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Análisis Regional Act. 18 abr 2018

BBVA Research estima que el PIB de Castilla y León crecerá un 2,5% en 2018 y un 2,4% en 2019

BBVA Research prevé que el PIB de Castilla y León crezca un 2,5% en 2018 y un 2,4% en 2019, lo que supone una aceleración respecto al crecimiento del 1,9% del pasado año. Así lo indica el servicio de estudios de BBVA en su último informe ‘Situación Castilla y León’ presentado hoy por Miguel Cardoso, economista jefe para España y Portugal de BBVA Research y Yolanda Martínez-Bajo, directora de la Territorial Noroeste de BBVA. De cumplirse estas previsiones, durante 2018 y 2019 se podrán crear unos 35.000 puestos de trabajo y la tasa de paro se reduciría hasta el 9,9% al final del horizonte de previsión.

En 2017 la economía de Castilla y León experimentó un crecimiento del 1,9%, frente al 3,6% observado en 2016. Esta desaceleración de la economía castellano y leonesa se explica, principalmente, por la evolución de dos componentes de la demanda. Por un lado, la ralentización del consumo privado, con un menor impulso de los vientos de cola que lo habían favorecido en trimestres anteriores. Además, a pesar del aumento del comercio mundial, las exportaciones de bienes cayeron en 2017, tras el récord del año anterior. Esto se debió principalmente al sector automovilístico, donde destacó la reducción de ventas en Reino Unido. Asimismo, parte del aumento de la demanda se desvió hacia unas importaciones que se aceleraron.

Entre los factores que impulsaron el crecimiento del PIB de Castilla y León, destaca la recuperación de la inversión, tanto en la construcción no residencial como en las importaciones de bienes de equipo, después de la contracción experimentada el año anterior. También el sector turístico alcanzó un nuevo récord de visitantes. En todo caso, la relevancia de estos componentes en la demanda de la economía castellano y leonesa es relativamente reducido.

Crecimiento positivo y estable

En cuanto a 2018, los primeros datos disponibles apuntan a que en el primer trimestre el crecimiento del PIB regional podría acelerar hasta cerca del 0,7% t/t CVEC, algo por encima del crecimiento del último trimestre de 2017 y una décima por debajo del conjunto nacional. De continuar esta dinámica de recuperación, el crecimiento en 2018 se podría acelerar hasta un 2,5% en 2018, y mantenerse cerca de ese nivel (2,4%) en 2019.

De izquierda a derecha: Yolanda Martínez-Bajo, directora de la Territorial Noroeste de BBVA y Miguel Cardoso, economista jefe para España y Portugal de BBVA Research, en la presentación del informe ‘Situación Galicia’

Según las previsiones de BBVA Research, la economía castellano y leonesa se acelera, favorecida por la mejora del entorno exterior, que impulsará las exportaciones. Además, la política monetaria continuará siendo expansiva también durante este bienio y es de prever un proceso de normalización lento, que mantenga los tipos bajos al menos durante todo este periodo. Ambos aspectos apoyarán la mejora de la inversión productiva en la región.

El entorno exterior apoyará el crecimiento de la economía castellano y leonesa

Sin embargo, otros factores perderán fuerza de forma progresiva y, como consecuencia, el incremento de la demanda interna será menor que en años anteriores. Entre ellos, destacan el menor impulso por la ‘demanda embalsada’ durante la crisis, el reciente aumento de los precios del petróleo o el agotamiento en el recorrido a la baja de los tipos de interés. Además, el turismo, en particular de residentes en España, podría comenzar a ralentizarse como consecuencia de la desaceleración de la demanda interna española.

En este escenario, todavía persisten algunos riesgos para la economía de Castilla y León. Por la parte externa, se mantiene la incertidumbre en torno al posible auge de tensiones geopolíticas, o de medidas proteccionistas, que limiten la recuperación del mercado global.

Asimismo, un aumento inesperado o intenso en el coste de financiación y del precio del petróleo también podría influir en la economía de la región, si bien el nivel de endeudamiento de la comunidad es menor a la media nacional. A nivel interno, supone un elemento de riesgo el ajuste fiscal que debe hacer Castilla y León en 2018, como consecuencia del incumplimiento del objetivo del déficit en 2017.

Además, el incremento de la incertidumbre económica por la tensión política en Cataluña podría afectar a Castilla y León. Este hecho podría restar una o dos décimas al crecimiento del PIB castellano y leonés en 2018, al ser una de las comunidades menos expuestas.

Los resultados de la Encuesta BBVA de Actividad Económica concuerdan con una economía castellano y leonesa que mantiene un crecimiento positivo, con señales de estabilidad en el conjunto de sectores pero con señales dubitativas, incluso relacionados con la demanda externa y la inversión. Ello podría deberse, o bien al agotamiento de los vientos de cola que han impulsado el crecimiento en los últimos años, o bien a una percepción de mayor incertidumbre que podría tener un cierto componente endémico, asociado a sectores o geografías concretas de la región que han podido sufrir noticias negativas en el trimestre, más allá de la situación geopolítica y, en particular, en Cataluña.

35.000 nuevos empleos entre 2018 y 2019

Las previsiones para el próximo bienio, con un crecimiento del PIB del 2,5% en 2018 y el 2,4% en 2019, permitirán la creación de 35.000 empleos entre 2018 y 2019. En este contexto, la tasa de paro se podría reducir hasta el 9,9% a finales del bienio, por debajo de la media histórica desde 1980 y cercano a los mínimos precrisis.

La necesidad de continuar reduciendo los desequilibrios que conserva la economía castellano y leonesa obliga a la consideración de nuevas reformas que ayuden a elevar el crecimiento de la productividad, mientras se mantiene el del empleo y se consolida el desapalancamiento frente al resto del mundo. BBVA Research advierte que se debe seguir incidiendo en políticas que reduzcan la tasa de paro, la temporalidad y la precariedad en el mercado de trabajo. Además, es necesario que los incrementos de costes laborales vayan acompañados de ganancias en la productividad que permitan mantener la competitividad.