La insecticultura se postula como una fuente de proteínas saludables y sostenible. Las granjas de insectos consumen menos agua y alimentos que la ganadería convencional y generan muchos menos gases de efecto invernadero. Naciones Unidas reconoce su contribución a la seguridad alimentaria y al medioambiente.
Ganadería Sostenible
Con el objetivo de impulsar la agricultura y la ganadería sostenible, BBVA pone a disposición del sector agropecuario soluciones para que los productores puedan adoptar medidas que contribuyan con la sostenibilidad. Además el banco da a conocer herramientas de varias agrotechs que les permitan, a su vez, digitalizar su actividad en ámbitos como el control del riego, la gestión del ganado y de los pastos o la reducción de su huella de carbono. El banco ayuda así a los agricultores y ganaderos de España en su transición sostenible.
En su apuesta por reactivar la economía y ayudar a los empresas, BBVA lanzó el crédito agrosostenible BBVA, diseñado para ofrecer financiación a los proyectos sostenibles del sector con beneficios en la tasa de interés. Los interesados deberán acreditar su inversión en rubros como el riego eficiente, maquinaria de siembra directa, energías renovables y producción certificada como orgánica.
Ante la demanda de productos animales, por ejemplo carnes y lácteos, se avanza en el modelo intensivo o industrial de producción ganadera, sobre todo, en los países emergentes o en desarrollo. Así se distribuyen las grandes granjas en el mapa.
Reduce horas de trabajo (un alivio en un oficio tan exigente) y favorece el ordeño voluntario, lo que contribuye al bienestar animal y permite un funcionamiento alineado con la sostenibilidad de la ganadería. Una inversión apta para grandes explotaciones, aunque la ganadería sostenible poco a poco se extiende a los ganaderos medios.
Alineada con la sostenibilidad, la ganadería sostenible es aquella que no recurre a químicos ni hormonas en el tratamiento de los animales, que se preocupa por el nivel de emisiones y racionaliza el uso de los recursos naturales. Por ello, los productos procedentes de estas ganaderías, como por ejemplo la carne y la leche, son más amables con la naturaleza.
La ganadería intensiva se basa, como las demás industrias, en la intensificación de los factores de producción. Juega un papel importante para cubrir las necesidades de proteína de las personas y supone una mayor producción con menos costes. Sin embargo, produce casi el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero.