BBVA Research eleva la previsión de crecimiento del PIB de España al 3% en 2025 y al 2,3% en 2026
BBVA Research ha revisado al alza la previsión de crecimiento del PIB de España tanto en 2025 como en 2026 hasta el 3% y el 2,3%, respectivamente, frente al 2,5% y el 1,7% estimados en junio. Detrás de esta mejora se encuentra la resiliencia de la actividad económica, particularmente de las exportaciones de bienes, en un contexto que se preveía desfavorable. Además, la situación global mejora moderadamente. Por su parte, la revisión de las series de Contabilidad Nacional Trimestral muestra un mayor papel de la inversión en la recuperación. Según el último informe Situación España, en general el escenario hacia delante continúa siendo de fortaleza de la demanda interna, aunque con una contribución cada vez más negativa de la demanda externa, conforme se agota el tirón de las exportaciones de servicios.

BBVA Research percibe que las perspectivas de crecimiento global muestran una desaceleración comedida: del 3,3% en 2024 al 3,0% en 2025 y el 3,1% en 2026. Si bien la política fiscal, unas condiciones monetarias menos restrictivas y el impulso del cambio tecnológico son factores de apoyo, la actividad se verá limitada por el proteccionismo, las restricciones migratorias, la incertidumbre y las tensiones geopolíticas. “Los datos recientes apuntan a que el impacto negativo de los vientos de cara será más gradual de lo previsto hace tres meses”, apuntan los economistas. En Estados Unidos (EE. UU.) se mantiene la previsión de crecimiento del 1,7% en 2025 y se revisa a la baja ligeramente hasta el 1,8% en 2026. El PIB de la zona del euro aumentará un 1,3% este año, más de lo esperado en junio, dado el avance en el primer semestre, y un 1,0% el próximo si el estímulo por el gasto en defensa compensa el efecto de la subida arancelaria.
En España, la revisión de la serie histórica del PIB junto con la evolución de los indicadores disponibles hasta el momento muestran una economía más resiliente de lo esperado. Las estimaciones de un mayor crecimiento se extienden al período que abarca entre el tercer trimestre de 2023 y el segundo de 2025. En particular, este último aumenta del 0,7% al 0,8% trimestral. Por su parte, se prevé que el crecimiento del PIB en el tercer trimestre del año podría alcanzar el 0,7%. La ausencia de una desaceleración más intensa se explica por el mejor comportamiento relativo de las exportaciones, particularmente las de bienes, y el sólido avance de la demanda interna. Aunque las ventas de bienes a EE. UU. se han resentido del aumento de los aranceles y una apreciación del euro frente al dólar superior a la prevista, las realizadas al resto del mundo continúan aumentando. Además, la firma del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y la economía americana reduce la incertidumbre para las empresas y familias afectadas.
La previsión de crecimiento del PIB para España es del 3% para 2025 y del 2,3% para 2026.
La previsión de crecimiento del PIB para España es del 3% para 2025 y del 2,3% para 2026. “El escenario de expansión de la actividad continuará soportado por la aportación positiva, aunque menguante, de las exportaciones de servicios y la sólida recuperación de la demanda interna”, apuntan los economistas. A pesar de la desaceleración que se observa en el consumo de no residentes, se prevé que su crecimiento se mantenga alrededor o ligeramente por encima del registrado por el PIB. Este dinamismo seguirá sustentado por el cambio en las preferencias de los hogares europeos (que priorizan el gasto en servicios), la desestacionalización del turismo, la mayor inversión en el sector y el incremento en la población activa causado por la inmigración y el avance de la tasa de participación.
Estos últimos factores apoyarán también la expansión que mantienen las exportaciones de servicios no turísticos. El coste de algunos insumos clave para la industria, como el petróleo o la electricidad (en el mercado mayorista), se mantiene en niveles sensiblemente por debajo de los observados en 2024 o de lo que pagan las empresas en otros países europeos, a pesar de los recientes aumentos. Estas tendencias ayudan a que la inflación vaya convergiendo a niveles consistentes con el objetivo del BCE, y los indicadores adelantados apuntan a que dicha situación se prolongará durante los próximos trimestres (2,5% y 2,3% en 2025 y 2026, respectivamente). El menor crecimiento de los precios, junto con el avance de los salarios, impulsará la progresiva recuperación del poder de compra de las rentas de los hogares y, por lo tanto, del consumo privado.
Las políticas públicas contribuyen al crecimiento de la demanda interna
Según BBVA Research, las políticas públicas, tanto la monetaria como la fiscal, contribuirán al crecimiento de la inversión y del consumo privado. Los tipos de interés han consolidado una fuerte caída desde que tocaran techo hace un par de años y, aunque no se espera que sigan disminuyendo, ya que el euríbor 12 meses se situaría en el 2,2% en diciembre de 2025 y en 2,3% en el mismo mes de 2026, su nivel actual es atractivo para estimular la demanda de crédito tanto de familias como de empresas. Esta reducción en el coste de financiación permitirá que la inversión consolide la aceleración observada en los últimos trimestres. De particular importancia será la orientada a construir vivienda, que irá aumentando su aportación al crecimiento de la demanda interna. En general, los sectores intensivos en el uso de crédito se beneficiarán de este mejor entorno. Por su parte, la política fiscal continuará apoyando el crecimiento como consecuencia de la ejecución de las ayudas a los afectados por la DANA del año pasado, el incremento en el gasto en defensa y la posible aceleración en la ejecución de los fondos ligados al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
Las políticas económicas de EE. UU. siguen siendo una fuente de inestabilidad.
A pesar de todo, se mantienen riesgos importantes sobre el escenario. Las políticas económicas de EE. UU. siguen siendo una fuente de inestabilidad, junto con la incertidumbre alrededor de la sostenibilidad del avance en algunos sectores clave y los obstáculos al crecimiento de la inversión, la fuerza de trabajo y la productividad. “El impacto del aumento de los aranceles sobre el comercio con EE. UU. ha sido negativo, en línea con lo esperado y no se puede descartar que continúe siéndolo en el futuro, a pesar del acuerdo firmado. Esto, debido a la volatilidad que ha mostrado la política económica en el país americano y a que se pueden ir agotando algunos de los factores que permitieron atenuar los efectos durante los primeros trimestres”, señalan los economistas. A ello se suma la incidencia que tenga en los exportadores la apreciación del euro frente al dólar y la consecuente pérdida de competitividad. Además, a pesar de la revisión al alza, el crecimiento previsto del PIB en la eurozona continúa siendo relativamente bajo y limita el incremento de las ventas de bienes al exterior. Relacionado con lo anterior, el avance del turismo extranjero comienza a mostrar signos de agotamiento debidos, en parte, a la contención de la demanda europea.
Asimismo, las ganancias de competitividad como consecuencia de la inversión en energías renovables pueden ralentizarse en un entorno de elevada incertidumbre regulatoria e incremento de los costes. El sector del automóvil, por su parte, enfrenta la presión de los cambios en las preferencias de los hogares, la falta de infraestructuras que faciliten la transición hacia el vehículo eléctrico y el aumento de la competencia externa. Por otro lado, la falta de vivienda asequible supone un cuello de botella para mejorar el bienestar de la población más joven y para atraer capital humano. “La escasez de mano de obra en algunos sectores y regiones, junto con la atonía de la productividad laboral, lastran la capacidad de crecimiento hacia delante”, explica el informe. Por último, la reducción en el déficit público durante los próximos años será contingente en la implementación de medidas estructurales conforme se agote el impacto del ciclo en dicho desequilibrio. “La fragmentación política y la falta de consenso continúan afectando negativamente a la actividad”, concluyen.