Fondos de inversión social: qué son y cómo generan impacto positivo
Los fondos de inversión social son una herramienta clave para cerrar la brecha de la desigualdad sin renunciar a la rentabilidad económica. Este tipo de inversión permite canalizar capital hacia iniciativas que generan una transformación social: desde la inclusión hasta la educación, la salud o el empleo.
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Solo el 17% de las metas establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) están próximas a alcanzarse. El progreso está siendo especialmente lento en áreas como la reducción de la pobreza y la lucha contra el hambre, así como en regiones como América Latina, según se desprende del último informe sobre los ODS publicado en 2024. La falta de financiación continúa siendo el principal obstáculo. La ONU calcula que los países vulnerables y en vías de desarrollo necesitan 4 billones de dólares anuales para alcanzar los objetivos de sostenibilidad. En este contexto, los fondos de inversión social pueden desempeñar un papel decisivo.
Cómo funcionan los fondos de inversión social
Los fondos de inversión social funcionan como vehículos colectivos de inversión, pero con un mandato ampliado: además de buscar rentabilidad financiera, canalizan el capital hacia proyectos y empresas que generan un cambio significativo en la sociedad. Esto puede incluir iniciativas vinculadas a la inclusión, la educación, la sostenibilidad, la salud o el empleo. Los gestores de estos fondos toman decisiones alineadas con ambos objetivos —económico y social—, y deben demostrar resultados medibles en ambos planos.
“La principal diferencia entre un fondo tradicional y un fondo de inversión social es que los inversores le dan al gestor un mandato más amplio, que va más allá de la mera rentabilidad económica y busca también generar beneficios medibles para la sociedad”, explica Sebastián Welisiejko, chief policy officer de GSG Impact, una organización global fundada en 2013 en el marco de la presidencia británica del G8 con el objetivo de impulsar la inversión social o de impacto en todo el mundo.
Diferencias clave entre fondos ESG y fondos de impacto social
En la última década, la inversión sostenible no ha dejado de crecer: alrededor del 20 % del total de activos gestionados globalmente operan bajo algún criterio de sostenibilidad medioambiental, social o de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). El total invertido a través de fondos ESG ha alcanzado los 30 billones de dólares y podría llegar a los 33,9 billones en 2026, según los pronósticos de PwC. En este contexto, los fondos de inversión social no tienen tanto peso (alrededor de 1.5 billones de dólares o cerca de un 5 % del total invertido en fondos ESG, de acuerdo con la Global Impact Investing Network). Pero ¿cuál es la diferencia entre fondos ESG y fondos de inversión social?
“Los fondos ESG son fondos que en su mandato se comprometen a tomar en cuenta criterios ESG. Ahí puede haber de todo, desde inversiones en empresas que tienen en marcha una política de equidad hasta proyectos de energías renovables, aunque también iniciativas que parecen sostenibles, pero en realidad tienen muy poco impacto positivo”, añade Welisiejko, también socio de New Ventures, una organización de inversión de impacto en América Latina. “Dentro de ese paraguas tan amplio, los fondos de inversión social buscan incidir en cuestiones que tienen que ver con la salud, la educación, la promoción del empleo en población vulnerable o la vivienda asequible”.
¿A quién benefician los fondos de inversión social?
Viwala, del grupo New Ventures en México, es un gestor de vehículos de deuda que otorga préstamos no bancarios a compañías de impacto o que buscan alinear su negocio con el propósito. Nacida para apoyar a empresas mexicanas lideradas por mujeres o cuyo modelo de negocio beneficia a mujeres con el objetivo de reducir la brecha de género en el mercado laboral mexicano, en los últimos años Viwala incorporó mandatos de inversores para apoyar la inclusión de jóvenes en el mercado de trabajo formal, el crecimiento de negocios liderados por emprendedores del colectivo trans en México o la conservación de la biodiversidad marina, entre otras causas.
Es uno de los proyectos estrella de New Ventures. Los inversores ponen su dinero directamente en Viwala para conseguir una rentabilidad económica, pero también un impacto social medible y comunicable, ya que la gestora de la inversión social muestra, con números, cómo el dinero invertido está logrando cambiar la política de recursos humanos de una empresa determinada, reducir las emisiones de carbono y el uso de agua o haciendo que se contraten más jóvenes en situación de vulnerabilidad.
En Brasil, Vox Capital es uno de los fondos pioneros en inversión de impacto en el país, especializado en proyectos que mejoran la educación, la salud y la inclusión. Dentro de su portafolio de inversiones de 2024, destacan Isa Lab, una plataforma de asistencia sanitaria domiciliaria para mejorar el acceso a los servicios de salud, o Mevo, una plataforma digital de salud, que facilita la digitalización de las recetas y la asistencia farmacéutica a domicilio.
Otro de los ejemplos destacados de la región es Acumen Latin America Early Growth Fund, que opera en Colombia, México y Perú. Este fondo es una iniciativa conjunta de la ONG Acumen y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y busca el impacto positivo en sectores como la agricultura, la energía, la salud y los servicios básicos. Entre los proyectos en los que invierten hay iniciativas para apoyar a los pequeños productores de café y de cacao colombianos o herramientas para reducir el desempleo entre los jóvenes de la región.
En España, entidades como COFIDES (una sociedad público-privada adscrita al Ministerio de Economía, Comercio y Empresa) y asociaciones como Spain NAB (miembro de CSG) promueven la inversión social de impacto. De acuerdo con el último informe de Spain NAB, la inversión directa y la financiación bancaria de impacto han experimentado un crecimiento sostenido en España. Entre los proyectos apoyados, destacan Kanjo y BCN-Resol, dos start-ups que han desarrollado aplicaciones tecnológicas para prevenir y reducir la violencia contra la infancia y la adolescencia, o Irisbond, una empresa que diseña y fabrica dispositivos digitales que permiten comunicarse mediante los movimientos del ojo a personas con necesidades especiales.
La importancia de canalizar el capital hacia el cambio social
“El interés por la inversión social está creciendo entre todos los tipos de inversores”, señala Sebastián Welisiejko. “Algunos entran por vocación y otros entran porque se están dando cuenta que, en el fondo, los daños a los ecosistemas y a la sociedad van en detrimento de su negocio. Además, algunos están entrando también por motivos regulatorios, sobre todo, en la Unión Europea, donde se está notando la entrada en vigor de la Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad [CSRD, por sus siglas en inglés]”.
El crecimiento de la inversión social está lejos de lo necesario para cerrar esa brecha de los 4 billones de dólares anuales necesarios para que los países en vías de desarrollo alcancen los ODS en 2030. Esto es, en gran parte, debido a los desafíos que persisten tanto en la parte de los inversores y los gestores –la inversión social todavía se asocia con una baja rentabilidad– como en la parte de las empresas que demandan esa inversión, que no siempre cuentan con una propuesta comercial, un producto y una estrategia adecuadas para poder atraer el capital.
“Todo el dinero público sumado, jamás va a ser suficiente para cubrir una porción significativa de la necesidad de inversión social y ambiental que existe. Hay que superar esa falsa dicotomía de que el capital crea los problemas y los estados los solucionan. Si seguimos como estamos, con la maximización del retorno de la inversión como única brújula, vamos a vivir en un mundo muy incómodo e inestable”, concluye Sebastián Welisiejko. “Necesitamos que el sistema y el capital se alineen con la sostenibilidad social y medioambiental para avanzar hacia un mundo en el que todos vamos a vivir mejor”.
Preguntas frecuentes sobre los fondos de inversión social
¿Qué son los fondos de inversión social?
Son vehículos de inversión que buscan generar rentabilidad financiera y, al mismo tiempo, un impacto social positivo y medible.
¿En qué se diferencian de los fondos ESG?
Los fondos ESG aplican criterios ambientales, sociales y de gobernanza, mientras que los fondos de inversión social persiguen un impacto social directo como objetivo principal.
¿Los fondos de inversión social son rentables?
Sí. Buscan combinar impacto social con rentabilidad financiera ajustada al riesgo.
¿Qué sectores suelen financiar?
Educación, salud, inclusión financiera, empleo, vivienda asequible o servicios básicos.