El botón de arrepentimiento: ¿cómo funciona y cuándo usarlo?
El botón de arrepentimiento permite la devolución de la compra de productos y servicios cuando se hace de forma ‘online’. Conoce cómo funciona y cuáles son las consideraciones a tener en cuenta a la hora de usarlo.
El botón de arrepentimiento es una herramienta que le otorga a los consumidores el derecho de revocar la aceptación de una compra ‘online’, ya sea en páginas web o en aplicaciones digitales. Argentina implemento esta norma en octubre de 2020, a partir de una resolución de la Secretaría de Comercio Interior que depende del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
Enmarcada en la Ley 24.240 de Defensa al Consumidor y en el Código Civil y Comercial de la Nación (Ley 26.994), la medida tiene como objetivo facilitar la devolución y reembolso de las transacciones. Debe incluirse en los sitios web de todos los proveedores de productos y servicios.
Acorde a la regulación y para facilitar el proceso de devolución, BBVA en Argentina cuenta con el botón de arrepentimiento para todas las compras de productos y servicios bancarios en sus canales digitales. Por ejemplo, para el alta de tarjetas de crédito o la contratación de un seguro.
El plazo que otorga la ley para dar marcha atrás en la operación es de 10 días hábiles. Una vez solicitado, el banco tiene la obligación de responder en 24 horas y brindar el código de identificación de la baja o devolución que el consumidor pidió.
El consumidor y los contratos en el entorno digital
Para poder validar el proceso de arrepentimiento, la persona debe cumplir con una serie de condiciones como una forma de resguardar los derechos del consumidor.
- La primera condición, es que el consumido solicite la cancelación en un plazo no mayor a los 10 días hábiles de la compra o contratación.
- También, que el producto o servicio no haya sido utilizado. De ser así, BBVA cobrará costos y comisiones proporcionales al tiempo en que fuera utilizado.
- Por último, sólo se podrá solicitar la cancelación de la totalidad de los productos o servicios adquiridos. Esto quiere decir que no se aceptan cancelaciones parciales.
En cualquier caso, el cliente puede contratar el producto o servicio nuevamente por la vía que elija más conveniente.