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Los instrumentos de la política monetaria

El tipo de interés de intervención, las operaciones de mercado abierto, las facilidades permanentes o las reservas mínimas son algunos de los instrumentos de la política monetaria para cumplir su principal objetivo: la estabilidad de los precios. Para entender su relevancia y el impacto que generan sobre la economía real, analizamos el concepto de política monetaria y las principales herramientas que dispone para llevarla a cabo.

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En todos los países o regiones hay una autoridad monetaria, denominada banco central, que controla la cantidad de dinero en circulación, es decir, la oferta monetaria, y el coste de dinero (el tipo de interés de referencia). Ambas son variables fundamentales sobre las que el banco central actúa con el fin de incidir en el ritmo de crecimiento de la economía y el nivel de precios de la misma. Cada banco central concede distinta importancia relativa a los objetivos de crecimiento económico y precios.

En el caso del área euro, la autoridad monetaria es el Banco Central Europeo (BCE) y su principal objetivo de política monetaria es la estabilidad de los precios. Para lograrlo, el BCE tiene a su disposición una serie de instrumentos. El tipo de interés de intervención, cuyo nivel establece el propio BCE, es una de sus principales herramientas, ya que es el tipo de interés de referencia para la fijación del coste aplicado a los préstamos que los bancos conceden a los hogares y a las empresas, afectando a sus decisiones de consumo, ahorro e inversión. Estas decisiones determinan la producción y la demanda de una economía y por tanto, los precios.

Otros instrumentos de política monetaria

Además del tipo de interés de referencia, el BCE dispone también de otros instrumentos de política monetaria:

  • Operaciones de mercado abierto. El BCE inyecta a las entidades de crédito una cantidad determinada de liquidez a un plazo dado a cambio de que éstas le entreguen durante ese período un activo financiero como garantía. El coste mínimo al que el BCE presta esa liquidez es el tipo de interés de referencia antes mencionado y denominado tipo repo.
  • Las facilidades permanentes, con las que el BCE proporciona y absorbe liquidez a un día. Existen dos facilidades permanentes:
    • La facilidad marginal de crédito, que suministra liquidez a un día a las entidades de crédito a un coste superior al del tipo de referencia.
    • La facilidad marginal de depósito, utilizada por las entidades para efectuar depósitos a un día en el banco central, y que el BCE remunera a un tipo de interés inferior al del tipo de referencia.
  • Las reservas mínimas o el coeficiente de caja que las entidades de crédito tienen que cumplir mensualmente dejando un porcentaje dado de sus depósitos de clientes en una cuenta del banco central.

Medidas monetarias no convencionales

Los instrumentos mencionados son los empleados por el BCE en condiciones económicas y financieras normales, es decir, en ausencia de anomalías relevantes en la transmisión de la política monetaria. Aunque bajo ciertas situaciones extremas, puede llegar a adoptar medidas monetarias no convencionales, de carácter excepcional y naturaleza temporal. Entre ellas:

  • Operaciones de inyección ilimitada de liquidez. En las operaciones de mercado abierto se adjudica una cantidad determinada en función de las necesidades totales de liquidez del sector bancario y el coste variables variable según la demanda de liquidez.
  • Ampliación de la lista de activos financieros aceptados como garantía en las subastas de inyección de liquidez.
  • Compra de títulos de bonos de deuda pública o privada en los mercados de negociación, (en particular, títulos emitidos por el sector bancario con garantía hipotecaria).

En una fase del ciclo complicada, recesiva o de estancamiento en algunos de los principales países desarrollados, la orientación de las políticas monetarias aplicadas por los bancos centrales suele ser claramente expansiva.

Con el objetivo de reactivar el crecimiento económico, los bancos centrales optarían  por incrementar el suministro de liquidez al sistema crediticio, recortar el tipo de interés de referencia y, en algunos casos, como los del banco central de Estados Unidos (Reserva Federal), Japón o Reino Unido, realizar compras de títulos de deuda por importes elevados.