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El futuro de la última milla en el comercio ‘online’: vehículos autónomos y drones

Cuando se envía un pedido a domicilio, la parte menos eficiente del recorrido suele ser la ruta entre el centro de distribución y el cliente final. Para hacer más sostenible y rentable este proceso, al que se le conoce como la última milla, varias compañías planean recurrir a los vehículos autónomos y los drones.

El futuro de la última milla en el comercio ‘online’: vehículos autónomos y drones

El comercio electrónico se ha disparado en los últimos años. En 2021 las ventas ascendieron a aproximadamente 4,9 billones de dólares en todo el mundo, según Statista. Se espera que esta cifra crezca notablemente en los próximos años, hasta alcanzar los 7,4 billones de dólares en 2025. El último tramo para entregar un paquete que se ha pedido por Internet resulta fundamental tanto para reducir el coste de los envíos como para poder hacer frente al aumento imparable de ventas y garantizar la sostenibilidad.

La última milla hace referencia precisamente al proceso final de entrega de un pedido: desde que el producto sale de un centro de distribución hasta el destino final. El Foro Económico Mundial subraya que esta etapa, además de requerir más mano de obra, representa una gran parte de los costes de la cadena logística. El tráfico, el estacionamiento en doble fila y el creciente número de vehículos de reparto se está convirtiendo en un problema cada vez más disruptivo para los sistemas de transporte urbano, según resalta este organismo.

El futuro de la última milla en el comercio ‘online’: vehículos autónomos y drones

Entre los retos de la última milla en el comercio electrónico, fuentes de Citibox mencionan “mejorar el ecosistema de las ciudades, descongestionar el tráfico mediante entregas nocturnas y bajar el consumo de dióxido de carbono (CO2) mediante la eficiencia de las rutas de las empresas de mensajería”. Esta compañía, que instala buzones inteligentes en portales, subraya que un edificio de 25 viviendas recibe de media 1.575 paquetes al año. Y esta cifra no para de crecer.

Las furgonetas eléctricas, los vehículos autónomos y los drones aspiran a acabar con algunos desafíos de la última milla. Prometen, por ejemplo, un ahorro de costes a las empresas y una reducción de los gases de efecto invernadero. Algunas compañías de paquetería como SEUR pretenden realizar un reparto 100% ecológico en múltiples ciudades españolas antes de 2025. Esta fuerte apuesta por los vehículos eléctricos evidencia una transición hacia un sistema más sostenible. Las entidades financieras apuestan por una última milla sostenible a través de su actividad de financiación. Es el caso de BBVA, que recientemente cerraba una operación con la gestora de inversión inmobiliaria global BentallGreenOak para la adquisición de un parking para vehículos eléctricos que utilizará Amazon en Bilbao.

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Desde la CTA, la asociación de compañías tecnológicas de Estados Unidos, aseguran que “a medida que persisten las limitaciones actuales en la cadena de suministro global”, la automatización en partes del proceso con los vehículos autónomos puede “proporcionar soluciones muy necesarias en los cuellos de botella en los envíos”. Steve Koenig, vicepresidente de investigación de la CTA, asegura que algunas tecnologías para asistir durante el estacionamiento y prevenir colisiones están redefiniendo los vehículos comerciales de reparto.

Los vehículos autónomos, según el Foro Económico Mundial, podrían complementar la entrega humana y cubrir la escasez de mano de obra durante los períodos de mayor actividad y la noche. Algunas investigaciones indican que estos vehículos pueden servir, además, para hacer frente al imparable aumento de pedidos, reducir los plazos de entrega y ofrecer intervalos más predecibles. En algunos países como Estados Unidos, Reino Unido o China, algunas empresas ya utilizan coches autónomos para repartir algunos paquetes a domicilio. En España, se espera que Glovo pruebe este año sus primeros vehículos autónomos de reparto.

Entregar paquetes por el aire

Más allá de los envíos por tierra, hay compañías que buscan otras vías para entregar paquetes rápidamente y sin contaminar. Es el caso de Amazon, que pretende llevar por el aire sus pedidos y entregarlos en menos de 30 minutos. El gigante del comercio electrónico consiguió en 2020 la aprobación de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos para su servicio de entregas con drones.

Otras compañías como UPS, Alphabet —la matriz de Google—, la cadena de supermercados estadounidenses Walmart o Correos ya realizan pruebas con drones de reparto. Desde esta última empresa española aseguran que estas aeronaves pueden “realizar con seguridad tareas de transporte en situaciones de emergencia (medicamentos, desfibriladores, balizas, baterías…), así como reparto en zonas aisladas o de difícil acceso”.

Para la implantación masiva de este tipo de tecnologías —tanto de los vehículos autónomos como de los drones—, aún hay que superar algunas barreras legislativas y de seguridad. “Sabemos que los clientes sólo se sentirán cómodos recibiendo entregas con drones si saben que el sistema es increíblemente seguro”, afirma Jeff Wilke, exdirector ejecutivo de la división de consumo de Amazon. Superar todos estos obstáculos es un reto ambicioso que persiguen múltiples compañías ante el drástico aumento de pedidos online. Solo en España, según el Instituto Nacional de Estadística, cinco de cada 10 usuarios ya compran por Internet.

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