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Salud financiera 05 nov 2025

Descubre las diferencias entre ingresos pasivos e ingresos activos

Disponer de ingresos, y que estos sean estables en el tiempo, es algo necesario para poder satisfacer nuestras necesidades y lograr una buena calidad de vida. Sin embargo, no todos los ingresos son producto del trabajo actual. También se puede obtener dinero como resultado de una decisión o actividad pasada que sigue generando ingresos sin necesidad de invertir un esfuerzo adicional. Es la diferencia entre ingresos activos y pasivos.

Son dos formas de obtener dinero como resultado de un esfuerzo productivo que han coexistido siempre. Los ingresos activos son más familiares y extendidos que los pasivos, pero estos últimos empiezan a ganar terreno y adeptos, ya que en muchos casos son la llave que abre la puerta de esa libertad financiera que permitirá vivir sin necesidad de trabajar.

¿Qué son los ingresos activos?

La distinción resulta muy intuitiva. Los ingresos activos se refieren, sobre todo, a actividades productivas, o sea, las rentas del trabajo. Esto es, el sueldo que recibe con regularidad una persona por desempeñar una actividad profesional.

¿Cuál es la diferencia entre los ingresos los pasivos y los activos?

Los ingresos pasivos son las ganancias que provienen de la participación en la propiedad de un activo (dividendos, intereses, alquileres, los derechos de autor de una obra artística, musical o literaria, o los ingresos derivados de haber patentado una invención).

Estos capitales proceden de una acumulación de renta anterior. En el caso de los músicos, de componer e interpretar sus canciones. Quien tiene una casa, simplemente, la alquila y recibe una cantidad por ella. Toda esta gama de ingresos permitirá, por ejemplo, una jubilación anticipada o, cuando llegue la edad legal para retirarse, mantener, un nivel de vida similar al que se disfrutaba cuando todavía se estaba en activo.

Los ‘millennials’ se apuntan al ahorro temprano

Estas ideas, explica Carlos Ruiz, director de estudios del Instituto Económico de Estudios (IEE), están cada vez más relacionadas con el concepto de “libertad financiera”. Fue popularizada en Estados Unidos a principios de siglo por autores como Robert Kiyosaki, empresario e inversor, o los precursores del movimiento FIRE, acrónimo de Financial Independence, Retire Early (Independencia financiera, jubilación temprana). “Esta corriente de pensamiento, que cuenta con muchos seguidores entre los 'millennials' de todo el mundo, apuesta por combinar un estilo de vida sencillo y una inversión inteligente de los ahorros para generar una rentas que permitan dejar de trabajar lo antes posible”, explica el economista.

¿Cómo crear ingresos pasivos?

Esta es la gran pregunta que muchos ahorradores e inversores se hacen. “Lo que siempre recomendamos es diversificar. Carece de lógica destinarlo todo, imaginemos, a inmuebles”, aclara David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Y el instrumento que aconseja, por encima de cualquier otro, para perseguir este fin, son los fondos de inversión. Tienen una liquidez casi inmediata y existen infinidad de posibilidades con diferentes niveles de riesgo. Lo que en la jerga financiera llaman “exposición”.

¿Qué productos producen esas entradas de capital?

Dentro de la pléyade de productos que generan ingresos pasivos, el mercado ofrece muchos tipos. Por ejemplo, los depósitos bancarios (después de un tiempo con rentabilidades incluso negativas) vuelven a resultar atractivos, dicen los expertos.

  • Acciones de dividendo. Ofrecen ingresos pasivos periódicos, además de la posible revalorización de las acciones, aunque también se pueden reinvertir. Invertir en empresas sólidas y con política estable de reparto de dividendos permite combinar rentabilidad y crecimiento. Es una estrategia popular entre inversores que buscan ingresos constantes y exposición moderada al mercado bursátil.
  • Fondos o carteras de inversión. Permiten diversificar el riesgo y acceder a una gestión profesional del capital. Reúnen el dinero de varios inversores para invertirlo en distintos activos, desde renta fija hasta acciones. Son adecuados para quienes buscan equilibrar rentabilidad, seguridad y exposición global a los mercados financieros.
  • Depósitos bancarios. Aseguran una rentabilidad conocida desde el inicio, a cambio de mantener el dinero inmovilizado durante un tiempo concreto. Durante los últimos años habían perdido pujanza. Permiten conocer de antemano los intereses que se ganarán al vencimiento, lo que aporta estabilidad y previsibilidad. Los tipos de interés estaban tan bajos (incluso en tasas negativas) que no resultaban interesantes. Ahora el enfoque es diferente. El aumento de los tipos vuelve a convertirlos en un instrumento central. A la hora de elegir qué periodo de tiempo conviene más (seis meses, un año, tres o cinco) la mejor opción es consultar con un profesional de la entidad financiera. Cuanto mayor sea el plazo, mayor suele ser el interés ofrecido. Son una excelente opción para quienes buscan ingresos periódicos con bajo riesgo y total seguridad.

Más allá de los depósitos, cuánto más riesgo se asuma, mayor rentabilidad puede conseguirse. Pero no todos los inversores están preparados para navegar en estos mercados, que pueden ser muy volátiles. Esto es, experimentar subidas y bajadas bruscas en un corto periodo de tiempo.

Invertir en Bolsa tiene unas reglas que los inversores deberían apuntar en su cuaderno de notas: solo se debe destinar al mercado de renta variable aquello que no se precisa para vivir. Intentar transformar los beneficios bursátiles en algo similar a una nómina rara vez funciona porque exige una visión de largo plazo y una constante vigilancia de las posiciones. No todos los ahorradores están preparados para ver pérdida tras pérdida, y no vender.

Guía final

No hay un camino sencillo para conseguir esos ingresos recurrentes. O bien hemos heredado los activos (ya sean bienes o capital) o bien habrá que generarlos durante la etapa laboral. Lo que sí depende del ahorrador es el destino. Y la clave transita por dos senderos: diversificar las inversiones y conocer nuestra mayor o menor aversión al riesgo. Invertir exige reflexión y asesoramiento.

'Podcast' | Inversión en dividendos, una forma sencilla de generar ingresos recurrentes

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