¿Qué es la ganadería extensiva? Conoce sus principales características
La ganadería extensiva es un sector estratégico que usa pastoreo vinculado con el entorno geográfico y ajustado a su clima. Este tipo de ganadería mitiga los impactos ambientales y sociales de la producción de carne. Además, previene incendios y mejora la biodiversidad.
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Foto de apertura generada con Midjourney (IA)
La ganadería extensiva ha sido, durante milenios, simplemente ganadería. Hoy, la definimos como aquella que aprovecha los recursos naturales del territorio con especies y razas de ganado adaptadas al lugar y a sus ciclos climáticos y con pastos diversos. Técnicas que tienen un objetivo: garantizar el bienestar animal y respetar el medio que sustenta esa ganadería. Sin embargo, en el último siglo, la industrialización ha permitido que emerja un tipo de ganadería más intensiva. Además, esta no ha dejado de crecer impulsada, en gran medida, por los productos de síntesis química y los derivados del petróleo.
Los últimos datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señalan que la producción de carne ha superado los 360 millones de toneladas anuales a nivel mundial. Una tercera parte es carne de pollo y otro tanto de cerdo. El resto se reparte entre ganado vacuno, ovino, caprino y diferentes aves. La FAO no establece diferencias entre los modos de producción. Sin embargo, sí señala que la gran mayoría proviene de explotaciones de ganadería intensiva (especialmente en producción de pollo y de cerdo).
El modelo intensivo ha permitido multiplicar la producción de carne en las últimas décadas, pero sus impactos negativos también son evidentes, desde las dudas que plantea sobre el bienestar de animales que pasan su vida estabulados o encerrados en naves hasta su dependencia de insumos derivados del petróleo (como combustibles o fertilizantes químicos). Por eso, la ganadería extensiva, el modelo tradicional de ganadería, sigue apareciendo como una alternativa sólida para reducir los impactos ambientales y sociales de la producción de carne.
Diferencias entre ganadería extensiva e intensiva
Según la definición recogida por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, la ganadería extensiva implica el empleo directo de los recursos agroforestales y de los pastos diversos, ajustándose a su disponibilidad espacial y temporal, y la salvaguarda del entorno. Así, estas explotaciones se diferencian de las intensivas en la utilización del espacio (la extensiva necesita de territorios amplios en los que el ganado pueda moverse), el uso de insumos como piensos o energía y el impacto medioambiental. También hay diferencias en los tipos de alimentación (ya que la ganadería extensiva apuesta por los pastos o forrajes producidos localmente), el bienestar animal (ganado en libertad frente a ganado estabulado) y la calidad del producto final. Sin embargo, la ganadería extensiva y la intensiva no forman dos compartimentos estancos.
“Hoy en día, en Europa y en España, no existe una ganadería puramente extensiva, sino que existe algo que llamamos un gradiente de extensividad”, explica Mireia Llorente, ecóloga de la Fundación Entretantos y profesora de la Universidad de Valladolid. “Entendemos la ganadería extensiva como aquella que está vinculada con su territorio y en la que los animales se alimentan en una relación estrecha con él. En contraste tenemos un modelo intensivo donde los animales prácticamente no pastorean, están siempre encerrados y son alimentados con piensos cuyas materias primas se producen a muchos kilómetros del país”.
Este gradiente se puede desarrollar tomando como referencia diferentes factores. Así, por ejemplo, la FAO establece que en función del uso de los pastos existen cinco grandes tipos de ganadería extensiva:
- Nomadismo total. La cabaña y el ganadero no tienen una residencia permanente.
- Seminomadismo. Existe una residencia permanente, pero durante largos periodos los ganaderos se desplazan a zonas de pastoreo lejanas.
- Trashumancia. Los rebaños se mueven a diferentes zonas de pasto siguiendo los ciclos estacionales.
- Nomadismo parcial. Los ganaderos viven en asentamientos permanentes y sus rebaños pastan en las inmediaciones.
- Ganadería estacionaria. Los animales permanecen en la misma explotación durante todo el año.
Características de la ganadería extensiva
De acuerdo con el informe ‘Definición y caracterización de la extensividad en las explotaciones ganaderas en España’, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Fundación Entretantos y la Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo, las características principales de la ganadería extensiva son:
- Alimentación. Se usan predominantemente el pastoreo y los recursos alimentarios que proporciona el territorio. En caso de ser necesarios complementos, estos son de origen local y ecológicos.
- Movimiento de los animales. En función del gradiente, es más o menos libre, pero siempre adaptado al entorno geográfico y climático. Los modelos más extensivos aprovechan también los pastos de forma estacional y rotativa.
- Bienestar animal. Los dos factores anteriores influyen directamente en la calidad de vida de los animales, que sufren menos estrés y, por lo general, menos enfermedades.
- Impacto ambiental. Es más reducido que el de la ganadería intensiva, en la medida en que se depende poco de insumos externos que implican gasto energético y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Además, la extensiva aporta otros beneficios medioambientales.
- Economía circular. La ganadería extensiva favorece la recirculación de nutrientes en los ecosistemas (reduciendo la necesidad de aportes externos) y el aprovechamiento de subproductos agrícolas y ganaderos. Además, reduce la generación de residuos ganaderos, que en general se reintegran en el medioambiente.
- Especies. Empleo de razas autóctonas o adaptadas al entorno local.
- Integración con el territorio. Esta se produce tanto a nivel medioambiental como a nivel cultural y tradicional.
Beneficios de la ganadería extensiva
“De la relación estrecha de la ganadería extensiva con el territorio derivan muchos beneficios medioambientales, como la prevención de incendios, ya que los montes están más limpios, la catalización del ciclo de vida de los nutrientes, ya que el estiércol fertiliza el suelo, o la mejora de la biodiversidad, ya que los rebaños son portadores de semillas”, asegura Mireia Llorente. “Esto beneficia a muchas otras especies, como los insectos, la microfauna de los suelos o las aves que viven en relación directa con los rebaños y los espacios que crean”.
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Además de la menor huella de carbono de la ganadería extensiva, la ecóloga señala que estas actividades también tienen beneficios importantes desde el punto de vista cultural, desde el mantenimiento de las canciones tradicionales o las fiestas hasta la gastronomía. “La ganadería extensiva está asociada a todo esto que se viene llamando últimamente patrimonio cultural inmaterial”, añade. Por último, explica Llorente, también existen beneficios importantes para los consumidores ligados a la calidad nutricional de la carne de estos animales que pastan al aire libre y no se alimentan de piensos ni están medicados.
Y la lista de impactos positivos sigue. A nivel socioeconómico, la ganadería extensiva puede contribuir a fijar población en el medio rural. Además, al tratarse de una actividad adaptada al entorno local y a sus recursos, es más resiliente frente a eventos meteorológicos extremos, como sequías, y otros efectos del cambio climático, así como a los vaivenes económicos relacionados con los precios de los combustibles fósiles o los fertilizantes.
Los desafíos de la ganadería extensiva
Las características propias de la ganadería extensiva hacen que la implantación de este modelo productivo se enfrente a desafíos importantes: la dificultad de competir en precios con los modelos intensivos, la falta de mano de obra y de relevo generacional en muchos entornos rurales y la falta de apoyo específico en las subvenciones y en la política agraria común (PAC) de la Unión Europea. Además, la ganadería extensiva tiene que lidiar con las consecuencias de no tener un reconocimiento claro o una marca propia.
“Un obstáculo muy importante tiene que ver con la falta de reconocimiento de la propia ganadería extensiva. En la medida que un consumidor no es capaz de saber cuál es el origen de la carne que está comprando, no puede pagar el precio ni apoyar este modelo de producción, por mucho que le guste más en términos de bienestar animal, valores medioambientales o valores socioeconómicos”, apunta Mireia Llorente.
En definitiva, la ganadería extensiva agrupa un conjunto de prácticas con beneficios claros desde el punto de vista de la lucha contra el cambio climático, la protección de la biodiversidad, el bienestar animal o la mejora del tejido socioeconómico rural. Sin embargo, se enfrenta a desafíos que son importantes.