El impacto social y económico de las remesas en los hogares mexicanos
El pasado miércoles 29 de octubre, El Foro No Money VIII: La transformación del efectivo, organizado por El País y BBVA México, reunió a expertos para discutir, entre otros temas, el impacto y la evolución de las remesas en la economía mexicana, un pilar fundamental para millones de hogares.
El panel moderado por la periodista Sonia Soriano de El País, contó con la participación de Jesús Cervantes González, director de Estadísticas Económicas del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA); Ryan Antonia Newton, fundadora y CEO de Paisa; y Gretchen Kuhner, directora del Instituto para las Mujeres en la Migración.
Las remesas tienen un impacto significativo en la reducción de la brecha de género
Cervantes destacó la importancia de las remesas, que benefician a 4.5 millones de hogares mexicanos, equivalente al 11.3% del total, y a 9.8 millones de adultos. Estas transferencias, que representan el 3.5% del PIB nacional en 2024, son esenciales para mejorar el nivel de vida, financiar consumo, salud, educación, vivienda y micronegocios. Además, subrayó que las remesas tienen un impacto significativo en la reducción de la brecha de género, ya que el 14.5% de los hogares encabezados por mujeres las reciben, y un tercio de estas transferencias son gestionadas por ellas.
A su vez, Cervantes abordó el impacto de las políticas migratorias en Estados Unidos, señalando una caída del 5.6% en el ingreso por remesas en los primeros ocho meses de 2025, atribuible tanto a una menor migración en tránsito como a una disminución en el empleo y los salarios de los migrantes mexicanos. No obstante, destacó que las deportaciones masivas tendrían un impacto limitado, con una posible reducción de hasta el 1.8% en los flujos de remesas.
Aprovechar los puntos de recepción de remesas para promover la inclusión financiera
Newton explicó que, aunque el envío de remesas ha adoptado plataformas digitales, como criptomonedas, que reducen costos y agilizan transferencias, más del 80% de las remesas en México se reciben en efectivo. Enfatizó la oportunidad de aprovechar los puntos de recepción de remesas para promover la inclusión financiera, ofreciendo productos con perspectiva de género que incentiven el uso de cuentas bancarias.
Por su parte, Kuhner resaltó el papel central de las mujeres en la gestión de remesas, tanto como emisoras como receptoras. En Estados Unidos, las mujeres mexicanas representan casi el 50% de la población migrante y envían un mayor porcentaje de sus ingresos, aunque en montos menores debido a la brecha salarial. En México, el 72% de los hogares receptores están encabezados por mujeres, quienes destinan estos recursos a necesidades básicas como alimentación, salud, educación y vivienda. Para Kuhner un desafío radica en que los hombres en ocasiones controlan el uso de las remesas en las dinámicas familiares, limitando la autonomía de las mujeres.
El panel coincidió en que la bancarización avanza, con cerca del 90% de las remesas llegando a cuentas bancarias, según Cervantes, gracias a los esfuerzos de la industria por captar a los receptores como clientes. No obstante, Newton y Kuhner coincidieron que persisten barreras, como la preferencia por el efectivo en comunidades rurales y la falta de confianza en los servicios digitales, especialmente entre mujeres de mayor edad.
La digitalización, impulsada por la pandemia y el contexto migratorio actual, ofrece una oportunidad para que las mujeres adopten plataformas electrónicas, siempre que se diseñen productos accesibles y se fortalezcan los canales de confianza.
En el Foro No Money VIII se reafirmó que las remesas no solo son un motor económico, sino también una herramienta para empoderar a las mujeres y fomentar la inclusión financiera en México, en un contexto de retos migratorios y oportunidades tecnológicas.