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BBVA Asset Management & Global Wealth: “Las bolsas tienen recorrido al alza en 2026 apoyadas en el crecimiento de los beneficios”

BBVA Asset Management & Global Wealth (BBVA AM&GW) estima que 2026 puede ser, en líneas generales, una continuación de 2025, con sus pros y sus contras. El crecimiento se debería situar de nuevo en cifras próximas al potencial de las economías. El margen para sorpresas positivas puede venir de mejoras en la productividad por la inteligencia artificial, mientras que el riesgo podría provenir de sorpresas al alza de la inflación y sus derivadas en los mercados. “La renta fija debería tener otro buen año y las bolsas tienen más recorrido al alza apoyadas en el crecimiento de beneficios”, ha señalado Joaquín García Huerga, director de Estrategia Global de BBVA AM&GW, en la presentación de la Visión de Mercados para 2026. “Recomendamos a nuestros clientes que mantengan carteras bien diversificadas por clases de activos y geografías, y que se atengan a sus perfiles de riesgo”.

BBVA AM&GW estima que es probable que las principales economías registren un crecimiento cercano a su potencial en 2026. Sería el resultado de fuerzas contrapuestas de parecida intensidad, y que configurarían una coyuntura de cierta continuidad respecto a 2025. “Mantenemos la tesis de fondo de que el ciclo económico expansivo tiene recorrido, apoyado en la resistencia del sector servicios y en el bajo endeudamiento de empresas y familias”, explica Joaquín García Huerga.

El comercio mundial sigue creciendo pese a los aranceles, que a su vez han desplazado flujos comerciales de EE.UU. hacia Asia excepto China y a México, mientras persiste el déficit comercial de EE.UU. en el 4% del PIB.

EE.UU. podría crecer en 2026 un 2%, según sus estimaciones. El consumo privado puede mantener un ritmo de crecimiento cercano al 2%, mientras que la inversión del sector tecnológico podría aportar un 0,4% al PIB. El empleo y las horas trabajadas se pueden estancar por una menor inmigración, pero la mejora de la productividad podría compensar el menor aporte del factor trabajo, e incluso suponer una sorpresa positiva.

En la eurozona, la gestora de activos de BBVA sitúa el crecimiento previsto en 2026 en el 1,2%. Los planes de gasto público harán que la inversión sea el principal motor de crecimiento, pudiendo suponer un estímulo cercano a 0,5 puntos porcentuales del PIB y compensando el impacto negativo de los aranceles. El consumo de los hogares continuaría creciendo gracias al aumento sostenido de los salarios reales, a la vez que el desempleo se mantendría estructuralmente bajo. Asimismo, los hogares podrían comenzar a reducir gradualmente su tasa de ahorro desde el 15,5% hacia la media pre-pandemia del 13%.

China podría crecer un 4,4% en 2026, con apoyo fiscal y freno doméstico. El país avanza hacia un modelo más enfocado en el consumo privado, pero esta transición coincide con un entorno doméstico débil. El desempleo juvenil elevado, los salarios reales estancados y la caída del valor de la vivienda han reducido la confianza y el gasto de los hogares.

“Podemos decir que la batalla general contra la inflación está casi ganada, pero con matices. Pensamos que algunos factores estructurales inflacionistas como los mercados laborales algo tensos o el coste de la transición energética siguen siendo relevantes”, sostiene García Huerga.

De hecho, esta batalla en EE.UU. todavía presenta algunas dudas. La previsión de BBVA AM&GW sitúa la inflación general en el 2,7%, en parte porque el precio de los alquileres sube a un ritmo del 5% anual. El precio de los bienes se está viendo impactado por los aranceles, pero en menor medida de lo previsto, porque los aranceles efectivos son inferiores a los anunciados. En la eurozona, la inflación general bajaría del 2% temporalmente, por el efecto base negativo del precio de la energía. La inflación de servicios, por su parte, continuará moderándose por los menores aumentos salariales, haciendo que la inflación subyacente promedie un 2% en 2026.

De esta forma, la política monetaria en EE.UU. seguirá siendo restrictiva, pero en menor medida. La Fed podría seguir reduciendo los tipos de interés hasta el 3,25% a finales de 2026, nivel que la gestora considera cercano a una política neutral (3%). Sin embargo, con una inflación en el objetivo, el Banco Central Europeo (BCE) mantendrá los tipos estables en el 2%, a la espera de observar el impacto de los estímulos fiscales en la inflación.

Previsión positiva para la renta fija

Con las inflaciones en general controladas y la expectativa de que la mayoría de los bancos centrales mantengan o relajen su política monetaria, la previsión para la renta fija de gobiernos desarrollados es de nuevo positiva, y puede volver a ser el motor de rentabilidad de las carteras conservadoras. Los modelos de BBVA AM&GW pronostican estabilidad en el precio de los bonos a 10 años de EE.UU. y de Alemania. Destacan las buenas previsiones para la renta fija de gobiernos emergentes, donde los tipos de interés todavía son altos y varios bancos centrales siguen inmersos en bajadas de tipos.

Pero uno de los riesgos de mercado en 2026 radica en el progresivo deterioro de las finanzas públicas (alta deuda y déficit) de países relevantes como el propio EE.UU. o Francia. El mercado podría exigir una prima de riesgo o plazo adicional por este motivo, lo que daría lugar a episodios de volatilidad.

“Si bien las valoraciones (diferencial frente a deuda pública) parecen exigentes en relación con la historia, seguimos encontrando atractivas las rentabilidades que ofrecen los activos en crédito”, apunta el experto. En términos ajustados por riesgo, prefiere el segmento de alta calidad (‘investment grade’) que el ‘high yield’.

Otro año de subidas en bolsa

“Respecto a las bolsas, consideramos que se dan las condiciones para que 2026 sea otro año de subidas”, afirma Joaquín García Huerga. El S&P 500 tiene una valoración claramente por encima de su media histórica, igual que el Nasdaq 100, pero no así el resto de bolsas europeas y emergentes, que se encuentran en la media histórica de valoración.

“A un año vista, más determinante que la valoración es la evolución de los beneficios empresariales, y pensamos que volverán a ser el soporte de los principales índices de bolsa”, señala. En EE.UU. el beneficio por acción (BPA) puede crecer un 9%, por la expansión del margen del sector tecnológico y un crecimiento de las ventas cercano al PIB potencial nominal del 4%. En Europa, después de dos años de estancamiento, y por expansión del margen neto, el BPA puede crecer el 7%, mientras que en España el sólido entorno macroeconómico y el buen desempeño del sector bancario justifican la previsión de subida del 7%.

“La alta valoración del sector tecnológico, que condiciona en buena medida la del conjunto de la bolsa estadounidense, en nuestra opinión, es más una invitación a diversificar inversiones en otros sectores o activos que a tildar sin más la situación de burbuja, dada la calidad y el elevado crecimiento de ventas y beneficios de esas empresas”, explica Joaquín García Huerga.

En lo tocante al eurodólar, la previsión para 2026 se sitúa en la zona de 1,17. La prevista estabilidad en los diferenciales de tipos reales y de inflación soportan esta valoración.

“Recomendamos a nuestros clientes que mantengan carteras bien diversificadas por clases de activos y geografías, y que se atengan a sus perfiles de riesgo”, concluye.