"Semana del Clima Nueva York 2025: seguimos teniendo sostenibilidad para rato"
El director global de Inteligencia en Sostenibilidad de BBVA, Antoni Ballabriga, comparte las principales conclusiones de la Semana del Clima de Nueva York 2025, en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, que se consolida como el mayor encuentro global para impulsar la sostenibilidad junto a las COP.

Hace un año hacía balance de la Semana del Clima de Nueva York en una tribuna de opinión y mi titular era que “teníamos sostenibilidad para rato”. Pues bien, el mundo ha cambiado radicalmente como todos sabemos en estos últimos doce meses. Y aunque pudiera parecer lo contrario, la edición de este año no ha hecho más que corroborar ese titular que en mi opinión sigue hoy totalmente vigente.
Con más de 1.000 eventos y 100.000 asistentes, la New York Climate Week 2025 ha sido la más grande hasta la fecha. Y mientras en 2024 hablaba de la sostenibilidad en evolución hoy afirmo que estamos ante una sostenibilidad en transformación, una sostenibilidad como imperativo empresarial que es imparable.
A lo largo de dicha semana he tenido el privilegio de asistir a numerosas sesiones y reuniones que me han permitido constatar cinco dinámicas profundamente transformadoras.

La primera es la transición de ver la acción climática simplemente como "lo moralmente correcto" a reconocerla como una decisión económica estratégica. Esta perspectiva enfatiza los beneficios tangibles para las empresas, incluyendo la reducción de los gastos de energía, una mayor resiliencia y una mejor gestión de riesgos, alineando así la gestión ambiental con el interés económico. Durante dicha semana en Nueva York compartimos con muchas empresas líderes y este replanteamiento está siendo crucial para acelerar la adopción de prácticas sostenibles. El elemento común de todas ellas es visualizar el momento actual como una oportunidad para reforzar sus apuestas de negocio sostenible de forma diferencial y como una fuente de ventaja competitiva.
En segundo lugar, he podido constatar que seguimos teniendo ante nosotros un ciclo inversor sin precedentes a lo largo de las próximas décadas y que afecta a la práctica totalidad de sectores. Necesitamos invertir más que nunca en generación de energía contemplando un mix que combine descarbonización, seguridad y asequibilidad. Invertir en infraestructuras, en una mayor red eléctrica más resiliente y capaz de asumir la electrificación de nuestra economía. Invertir en innovación para transformar los modelos productivos en sectores intensivos en emisiones.
"Esto es más serio y fuerte que nunca"
Y el sector financiero juega un papel fundamental en este proceso de inversión global imparable. Lo que hemos podido ver en Nueva York más que nunca es la importancia de recalibrar el rol del sector bancario en la transición. La expectativa de que los bancos por sí solos pueden liderar la acción climática es profundamente miope como afirma el prestigioso centro de investigación sobre energía RMI en su reciente publicación, Recalibrating the Role of Banks in the Energy Transition. Es preciso incorporar las dependencias que configuran cada decisión financiera y empresarial. Para que las inversiones en descarbonización por parte de las empresas se realicen es necesario que tengan sentido económico y sean rentables. Y para ello son fundamentales la tecnología y un entorno predecible de políticas energéticas e industriales. Solo de este modo desde el sector financiero podemos maximizar el impacto jugando nuestro rol fundamental en esta transformación que no es otro que facilitar la movilización de financiación sostenible para las empresas y las familias.
Una cuarta dinámica de transformación que se ha acentuado es el alentador impulso descentralizado observado en el progreso climático. Los avances reales provienen cada vez más de ciudades, estados, empresas, entidades financieras y la sociedad civil, en lugar de los gobiernos nacionales, exclusivamente. Este enfoque distribuido destaca el poder de las iniciativas locales, sectoriales y alianzas para superar la parálisis nacional y fomentar un cambio tangible.
Finalmente, el evento puso una mayor atención a la resiliencia, la adaptación y la naturaleza como oportunidades de negocio emergentes. El blended finance o financiación mixta que une capital público y privado para el desarrollo sostenible también ganó una tracción significativa. Estas áreas representan nuevas vías para la diferenciación y la innovación, ofreciendo caminos prometedores tanto para la protección del medioambiente como para el crecimiento económico.
En mi opinión, debemos abrazar esta transformación de la sostenibilidad como oportunidad, no como una renuncia. Estamos ante una nueva era y la forma de seguir avanzando hacia un mundo más próspero para todos pasa por nuevos marcos de referencia, nuevos modelos de negocio y un liderazgo renovado.
Como bien decía un líder empresarial: “Esto es más serio que nunca, más fuerte que nunca. Lo que me llevo de la Semana del Clima de Nueva York es un gran optimismo, sin reservas”. Yo también.