Activos ‘tokenizados’: así se digitaliza una acción, un depósito… o un edificio
Acciones, obras de arte, propiedades inmobiliarias… prácticamente cualquier activo puede tener ya su versión digital. La ‘tokenización’ está transformando la forma de invertir, al permitir fraccionar activos reales en ‘tokens’ que se pueden comprar o vender en cuestión de segundos, con transparencia y sin intermediarios. Pero, ¿cuáles son los pasos que hay que seguir para convertir el valor del mundo físico en un equivalente digital?
Un activo ‘tokenizado’ es una representación digital, única y segura, del valor de un activo real. Es decir, actúa como un representante que mantiene el valor y los derechos del activo, pero opera en una red ‘blockchain’ donde todas las transacciones quedan registradas automáticamente. Entre sus ventajas están:
- La transparencia y trazabilidad: todo queda registrado de forma automática en la ‘blockchain’.
- La propiedad fraccionada: se puede poseer solo una parte del activo.
- Transferencias más ágiles: casi instantáneas y sin intermediarios.
Por este motivo, cada vez más bancos, empresas y reguladores están explorando cómo convertir no solo el dinero, sino también acciones, bonos, arte o bienes inmobiliarios en ‘tokens’.
Por ejemplo, una acción puede transformarse en 100 ‘tokens’, cada uno equivalente a una centésima parte del título original, o un depósito bancario puede convertirse en un ‘token’ que representa euros depositados en una cuenta regulada. En el sector inmobiliario, la ‘tokenización’ está permitiendo a los inversores comprar participaciones de edificios, operar en mercados secundarios que están siempre disponibles y recibir rentas que se distribuyen automáticamente a través de un ‘smart contract’.
Cómo ‘tokenizar’ un activo, paso a paso
1. Identificar el activo
Se define qué valor se va a representar digitalmente, qué cantidad se emitirá y las reglas que guiarán su uso. Es esencial elegir un activo que esté legalmente registrado y custodiado por una entidad que lo respalde, de modo que cada ‘token’ tenga una correspondencia real. Por ejemplo, las acciones de una empresa.
2. Elegir la red ‘blockchain’
La elección de la red es clave para definir cómo se crearán y gestionarán los ‘tokens’. Debe tratarse de una plataforma segura, eficiente y compatible con los estándares del mercado, como los que sigue por ejemplo Ethereum con sus ‘tokens’ ERC-20 o ERC-721.
También hay que valorar factores como el coste y la velocidad de las transacciones, el ecosistema de herramientas y billeteras disponibles y el grado de cumplimiento regulatorio o permisos que ofrece cada red, especialmente cuando se trabaja con activos financieros reales.
3. Creación de un ‘token’
Deberá estar asociado a un contrato inteligente. Este ‘smart contract’ establecerá las condiciones bajo las que va a operar, como los derechos de propiedad de la acción, el pago de dividendos o los derechos de voto en la junta de accionistas.
4. Conexión con el mundo real
Para mantener el vínculo con la acción real, el contrato inteligente se apoya en ‘oráculos’, sistemas que introducen en la ‘blockchain’ datos verificados del mundo real, como el valor o la titularidad actuales de la acción, para que el ‘token’ esté siempre actualizado. Estos oráculos garantizan que lo que ocurre a la acción real se refleje fielmente en su representante digital; sin ellos, el ‘token’ podría dejar de representarlo: por ejemplo, si una acción se vende o un depósito se retira, pero el ‘token’ sigue existiendo.
5. Registro
Cada ‘token’ debe ser registrado en la cadena de bloques para garantizar su integridad, inmutabilidad y trazabilidad. Este registro permite verificar en cualquier momento quién posee el ‘token’ de la acción y cómo ha cambiado de manos. Cuando llegue el momento de la liquidación, el ‘smart contract’ la ejecutará de forma automática y segura.
6. Distribución
Los ‘tokens’ de la acción ya están listos para ser distribuidos en un mercado digital, en el que los inversores podrán comprarlos, venderlos o intercambiarlos usando una billetera digital. Es crucial asegurarse de que tanto la emisión como la negociación de los ‘tokens’ cumplan con las regulaciones financieras de la jurisdicción donde opera la empresa. Esto garantiza la legitimidad del proceso y la protección de los inversores ante cualquier eventualidad.
7. Supervisión y cumplimiento
Con los ‘tokens’ ya en circulación, deben mantenerse controles de cumplimiento continuos, como auditorías o verificaciones legales, y actualizar el contrato inteligente si cambian las condiciones de la acción o la normativa aplicable.
Hacia un mercado digital sin fronteras
La ‘tokenización’ nos acerca a un escenario en el que los activos puedan moverse con fluidez entre distintas plataformas y jurisdicciones, con marcos legales comunes que protejan a los inversores y aporten confianza al sistema. Para hacerlo posible, será necesario desarrollar unos estándares comunes, una infraestructura tecnológica robusta y una colaboración constante entre bancos, entidades reguladoras y empresas tecnológicas.
De este modo, los activos ‘tokenizados’ no solo transformarán la forma de invertir, sino también cómo entendemos la propiedad, la liquidez y el valor en la economía digital.
Preguntas frecuentes sobre activos tokenizados
¿Qué es un activo tokenizado?
Es la representación digital, única y segura, del valor y los derechos de un activo real que opera en una red ‘blockchain’. Actúa como “representante” del activo físico y registra todas las transacciones de forma automática para aportar trazabilidad e integridad.
¿Qué ventajas ofrece la tokenización?
Transparencia y trazabilidad (todo queda registrado en la cadena), propiedad fraccionada (puedes poseer una parte del activo) y transferencias más ágiles casi instantáneas y con menos intermediarios. Estas ventajas permiten ampliar el acceso a la inversión y mejorar la eficiencia operativa.
¿Qué tipos de activos se pueden tokenizar?
Acciones y bonos, depósitos bancarios, arte u obras de colección, e inmuebles. En todos los casos, el ‘token’ mantiene una correspondencia con el activo real y sus derechos económicos o políticos, siempre bajo custodia y respaldo adecuados.
¿Cuáles son los pasos para tokenizar un activo?
1) Identificar el activo y reglas de emisión; 2) Elegir la red ‘blockchain’; 3) Crear el ‘token’ y su ‘smart contract’; 4) Vincular a un oráculo; 5) Registrar en la cadena; 6) Distribuir en un mercado digital; 7) Mantener supervisión y cumplimiento continuos. Este flujo asegura el vínculo con el mundo real y la operativa regulada.
¿Qué papel tienen los ‘smart contracts’?
Definen y ejecutan automáticamente las condiciones de uso del ‘token’: derechos de propiedad, pago de dividendos, derechos de voto o liquidaciones. Al programar las reglas en el contrato, se reduce la intervención manual y se gana seguridad en la ejecución.
¿Qué es un oráculo y por qué es clave?
Es el sistema que introduce en la ‘blockchain’ datos verificados del mundo real (valor, titularidad, eventos corporativos). Así se mantiene sincronía entre el activo físico y su representación digital; sin oráculos fiables, el ‘token’ podría dejar de reflejar cambios en el activo real.
¿Cómo se negocian y qué requisitos regulatorios aplican?
Los ‘tokens’ se distribuyen en mercados/plataformas digitales donde los inversores pueden comprarlos, venderlos o intercambiarlos mediante billeteras digitales. Es esencial que la emisión y la negociación cumplan las regulaciones de la jurisdicción correspondiente para garantizar legitimidad y protección al inversor.
¿Qué aporta el registro en la ‘blockchain’?
Garantiza integridad, inmutabilidad y trazabilidad de la titularidad y del historial de operaciones del ‘token’. En la liquidación, el contrato inteligente puede ejecutar automáticamente el traspaso, reduciendo tiempos y errores.
¿Qué controles deben mantenerse tras la emisión?
Controles de cumplimiento y auditorías periódicas, verificaciones legales y actualizaciones del ‘smart contract’ si cambian las condiciones del activo o la normativa. Esto sostiene la confianza del mercado y el alineamiento regulatorio a largo plazo.