Por qué una empresa social no es una ONG

Según la ONU, una ONG es: “una agrupación de ciudadanos voluntarios, sin ánimo de lucro, que se organizan en un nivel local, nacional o internacional para abordar cuestiones de bienestar público”. Este organismo determina que las ONG: prestan servicios de utilidad pública, no intentan suplantar la labor de los Estados, persiguen el beneficio o la utilidad común y promueven la participación y la autogestión.

Por su parte, la Comisión Europea define una empresa social como una compañía:

• cuyo objetivo principal es tener un impacto social, antes que generar beneficios para los propietarios y accionistas
• que aprovecha sus superávits fundamentalmente para alcanzar esos objetivos sociales
• que es gestionada por empresarios sociales de forma responsable, transparente e innovadora, en especial mediante la implicación de los trabajadores, los clientes y todos aquellos a los que afecta su actividad.

Estas definiciones formales determinan las primeras diferencias entre una ONG y una empresa social. Ambas tienen como objetivo generar un impacto positivo en la sociedad, pero en el primer caso, se trata de agrupaciones sin ánimo de lucro y en el segundo, de compañías gestionadas por profesionales cuyos beneficios económicos se destinan a alcanzar dicho bien social.

B Corp: el sello de las empresas sociales e innovadoras

En los últimos años han surgido sellos y certificaciones que ayudan a diferenciar estos dos conceptos. El movimiento B Corp, que reconoce a aquellas empresas cuyo objetivo es mejorar la sociedad, ha conseguido que su influencia vaya mucho más allá de su país de origen, Estados Unidos y tenga un impacto global con más de 2.000 empresas en 50 países y 130 sectores.

B Corp certifica a empresas que, no solo generan ganancias económicas, sino que también innovan para ampliar su impacto positivo en sus empleados, en las comunidades a las que sirven y en el medio. De esta forma, “la empresa se convierte en una fuerza regeneradora para la sociedad y para el planeta”. Las empresas que tengan el sello B Corp están obligadas a cumplir con los requisitos sociales y ambientales de la organización y a cambiar sus estatutos legales para asegurarse de que los empleados, las comunidades y el planeta sean tan importantes como los accionistas cuando llega el momento de tomar decisiones. La certificación valora a la empresa en su totalidad y se centra en que tenga una buena gestión, que impacte de forma positiva en la sociedad y que esté enfocada en la calidad.

Impacto sostenible

BBVA Momentum, el programa de apoyo al emprendimiento social de BBVA, que ha lanzado recientemente su nueva edición en Colombia, EE.UU., México y Turquía, propone una definición y unas características de la empresa social que no están muy alejadas de los conceptos de B Corp o la Comisión Europea.

Para BBVA Momentum, los emprendedores sociales son aquellos que plantean soluciones innovadoras y sostenibles a los problemas sociales y medioambientales. Sus motivaciones son variadas: aportar algo a la sociedad, crear empleo con impacto social, etc. Ser una empresa social, para BBVA Momentum, va más allá de su forma jurídica o de organización empresarial o del sector en el que trabaja. Para el  programa, un emprendedor social es una persona que está cambiando el mundo a través de su negocio. BBVA Momentum apuesta por empresas que cambian vidas, generan un alto impacto social, trabajan para favorecer la sostenibilidad económica y quieren crecer para aumentar su beneficio positivo para ofrecerles un completo programa que incluye formación, acompañamiento estratégico, financiación, colaboración, ‘networking’, visibilidad…

BBVA Momentum ayudará a crecer a las empresas sociales y a aumentar su impacto, generando más oportunidades para las personas que las necesitan.

Para más información y participar en el programa, visita la web de BBVA Momentum.