Bancarización en Perú: billeteras móviles y jóvenes marcan el rumbo, pero la inclusión financiera sigue siendo un desafío
La digitalización de los servicios financieros, el auge de las billeteras móviles y una mayor confianza de la población están impulsando la bancarización en Perú, que ya alcanza a más de la mitad de la población adulta. Sin embargo, aún persiste un desafío para que este acceso llegue a todos por igual.

Hace algunos años, abrir una cuenta de ahorros en Perú era un trámite complejo y tedioso. Hoy, la situación es distinta: el 59% de adultos ya forma parte del sistema financiero, según el Banco Central de Reserva.
Este avance ha sido posible, en gran parte, gracias a la tecnología. Las billeteras digitales como Plin han transformado la manera de manejar el dinero, permitiendo enviar y recibir pagos desde un celular y sin necesidad de acudir a una agencia ni manejar efectivo.
Jóvenes en el sistema financiero
El auge de la bancarización tiene un marcado componente generacional. Los jóvenes de entre 18 y 24 años son quienes más han adoptado cuentas bancarias, con un incremento de 20 puntos porcentuales en los últimos tres años, pasando de 35% en 2020 a 55% en 2023.
Este dinamismo se debe, principalmente, al uso de billeteras digitales. Según la SBS, más del 70% de las transacciones digitales en 2024 fueron realizadas por usuarios que antes estaban fuera del sistema financiero formal. El BCRP proyecta, además, que el uso de estas herramientas crecerá aproximadamente un 51% cada año en los próximos cuatro años.
Brechas
No obstante, millones de peruanos aún no tienen acceso a servicios financieros básicos. En las zonas rurales, la mala conectividad y la escasa presencia de oficinas bancarias siguen siendo barreras importantes.
También hay grupos particularmente rezagados. Entre los adultos mayores, la desconfianza hacia las herramientas digitales o la falta de conocimientos tecnológicos los mantiene al margen. En el caso de las mujeres, especialmente en áreas alejadas, el menor acceso a cuentas y créditos formales limita sus oportunidades de ahorro y emprendimiento.
Para abordar esta situación, diversas entidades financieras han desarrollado productos inclusivos. Ejemplos de ello son el Bono Pyme Mujer de BBVA y el crédito Emprendiendo Mujer de Financiera Confianza, ambos diseñados para empoderar a las mujeres emprendedoras, facilitando su progreso e independencia.
Educación financiera
En este escenario, la educación financiera se presenta como una pieza clave. Enseñar a manejar un presupuesto, ahorrar para emergencias y aprovechar los servicios bancarios de forma inteligente contribuye a fortalecer la salud financiera de cada ciudadano.
El avance es innegable, pero aún queda camino por recorrer. El reto no es solo que más peruanos tengan acceso al sistema financiero, sino que lo utilicen como una herramienta real para mejorar su calidad de vida de forma sostenible.