"BBVA y la voz empresarial española en Europa"
La Cámara de Comercio de España, bajo el liderazgo de su presidente, José Luis Bonet, y su directora general, Inmaculada Riera, organizó el pasado viernes un encuentro con la vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera. John Rutherford, responsable global de Relaciones Institucionales de BBVA, en su rol como presidente de la Comisión de Asuntos Europeos de la Cámara de Comercio de España, fue el encargado de moderar y dinamizar el encuentro que propició un diálogo enriquecedor entre la alta representante europea y el tejido empresarial sobre los desafíos europeos en el capítulo de sostenibilidad y competitividad, en el marco de un contexto geopolítico cambiante e incierto.

Europa afronta hoy una encrucijada histórica marcada por la urgente cuádruple transición, verde, digital, social y de seguridad. En medio de la incertidumbre geopolítica global, la Unión está llamada a tomar firmemente las riendas para redefinir su propio futuro.
Esta nueva etapa política, definida por la Brújula de Competitividad - que recoge y desarrolla muchas de las recomendaciones formuladas por los informes de Mario Draghi ‘El Futuro de la Competitividad Europea’ y Enrico Letta ‘Mucho más que un mercado’ que han servido para definir la hoja de ruta económica del nuevo ciclo político europeo (2024-2029) - exige que Europa se consolide, no sólo como un mercado integrado, sino como un actor global resiliente y sostenible.
Esto implica proteger su prosperidad, garantizar su cohesión social y asegurar su autonomía estratégica. Para el logro de estos objetivos, resulta imperativo profundizar y potenciar las alianzas estratégicas entre el tejido empresarial —motor de la innovación y el empleo—- y las instituciones públicas.
La Cámara de Comercio de España, a través de su Comisión de Asuntos Europeos, actúa como puente imprescindible, junto a las comisiones sectoriales, para que las políticas públicas reflejen las necesidades reales de nuestra economía productiva. Nuestra misión es doble: acercar las políticas europeas al empresariado y trasladar las propuestas y preocupaciones del empresariado a Bruselas.
El liderazgo de BBVA en este tipo de iniciativas refleja la profunda vocación europea del banco, su compromiso con la sostenibilidad y su visión a largo plazo sobre la competitividad y la transformación industrial del continente.
Bajo la presidencia del BBVA, la Comisión de Asuntos Europeos ha reforzado su dimensión propositiva, impulsando encuentros de alto nivel con responsables europeos y formulando documentos estratégicos como el informe ‘La oportunidad de reforzar Europa’, elaborado en el marco de la presidencia española del Consejo de la Unión Europeo en el segundo semestre de 2023, que reunió 30 propuestas empresariales en materia de competitividad, sostenibilidad, digitalización y autonomía estratégica.

La vicepresidenta Teresa Ribera junto a John Rutherford, responsable global de Relaciones Institucionales de BBVA. - Cámara de Comercio de España
Como parte de esta labor de interlocución y diálogo, la semana pasada recibimos a la vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, Teresa Ribera. La sesión propició un diálogo enriquecedor entre la alta representante europea y el tejido empresarial sobre los retos que enfrenta Europa en su proceso de descarbonización sin menoscabar su base industrial ni su liderazgo económico global.
A pesar de la incertidumbre del contexto geopolítico actual, Ribera se mostró optimista señalando que Europa tiene ante sí “grandes oportunidades y fortalezas” para conseguir sus objetivos. Pero advirtió que es la hora de dar un “salto cualitativo” que conlleva trabajar en un doble frente: la agenda doméstica avanzando hacia una mayor integración del mercado único y la agenda externa a través de la redefinición de su política comercial.
En su intervención, la vicepresidenta destacó seis ejes estratégicos, desde la transformación geopolítica global y la rivalidad tecnológica entre EE. UU. y China, hasta la centralidad de la sostenibilidad como motor de competitividad y la necesidad de un mercado único más integrado y un mercado de capitales más fuerte, clave para financiar nuestra innovación.
El Pacto Industrial Verde se erige como el instrumento clave para acelerar la descarbonización y modernización del tejido industrial europeo. Entre sus cometidos, se encuentra fomentar la producción de tecnologías limpias, reducir nuestras dependencias del exterior y establecer un marco común y coherente que garantice igualdad de oportunidades entre países y sectores.
Para la vicepresidenta Ribera, la discusión no se centra en si debemos avanzar hacia la neutralidad climática asegurando que los objetivos del Pacto Verde “siguen adelante”, sino en “cómo encajar las piezas de la manera más eficiente” apoyando a nuestras Pymes para que nadie se quede atrás en esta transición. Desde el banco apoyamos esta visión, ya que entendemos que la sostenibilidad y la competitividad no son objetivos opuestos, sino complementarios, y, por tanto, el éxito del modelo europeo dependerá de su capacidad para combinar su ambición climática, inclusión social e innovación tecnológica.
En el diálogo posterior abierto con el sector empresarial, Ribera dio respuesta a algunas de las preocupaciones que fueron trasladadas por los presidentes de las comisiones sectoriales: Federico Ramos (Economía Circular); Isabel Puig (Pymes) y Patxi Calleja (Energía). Sus preguntas se enfocaron en los ejes prioritarios de la competitividad europea: economía circular, la simplificación administrativa, fortaleza industrial de las Pymes y el acceso a financiación europea. En este sentido, se trasladó la urgencia de seguir avanzando en la simplificación regulatoria, y se destacó la importancia de continuar dando apoyo a las Pymes a fin de lograr su plena integración y evitar que la transición verde se convierta en un freno a su crecimiento.
Estamos ante un momento decisivo, la Unión Europea no puede permitirse el estancamiento. La transición limpia, justa y competitiva sólo será posible si el sector público y el privado actúan como socios estratégicos, cada uno asumiendo su parte del compromiso. Es un esfuerzo compartido para construir una Europa más fuerte, unida y preparada para liderar el futuro.