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BBVA Research: “Extremadura será la región con mayor crecimiento de la renta per cápita entre 2017 y 2020”

BBVA Research prevé que la renta per cápita de Extremadura aumentará el 8,2%, entre 2017 y 2020, un 2,2% por encima de como lo hará en el conjunto de España. Así lo indica el Servicio de Estudios de BBVA en su último informe ‘Situación Extremadura 2019’, presentado este lunes 11 de marzo por el economista jefe para España de BBVA Research, Miguel Cardoso, y José Ballester, director de la Territorial Sur de BBVA. Asimismo, la economía extremeña podría alcanzar un crecimiento del 2,4% en 2019 y el 1,9% en 2020, lo que permitiría crear 13.000 nuevos empleos al final del bienio.

En 2018, el PIB regional habría aumentado un 2,6%, cinco décimas por encima del crecimiento anual registrado en 2017. De este modo, la economía extremeña no se habría visto afectada en 2018 por la desaceleración generalizada que se observó en el conjunto de España. El dinamismo de la economía extremeña se debe al mantenimiento del crecimiento del consumo privado y un aumento del consumo y la inversión pública. Además de una reducción en las exportaciones de bienes y la estabilidad del avance en las de servicios turísticos.

Asimismo, el gasto de los hogares mantuvo estable su crecimiento a pesar de que los vientos de cola empezaron a perder vigor y la demanda embalsada se ha ido absorbiendo. La licitación de obra pública volvió a aumentar en 2018 y la inversión en vivienda siguió recuperándose, aunque los precios se estancaron, lo que contrasta con el aumento a nivel nacional. Por otro lado, las exportaciones de bienes se desaceleraron levemente debido al menor crecimiento de las exportaciones de manufacturas a los países de la eurozona. Finalmente, la evolución del turismo sigue siendo positiva.

La economía extremeña seguirá creciendo por encima del 2% en el conjunto del bienio

En este contexto, las previsiones para el bienio 2019-2020 son favorables, aunque la tendencia en el horizonte de previsión es de una desaceleración moderada, en línea a lo esperado para el conjunto de España. Esta valoración es coherente con el reciente aumento de la incertidumbre y los riesgos para la economía. Así, BBVA Research prevé que la economía extremeña crecerá un 2,4% en 2019 y un 1,9% en 2020.

En todo caso, diversos factores siguen contribuyendo al dinamismo de la economía de la región. Por un lado, el impulso fiscal derivado del aumento de salarios públicos y de las pensiones, y el incremento del salario mínimo contribuirán a aumentar la renta disponible de los hogares y sostener el consumo a corto plazo. En particular, Extremadura será una de las regiones más favorecidas por esas medidas de incremento del gasto público y dinamización de la renta de los hogares. Además, la normalización más lenta de lo previsto de la política monetaria apoyará la demanda interna y, en particular, al sector inmobiliario.

Por otro lado, se espera que la recuperación de la demanda mundial continúe, a pesar del menor crecimiento en la eurozona, principal destino de las exportaciones regionales. Además, el abaratamiento del coste del petróleo y un euro algo más depreciado deberían apoyar el dinamismo de las exportaciones de bienes fuera de la eurozona.

Con todo, se mantiene la incertidumbre en diversos aspectos: en el entorno global, un aumento de tarifas aduaneras entre EE.UU., la UE y China es el riesgo más evidente, junto con un ajuste intenso del crecimiento en China y EE.UU. y un contexto europeo de mayor incertidumbre, ya que ha aumentado la probabilidad de una salida sin acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea. El impacto directo sería reducido para el caso de Extremadura. En todo caso, la posibilidad de un conflicto comercial mayor, junto con el efecto indirecto que pudiera tener un deterioro del entorno financiero relacionado a lo anterior, podría llevar a un escenario de menor crecimiento del comercio y de la economía mundial, en general, y europea, en particular.

A nivel doméstico, existen dudas sobre la política económica y la mayor incertidumbre derivada de la convocatoria de elecciones anticipadas. Un aumento de la fragmentación política podría condicionar las decisiones de política económica y territorial. Además, el ciclo político despierta dudas sobre la evolución del gasto público y el cumplimiento de los objetivos de déficit, tanto a nivel nacional como regional. Además, se prevé una desaceleración del crecimiento del turismo, clave en la creación de empleo en España. Ello podría, por tanto, repercutir en el dinamismo del turismo interno, más relevante para la actividad en Extremadura y que en 2018 actuó como uno de los apoyos al crecimiento.

A nivel regional, la información disponible indica que la Junta de Extremadura cerró el año 2017 incumpliendo el objetivo de déficit y que probablemente también lo habría incumplido en 2018, lo que obligará a realizar el proceso de consolidación en una fase menos favorable del ciclo económico.

Por otro lado, si bien es posible que a corto el aumento del salario mínimo permita un incremento del consumo, tendrá efectos negativos sobre el crecimiento y la creación de empleo a largo plazo, en la medida en que no venga acompañado de medidas que ayuden a mejorar la productividad.

13.000 nuevos empleos en Extremadura en 2019 y 2020

De cumplirse el escenario planteado para Extremadura, la región podría crear 13 mil puestos de trabajo en 2019 y 2020, y reducir la tasa de paro promedio en 5,1 (puntos porcentuales) hasta el 21,2% a finales de 2020.

Según las previsiones del Servicio de Estudios de BBVA, este crecimiento permitirá aumentar los niveles de PIB per cápita en un 2,7% promedio anual en este bienio, en un contexto de caída de la población.

En todo caso, los retos a medio plazo para la economía extremeña son exigentes: el empleo se encontrará todavía 4,5 p.p. por debajo del nivel de 2008, y la tasa de paro 5,8 pp por encima de su nivel ese año. La elevada proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan y el significativo nivel de temporalidad implican que la recuperación puede ser desigual y no inclusiva. Por tanto, se deben impulsar medidas que reduzcan la vulnerabilidad de la economía extremeña y la española ante los desafíos vigentes.

Finalmente, la revista presenta un análisis de la evolución de la población de España y Extremadura entre 1950 y 2016. Al igual que en el resto de España, en Extremadura se observa un rápido proceso de envejecimiento, así como un flujo migratorio negativo sustancial. De esta manera, la población de Extremadura ha ido descendiendo y envejeciendo las últimas décadas. Ello implica, por tanto, que este debe ser considerado como un reto de primera magnitud.