equality’ es uno de los primeros grupos de trabajo que se formó para impulsar la diversidad de género en la organización y fomentar el talento femenino. En una de sus actividades recientes, Marta Salas, investigadora en el laboratorio de BBVA Next Technologies, impartió una charla para compartir consejos y recomendaciones para conseguir una interpretación del lenguaje más amplia, y en la que reflexionó sobre el poder de las palabra como palanca del cambio.

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Bajo el título ‘Hackeando el lenguaje para que sea inclusivo’, Salas define el término de lenguaje inclusivo como “el uso igualitario de las palabras, que de forma consciente pretende fomentar una imagen equitativa y no estereotipada de las personas a las que se dirige o se refiere”.

¿Cómo podemos llevarlo a la práctica?

Estos son algunos ejemplos y consejos expuestos para empezar a implementar un lenguaje más inclusivo:

  • Evitar mostrar a las mujeres como apéndice de los hombres. En lugar de decir “los migrantes y sus familias”, utilizar “la población migrante”.
  • No equiparar a la mujer con la infancia. En lugar de decir “fallecieron 10 personas, entre ellas 3 mujeres y 2 niños”, utilizar “fallecieron 10 personas; 5 hombres, 3 mujeres y 2 niños”.
  • Simetría en el tratamiento. Preguntarse si es una cualidad relevante en su contexto y utilizar la misma construcción para un hombre que para una mujer. No hacer referencia al físico o a la condición sentimental de una mujer, si no lo haces igualmente con un hombre.
  • Desmontar estereotipos. “Las mujeres de la limpieza”, por “el personal de limpieza”.
  • Usar sustantivos genéricos. “Es un gran logro para el hombre” por “es un gran logro para la humanidad”.
  • Utilizar pronombres neutros. “Al interesado” por “a quien le pueda interesar”.
  • Sustituir ser por estar. “Estamos comprometidos con este proyecto” por “tenemos un compromiso con este proyecto”.
  • Eliminar artículos y/o pronombres. “Si mandas un mensaje a alguien, él puede verlo” por “si mandas un mensaje a alguien, puede verlo”.

¿Por qué es bueno comenzar a realizar estas buenas prácticas en el día a día?

Tal y como mencionó Marta Salas al finalizar el coloquio, el uso del lenguaje inclusivo, no solo contribuye a que la sociedad y las organizaciones sean más abiertas, sino que a nivel individual reporta beneficios como evitar la discriminación, ampliar la conciencia de género y trabajar el uso del lenguaje para hacerlo más rico. “No te quedas con lo primero que te viene a la mente, sino que buscas las alternativas para mejorarlo”, argumenta.

Para BBVA, una plantilla con diferentes formas de ver el mundo atenderá mejor las particularidades de todos los clientes y será capaz de ofrecer un mejor servicio al conjunto de la sociedad. Y la comunicación y el lenguaje es una de las principales vías para lograr este nuevo paradigma.