Dinamizar las exportaciones con mejoras de competitividad 'no cambiaria' es una prioridad para Argentina

Con el proceso de incorporación de tecnología de punta al campo hacia finales de los años 90 y el 'boom' de los precios de 'commodities' durante la década siguiente, se propició una mayor especialización en la producción de productos primarios y manufacturas de origen industrial (MOA), que actualmente alcanzan al 67% de las exportaciones argentinas. En cambio, a nivel mundial, más del 70% del comercio se concentra en productos manufacturados, de mayor valor agregado y solo un 20% está dado por productos primarios.

En un análisis realizado por BBVA Research se indica que la evidencia de los últimos 30 años ha mostrado que las cantidades exportadas son sensibles a cambios regulatorios y políticas comerciales. Durante la convertibilidad con un tipo de cambio real relativamente apreciado, las cantidades exportadas crecieron a un promedio anual de 8,4% favorecidas por la apertura del mercado petrolero, la creación del Mercosur y por el acuerdo automotriz de intercambio compensado con Brasil, mientras que entre 2003 y 2011, las cantidades exportadas crecieron a un promedio anual de sólo 3,5% a pesar de haberse observado un tipo de cambio real significativamente más depreciado que en el período previo. A partir de 2011/2012 las exportaciones en general cayeron hasta un 2,5% en promedio anual, como consecuencia del cepo cambiario y del congelamiento de las tarifas del área energética que desalentaron en forma sistemática la exploración y eventuales inversiones en el país.

La posibilidad de lograr un mayor dinamismo de las exportaciones argentinas dependerá de buscar otras formas de mejorar la denominada competitividad 'no cambiaria', frente a la perspectiva de que el tipo de cambio real se mantendrá relativamente apreciado. En este sentido, el Gobierno avanza con medidas que reduzcan los costos de las empresas exportadoras como transporte interno, logística, administrativos, etc. A fines de 2015, además de eliminar la principal restricción cambiaria que existía en Argentina como fue 'el cepo', el Gobierno dispuso la eliminación de las retenciones a las exportaciones (con la excepción de soja que determinó una rebaja gradual de 5% por año) y de los cupos en productos como carnes, maíz y trigo.

Si bien, según un informe del FMI, Argentina tuvo la peor 'performance' en la región en infraestructura en el período 2007-2015, en el cual se evalúa la calidad de las telecomunicaciones (celulares y acceso a internet), de la electricidad (capacidad de generación y calidad de la oferta) y de transporte (calidad de rutas, puertos, etc.), se advierte ya en 2016 el inicio de un plan destinado a reducir el costo del transporte y ya está preparado otro destinado a abaratar los costos de la logística del comercio exterior. El Plan de Seguridad vial 2015-2019 implica una inversión cercana a 12.000 millones de dólares para la construcción de autopistas, rutas y modernización de puertos.

El Gobierno ha puesto foco en una política de integración con el resto del mundo muy activa, buscando maximizar los acuerdos comerciales para lograr una reducción de las barreras arancelarias, lo cual también repercutirá en una mejora en la diversidad de destinos y variedad de productos colocados al exterior. Argentina ha sido aceptada como miembro observador en la Alianza del Pacífico al tiempo que avanzan las negociaciones para firmar un primer acuerdo Mercosur-Unión Europea a fines de 2017.