BBVA México hace una revisión marginal al alza para el crecimiento económico de 2026
La institución financiera dio a conocer el Informe ‘Situación México’, en el que mantiene sin cambios el pronóstico de crecimiento de BBVA Research México para 2025 en 0.7%, aunque prevé que la revisión a la baja que realizó el INEGI del los crecimientos del primero al tercer trimestre de 2025 previamente anunciados, en especial del segundo trimestre, implica un sesgo ligeramente a la baja sobre esta estimación, y anticipa una recuperación gradual para 2026 con un crecimiento de 1.2%.
Debilidad de la demanda interna en 2025
El Informe, elaborado por el área de Estudios Económicos de BBVA México, destaca que el Producto Interno Bruto (PIB) cayó (-)0.3% trimestre a trimestre (TaT) en el tercer trimestre de 2025, como resultado del prolongado debilitamiento de la demanda interna. Por su parte, el consumo privado pierde impulso en un contexto de bajo crecimiento de la masa salarial real y menor confianza del consumidor. El gasto privado creció sólo 0.1% anual (AaA) acumulado a septiembre, es decir, 3.3 puntos porcentuales menos que en el mismo periodo de 2024.
Con base en datos del IMSS, el estudio señala que la masa salarial real creció 4.2% anual en octubre, lo que representa 5.5 puntos porcentuales por debajo de su máximo histórico de 9.8% registrado en junio de 2023.
En lo que se refiere a la inversión fija bruta, muestra una contracción de 7.3% anual acumulada a septiembre, en un entorno marcado por: 1) La incertidumbre derivada de la reforma judicial; 2) Las modificaciones a la Ley de Amparo: 3) La posibilidad de reabrir casos previamente juzgados; y 4) La incertidumbre sobre la política comercial de Estados Unidos.
A ello se suma la consolidación del gasto público, el efecto base tras la conclusión de las obras insignia del gobierno federal y los rezagos de una política monetaria altamente restrictiva.
De acuerdo con el INEGI, la inversión pública cayó (-)21.9% anual acumulado a agosto, mientras que la inversión privada se contrajo (-)8.7% en el mismo periodo. Esta caída no sólo afecta el crecimiento actual, sino que también limita la capacidad de crecimiento futuro de la economía.
Por el lado de la oferta, el sector terciario sostiene la actividad económica con un crecimiento de 1.2% anual acumulado al cierre del tercer trimestre de 2025, con los servicios profesionales y de apoyo a negocios como los de mayor dinamismo. En contraste, los servicios turísticos (hoteles y restaurantes) y el comercio al por mayor —más vinculado a la industria— presentan contracciones de -3.0% y -5.3% anual acumulado, respectivamente.
La industria registra una caída de (-)1.5% anual acumulada al tercer trimestre, con la minería como el segmento más afectado (-8.5% anual, acum.), seguida de la construcción (-2.8% anual, acum.). La manufactura se mantiene estancada (0.0% anual, acum.), mientras que el segmento automotriz reporta una disminución de 4.6% en lo que va del año, en cifras acumuladas.
BBVA México anticipa que la debilidad en el sector de la construcción continuará en los próximos meses, particularmente en el segmento no residencial, en un contexto de elevada incertidumbre interna y externa. La manufactura mantendría un crecimiento sólo moderado, ante un menor dinamismo de la demanda del sector automotriz en Estados Unidos.
El Informe ‘Situación México’ detalla que el adelanto de pedidos de exportación en Estados Unidos ayudó a evitar una caída de la actividad en la primera mitad del año, pero los datos más recientes apuntan a que este efecto fue temporal. En la segunda mitad de 2025, la producción pierde impulso por el deterioro prolongado de la demanda interna y la desaceleración de la demanda externa.
Con la revisión a la baja del INEGI para los tres primeros trimestres de 2025, se refuerza el sesgo a la baja del crecimiento estimado para este año (0.7%), mientras que para 2026 se prevé una recuperación gradual hacia 1.2%, apoyada en una mejora en el empleo, un efecto positivo sobre la masa salarial real, una consolidación fiscal más moderada y menor incertidumbre que permita la recuperación de la inversión.
El mercado laboral continúa mostrando cierta estabilidad con bajas tasas de desempleo, pero en un contexto de mayor informalidad y con una clara debilidad en la creación de empleo formal
Con base en la información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en octubre la tasa de participación laboral se ubicó en 59.9%, lo que representó una disminución de 0.32 puntos porcentuales respecto al año previo. Esta menor presión sobre el mercado laboral contribuyó a que la tasa de desempleo permaneciera en 2.6% en cifras desestacionalizadas, nivel significativamente por debajo del promedio histórico de 4.0% desde 2005. No obstante, se observó un aumento importante en la informalidad laboral, que alcanzó 55.4% en octubre en cifras desestacionalizadas, 1.5 puntos porcentuales por encima del dato del año anterior. Esto implica que la relativa estabilidad de la tasa de desempleo está directamente vinculada al bajo crecimiento de la fuerza laboral y al incremento de la informalidad.
Por otra parte, cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que en noviembre el empleo formal creció 0.9% anual, mientras que la variación mensual fue de apenas 0.04% en su serie desestacionalizada, la tercera más baja desde 2010. De enero a noviembre se han generado 599 mil empleos formales, cifra 3.2% inferior a la del mismo periodo del año pasado, que ya mostraba debilidad, y 30.3% por debajo del promedio de los tres años previos. Esto evidencia una desaceleración más profunda y un estancamiento reciente, incluso considerando la contribución de aquellos trabajadores de plataformas digitales que cumplen con el umbral de ingreso para ser registrados como formales.
En el ámbito salarial, los salarios reales crecieron 3.5% anual en octubre, mientras que la masa salarial real aumentó 4.2%. Con nuestro pronóstico de inflación para noviembre (0.56% mensual), estimamos que el salario real crecerá 3.1% anual y la masa salarial 4.1%, ambos mostrando también señales de desaceleración y estancamiento.
En conjunto, los datos recientes apuntan a un mercado laboral debilitado: baja tasa de desempleo, pero acompañada de un aumento en la informalidad, una limitada generación de puestos formales y un crecimiento más moderado del salario real, lo que continúa restringiendo la dinámica de la masa salarial. Bajo este escenario, el estudio estima que el empleo formal crecerá 0.9% en 2025 y mostrará una recuperación gradual hacia 2026, cuando podría avanzar 1.9%, en un contexto en el que la actividad económica seguirá limitando la generación de empleo y el desempeño del ingreso laboral.
Inflación general se mantiene dentro del intervalo de variabilidad; la tendencia al alza de la inflación subyacente se ha detenido
Como resultado de un menor ritmo de aumento de la inflación de mercancías, una ligera desaceleración de la de servicios, una disminución en la inflación no subyacente, y efectos base favorables, el repunte de la inflación general que se observó durante el segundo trimestre se revirtió en el tercero. Así, como anticipó BBVA México, el repunte del segundo trimestre fue transitorio.
La inflación general se ubicó por debajo de 4.0% anual, con un promedio de 3.7% en el primer trimestre. Posteriormente repuntó a un promedio de 4.2% en el segundo y retrocedió a 3.6% en el tercero. En octubre se mantuvo en 3.6% anual y se prevé que promedie 3.7% en el cuarto trimestre, cerrando el año en 3.8%, dentro del intervalo de variabilidad del Banco de México. La inflación subyacente, que refleja mejor la tendencia de mediano plazo, mostró una trayectoria al alza en el segundo y tercer trimestre, que se ha detenido al inicio del cuarto trimestre. Tras promediar 3.6% anual en el primer trimestre, subió a 4.1% en el segundo y a 4.2% en el tercero. Al cierre del tercer trimestre se ubicó en 4.3% anual, nivel que se mantuvo en octubre. Se prevé un promedio de 4.3% en el último trimestre y un cierre de año en 4.2%, ligeramente por encima del límite superior del rango de variabilidad alrededor de la meta de 3.0% de Banxico (0.1 puntos porcentuales por encima del pronóstico previo).
El estudio hace referencia a dos factores que explican el repunte de la inflación subyacente: por un lado, una aceleración mayor a la prevista en la inflación de mercancías, cuyo incremento mensual pasó de un promedio de 0.20% mes a mes (MaM) en 2024 a 0.50% MaM en el primer semestre de 2025. Y por el otro, la persistencia de la inflación de servicios, que se mostró rígida a la baja a pesar del debilitamiento de la demanda y de una brecha negativa de producto más amplia. La inflación de servicios promedió 0.40% MaM en 2024 y apenas descendió a 0.34% en el primer semestre de este año. Entre julio y octubre, el ritmo de aumento de la inflación de mercancías se moderó a 0.24% MaM, mientras que la de servicios se mantuvo prácticamente igual, con un promedio de 0.33% MaM, lo que ha permitido detener la tendencia al alza de la subyacente.
La debilidad de la demanda agregada debería seguir presionando a la baja la inflación de servicios y propiciar incrementos moderados en la de mercancías. En ausencia de choques transitorios, esto apuntaría a una tendencia descendente de la inflación subyacente en adelante. El aumento del IEPS a algunos productos y la aplicación de aranceles a bienes originarios de países con los que México no tiene tratados de libre comercio generarán un aumento adicional de la inflación en el primer trimestre del próximo año, que se considera transitorio.
La institución financiera a través de BBVA Research México anticipa que, tras estabilizarse en 4.3% anual en el cuarto trimestre de 2025, la inflación subyacente suba a 4.5% en enero y a un promedio de 4.4% en el primer trimestre de 2026, para después moderarse a 4.0% en el segundo trimestre y descender a un promedio de 3.8% en la segunda mitad de 2026, nivel en el que también se ubicaría en diciembre de ese año.
Este aumento transitorio en el primer trimestre de 2026 interrumpirá de manera temporal el proceso de desinflación. Antes de conocerse el ajuste al IEPS, se estimaba que la inflación entraría en una nueva etapa, por debajo del promedio histórico desde la adopción de la meta de 3.0%. En ese escenario, tanto la inflación general como la subyacente cerrarían 2026 en 3.5%. Con el nuevo efecto inflacionario estimado de 0.3 puntos porcentuales, el pronóstico de BBVA México para la inflación general y la subyacente al cierre de 2026 se ajusta a 3.8%.
De acuerdo con el Informe ‘Situación México’, los riesgos a la baja sobre la inflación adquieren mayor peso dada la debilidad de la economía. El riesgo de un incremento por una posible depreciación del peso luce menos probable, sobre todo porque el traspaso del tipo de cambio a precios suele ser cercano a cero cuando la brecha de producto es negativa. No obstante, la persistencia de la inflación de servicios a pesar de la debilidad de la demanda sigue siendo un riesgo al alza para los pronósticos.
Con la política monetaria ya en el rango neutral, la continuidad del ciclo de recortes de Banxico enfrentará un espacio más limitado el próximo año
En octubre, la Reserva Federal (Fed) recortó su tasa de referencia en 25 puntos base por segunda reunión consecutiva, ubicándola en un rango de 3.75%-4.00%. El comunicado volvió a destacar el aumento de los riesgos a la baja para el empleo en los últimos meses. A pesar de ello, el presidente de la Fed, Jerome Powell, advirtió que un recorte adicional en diciembre no estaba garantizado, con el objetivo de moderar las expectativas del mercado, que descontaban un ciclo lineal de recortes. Datos recientes—aunque aún limitados por el cierre parcial del gobierno estadounidense—indican que la actividad económica de ese país sigue siendo resiliente, apoyada en la inversión vinculada a la inteligencia artificial. Persisten, sin embargo, dudas sobre la evolución del mercado laboral.
En este contexto, y aunque se anticipa un voto dividido, las posturas de miembros clave del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) y la debilidad del mercado laboral apuntan a un apoyo mayoritario para un tercer recorte consecutivo de 25 puntos base esta semana. Hacia adelante, BBVA México prevé que la Fed se tome un tiempo para evaluar los efectos acumulados de los recortes y retome el ciclo a mediados de 2026, cuando la tasa se acercaría a un nivel terminal de 3.25%.
En México, la postura de Banxico entró en el rango neutral tras la decisión de noviembre, un hito relevante luego de tres años de postura restrictiva con la que se llevó la tasa nominal a un máximo de 11.25% en marzo de 2023; hoy se ubica en 7.25%. El comunicado de noviembre fue menos dovish. Subrayó el riesgo de persistencia de la inflación subyacente y ajustó la orientación futura, señalando que se “valorará recortar la tasa de referencia”, en lugar de hablar de “recortes adicionales”, como en mensajes previos.
Las minutas reflejan un menor consenso sobre la trayectoria de la política monetaria. Sólo un miembro señaló explícitamente que la tasa real “debe adentrarse” más en el intervalo neutral. No obstante, en el Informe Trimestral más reciente se reiteró que la holgura prevista en la actividad económica permitiría continuar gradualmente con el ciclo de recortes en 2026, incluso tras el impacto inflacionario de los cambios al IEPS.
Considerando el bajo dinamismo de la actividad y del empleo formal, así como la estabilidad del tipo de cambio, el estudio de BBVA Research México mantiene su expectativa de un recorte de 25 puntos base en diciembre. Ahora, sin embargo, estima que Banxico hará una pausa en el primer trimestre de 2026 y aplicará dos recortes adicionales más adelante, para llevar la tasa de referencia a 6.50%.
Se prevé que la curva de rendimientos avanzará hacia niveles de equilibrio, si bien el espacio para nuevos ajustes a la baja se ha reducido.
En Estados Unidos, los rendimientos de los bonos gubernamentales repuntaron moderadamente en noviembre tras el recorte con sesgo hawkish de la Fed y la consecuente revisión de expectativas sobre la trayectoria de la política monetaria. La curva de rendimientos se desplazó casi de manera paralela, con diferenciales por plazo relativamente estables, lo que sugiere que el movimiento reciente no obedeció a cambios importantes en las primas de riesgo asociadas a factores fiscales o institucionales.
Las expectativas de inflación implícitas en los bonos del Tesoro se mantienen bien ancladas. Algunas señales de tensión en el mercado de dinero llevaron a la Fed a anunciar el fin de la reducción de su hoja de balance, al considerar que las reservas bancarias han pasado de ser “abundantes” a “amplias”. La institución financiera prevé en el Informe ‘Situación México’ que el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años siga fluctuando ligeramente por encima de 4% en los próximos meses.
En México, la disminución de los rendimientos a lo largo de la curva se detuvo en meses recientes, tras una corrección significativa acumulada durante el año. Esta caída estuvo impulsada principalmente por una baja en las primas de riesgo país, probablemente vinculada al desempeño favorable del peso y del mercado accionario en 2025. Hacia adelante, se espera que las tasas continúen acercándose de forma gradual a sus niveles de equilibrio, aunque el menor margen de Banxico para relajar su postura limita de manera natural el espacio para nuevos descensos en todos los plazos.
En este contexto, se prevén ajustes adicionales, pero más acotados, consistentes con un ciclo de flexibilización que avanzará a un ritmo más gradual conforme la política monetaria se adentra en terreno neutral. En el escenario base, se proyecta que el rendimiento de los Bonos M a 10 años cierre 2025 en torno a 8.8% y se ubique alrededor de 8.2% a finales de 2026.
El Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público se mantendrá estable en torno a 51.4% en 2025
Tras analizar el Informe sobre las Finanzas Públicas al Tercer Trimestre de 2025 presentado por la SHCP, BBVA México prevé en su análisis sobre la situación del país que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) se ubique en 51.4% del PIB al cierre de 2025, prácticamente igual al 51.3% de 2024.
La consolidación fiscal propuesta para 2026 es de sólo 0.2 puntos porcentuales, con un déficit de Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) que pasaría de -4.3% a -4.1% del PIB. Sin embargo, las presiones sobre el gasto, el espacio fiscal limitado y la ausencia de una reforma tributaria que eleve la recaudación hacen difícil que esta consolidación avance con fuerza el próximo año.
Dada la fragilidad prevista para las finanzas públicas en los próximos años por la ampliación de los programas sociales, los apoyos patrimoniales a Pemex de parte del gobierno federal, el pago de pensiones, tanto de trabajadores del sector público como del privado, el servicio de la deuda y el poco margen de crecimiento de la recaudación tributaria sin una reforma fiscal, el gobierno federal muy probablemente tendrá que hacer ajustes al gasto programable para generar déficits públicos en torno a 2.5% del PIB para mantener la deuda pública en 51.4% durante el periodo 2026-2030, lo que representará un reto enorme de política fiscal que resultaría en presiones a la baja en el crecimiento económico.
Si la disciplina fiscal no fuera suficiente y el déficit público sólo pudiera reducirse a niveles promedio cercanos a 3.7% del PIB en 2026-2030, la deuda podría acercarse a 57.6% del PIB en 2030. Este escenario podría llevar a las agencias calificadoras a recortar la calificación crediticia soberana y elevar el riesgo de perder el grado de inversión.
Tipo de cambio: ligera depreciación en 2026
Finalmente en cuanto al peso mexicano, el Informe ‘Situación México’ anticipa una ligera depreciación en 2026, debido al menor crecimiento económico previsto para México en comparación con Estados Unidos. Se prevé que el tipo de cambio se ubique en torno a 18.50 pesos por dólar al cierre de 2025 y cerca de 19.20 pesos por dólar a finales de 2026.