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Oleoturismo: fusión entre gastronomía tradicional y sostenibilidad en el sector del olivar

El oleoturismo es el conjunto de actividades turísticas vinculadas al olivar, los olivos, las aceitunas y el aceite de oliva. Se trata de una vía de diversificación del negocio para el sector del aceite y una forma de fomentar el desarrollo rural. Una actividad al alza que busca estándares de calidad y sostenibilidad.

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El oleoturismo engloba desde el cultivo del olivar a la almazara donde se extrae el aceite. Este ha experimentado un importante crecimiento en los países con gran presencia del olivar, como es el caso de España. Aquí, este cultivo ocupa 2,75 millones de hectáreas. Y es, además, una herramienta para multiplicar la oferta turística de interior y desestacionalizarla.

¿Qué es el oleoturismo?

“Se trata de una forma de turismo experiencial y cultural que gira en torno a los valores del paisaje olivarero, de las almazaras, de la tradición agrícola y de la excelencia gastronómica del aceite de oliva virgen extra (AOVE) y de la aceituna”, explica José María Penco, director de la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), formada por más de 130 municipios y diputaciones españolas ligadas a este cultivo.

“El oleoturismo pone el foco en el olivo como elemento vertebrador del territorio, y en todo lo que lo rodea: desde almazaras que pueden visitarse, hoteles y restaurantes temáticos, hasta miradores de olivares, olivos monumentales, oleotecas, ‘spas’ con tratamientos a base de aceite o eventos como catas y recolecciones participativas”, añade Penco. “Así, no es solo turismo gastronómico, sino también patrimonial, paisajístico, sensorial y cultural. Es una inmersión en una cultura milenaria que hoy representa una seña de identidad para muchos territorios rurales”.

La AEMO, en colaboración nueve diputaciones provinciales, acaba de lanzar el proyecto Oleoturismo España, una web desde la que centralizar más de 100 experiencias vinculadas al olivar y al aceite de oliva, experiencias que por ahora ofrecen más de 300 empresas distribuidas en las provincias de Badajoz, Cáceres, Sevilla, Huelva, Córdoba, Jaén, Ciudad Real, Tarragona y Granada, y que buscan atender las necesidades de todos los tipos de oleoturistas.

“El perfil del turista oleícola es diverso, aunque en general tiene una motivación clara: conocer de cerca el mundo del aceite de oliva. Entre los turistas internacionales hay una gran fascinación por nuestro aceite de oliva virgen extra, mientras el turista nacional busca más actividades en familia para disfrutar del campo y de la autenticidad de nuestros pueblos”, resalta el director de la AEMO.

Las ventajas sociales y ambientales del oleoturismo

El oleoturismo aporta beneficios medioambientales y sociales claros en el territorio. Por un lado, al diversificar los ingresos de los agricultores y los productores de aceite, permite que se mantengan los olivares, un tipo de cultivo que, gestionado de forma sostenible, contribuye a la mejora de la biodiversidad y al almacenamiento de carbono en el suelo (ayudando a mitigar el cambio climático). Por otro lado, el oleoturismo potencia el turismo en zonas que necesitan ingresos complementarios, es decir, genera empleo y contribuye a fijar a la población rural.

En todo ello, el papel de los pueblos olivareros es fundamental. “Para los pueblos que viven del olivo, el oleoturismo es una fuente de riqueza y de rentas complementarias. Además, puede suponer la estabilización del empleo estacional asociado a la recogida de la aceituna y a la producción del aceite”, señala José María Penco. “Existe otro factor importante y es que, cuando un visitante recorre una comarca conociendo la producción de aceite, se fideliza con ese producto y pasa a adquirirlo de forma periódica. Es decir, el oleoturismo también valoriza el aceite de la comarca porque genera demanda futura”.

Las claves de una experiencia oleoturística sostenible

De acuerdo con la Asociación Española de Municipios del Olivo, una experiencia oleoturística sostenible, enriquecedora y que deje un impacto positivo en el turista debe combinar los siguientes elementos:

  • Inmersión en el paisaje y en la cultura, con actividades como paseos entre olivares, jornadas de recolección o encuentros con olivos centenarios.
  • Visita a una almazara operativa, en la que conocer todas las fases de producción del aceite de oliva.
  • Cata sensorial con degustaciones guiadas de AOVE de distintas variedades y con explicaciones que invitan a entender aromas, sabores y matices.
  • Experiencias complementarias, como alojamiento en entornos con historia, establecimientos de restauración temática o tratamientos con aceite.
  • Elementos culturales y patrimoniales, como museos del olivo, centros de interpretación, oleotecas o miradores.
  • Participación y aprendizaje con talleres culinarios y actividades educativas que añaden valor didáctico y lúdico a la experiencia.
  • Hospitalidad local, permitiendo que el visitante disfrute de un trato cercano y auténtico, que facilite el contacto real con los productores y fomente la conexión con el territorio.

“El oleoturismo vive un momento de impulso estratégico. Desde el proyecto Oleoturismo España hemos desarrollado una marca nacional, un manual de la experiencia con estándares de calidad y sostenibilidad, una plataforma digital de reservas y una academia para formar al sector. Queremos promover un turismo interior sostenible destinado a diversificar y atraer visitantes a zonas menos concurridas”, concluye el director de la Asociación Española de Municipios del Olivo. “La infraestructura institucional ya existe, pero ahora toca reforzar la profesionalización, financiar a empresas pequeñas, proteger el entorno y garantizar la sostenibilidad del sector olivarero”.

Preguntas frecuentes sobre el oleoturismo

¿Qué es el oleoturismo?

El oleoturismo es una modalidad turística vinculada al cultivo del olivar y a la producción de aceite de oliva que combina gastronomía, cultura y territorio.

¿Dónde se practica el oleoturismo?

En territorios olivareros, especialmente en zonas rurales con tradición en la producción de aceite de oliva.

¿Qué beneficios genera el oleoturismo?

Diversifica ingresos, crea empleo local, fija población y contribuye a la valorización del paisaje.

¿El oleoturismo es un turismo sostenible?

Sí, cuando se basa en prácticas responsables que protegen el entorno y refuerzan la economía local.