Finanzas sostenibles: De los bonos verdes al financiamiento empresarial en México
Las finanzas sostenibles han tenido una evolución significativa en México desde la emisión del primer bono verde en 2015, por 500 millones de dólares, realizada por Nacional Financiera. Este hecho marcó el inicio de este tipo de colocaciones, tanto públicas como privadas.
En el panel de Finanzas Sostenibles “El futuro y las oportunidades de inversión responsable en México” celebrado en el marco del Foro ‘No Money VIII: La transformación del efectivo’, organizado por El País y BBVA México el pasado 29 de octubre, se reunieron especialistas para analizar la evolución y el futuro de la inversión con impacto en el país.
Participaron Ute Boettcher, directora residente de GIZ México; Laura Barrios, subdirectora de Emisión de Bonos y Relación con Inversionistas de Nacional Financiera (NAFIN); y Adrián Cuello Thomsen, director de Finanzas Sostenibles de BBVA México. El panel fue moderado por Luis Pablo Beauregard, jefe de información de El País México.
Crecimiento del mercado y el rol de la banca
Durante la conversación se destacó el crecimiento acelerado del mercado de bonos etiquetados en México, que alcanzó una cifra de 175 mil millones de pesos en emisiones gubernamentales durante 2024. Por otra parte está la banca tradicional, que tiene un papel importante en el financiamiento con características sostenibles a las empresas y pymes.
Al iniciar su participación, Cuello destacó la importancia de la banca en el financiamiento sostenible, si bien ya existen emisiones en bolsa con etiquetas sostenibles (verdes o sociales), hay soluciones que la banca diseña para impulsar este tipo de financiamientos en las empresas.
El director de Finanzas Sostenibles de la institución financiera señaló que “en BBVA estimamos cerrar este 2025 con alrededor de 425 mil millones de pesos dirigidos a inversiones sostenibles". Asimismo, enfatizó que estos dos mecanismos (emisiones de deuda y financiamiento) no son dos métodos excluyentes, son diferentes canales para poder acceder a capital que sea destinado a la inversión en proyectos o iniciativas, en este caso, con un componente sostenible.
Se subrayó el papel de la banca tradicional para fomentar los incentivos necesarios en la financiación para que las empresas busquen y realicen la transición energética y tecnológica. Cuello señaló que con el paso del tiempo, las empresas que no realicen esta transición se volverán clientes con mayores riesgos, por lo que los inversionistas y fondos comenzarán a evaluar su evolución en materia de sostenibilidad.
El papel de la banca de desarrollo
Barrios recordó el hito de 2015, cuando NAFIN se convirtió en la primera banca de desarrollo en América Latina en emitir un bono verde por 500 millones de dólares, misma que contó con el respaldo de Sustainalytics y la certificación internacional de Climate Bond Standard Board. Este bono -apunta Barrios- se destinó a financiar 11 plantas eólicas y marcó la pauta para el mercado. A partir de ahí, la institución incursionó en bonos sociales, lanzando en 2021 un marco de bonos sostenibles alineado a los criterios internacionales con el objetivo de financiar proyectos relacionados con los ODS.
“Con ese marco lanzamos ya 16 bonos temáticos. Los primeros dos fueron sustentables y después hicimos 14 con etiqueta social”, señaló Barrios. Estas emisiones han movilizado 71.800 millones de pesos y han impactado a 700 mil pymes, de las cuales el 60% se ubica en municipios altamente vulnerables al cambio climático. La institución también ha sido pionera en alinearse a la recién Taxonomía Sostenible de México.
Adrian Cuello Thomsen, director de Finanzas Sostenibles de BBVA México durante el panel de Finanzas Sostenibles.
Visión internacional
Boettcher, de la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ), enfatizó la necesidad de una colaboración global para cubrir la brecha de dos billones de dólares en inversión para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una cifra que los gobiernos no pueden afrontar sin la participación del sector privado.
En cuanto a la colaboración con México, señaló que las próximas negociaciones gubernamentales serán en diciembre de 2025 en donde se determinará en qué áreas temáticas puede continuar la colaboración de GIZ con el gobierno federal.
El consenso del panel fue claro: la inversión sostenible es una prioridad estratégica que están abordando tanto gobiernos como empresas de cualquier tamaño. La evolución de las finanzas sostenibles está cambiando de ser una opción deseable a una necesidad que permitirá el acceso a capital y la competitividad empresarial.