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La banca mexicana ante la situación financiera global

Silicon Valley Bank (SVB) fue intervenido por las autoridades estadounidenses el pasado viernes 10 de marzo, tras registrar una importante salida de depósitos. La aversión al riesgo en los mercados financieros globales impactó en el rendimiento del bono de dos años del gobierno estadounidense, cayendo más de medio punto, algo que no pasaba en los últimos 40 años.

La pregunta inmediata ante esta situación es evidente. ¿Se trata de un problema generalizado en el sistema bancario de los Estados Unidos o es un caso aislado?  Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México, en su artículo “Sistema bancario mexicano sólido ante turbulencia financiera global” explora lo sucedido con el SVB para determinar con los elementos actuales si se trata de un evento sistémico.

Crecimiento del SVB y la FED

Para explicar lo sucedido con SVB, Serrano expone que dicho banco experimentó un crecimiento de depósitos muy superior a la media del sistema, derivado a que la base de sus depositantes se concentraba en las empresas tecnológicas o startups que, ante la reducción a cero de las tasas de interés de la Reserva Federal, recibieron una gran cantidad de fondos en los años 2020 y 2021.

Por otra parte, la demanda del crédito recibida por SVB fue significativamente menor a los depósitos, por lo que el banco colocó el excedente en bonos de largo plazo, tanto gubernamentales como respaldados por hipotecas. Estos movimientos dejaron a la institución expuesta a un alto riesgo a las variaciones en tasas de interés.

Por su parte la Reserva Federal aplicó una política monetaria más restrictiva, que se vio manifestada en el rápido aumento de las tasas de interés, provocando así una abrupta disminución en el valor de los bonos en posesión de SVB, los cuales constituían el 60 por ciento del valor de sus activos. Aunque otros bancos norteamericanos también tienen bonos en su balance y han registrado pérdidas, el porcentaje de SVB era muy superior a lo observado en el sistema.

“los factores que llevaron a SVB a esta situación son idiosincráticos y no parecen estar presentes en la mayoría de los bancos en Estados Unidos”

Serrano apunta otra particularidad del banco, la cual está relacionada con el mercado de startups que atendía, y que consistía en “el muy alto porcentaje de depósitos no cubiertos por el seguro de depósitos (96 por ciento de sus depósitos no eran retail) lo que dio lugar al pánico entre sus depositantes y ocasionó la corrida”. Con base en lo anterior, el especialista comenta que no hay elementos para asumir que lo sucedido con SVB y el cripto-banco más grande de Estados Unidos, Signature Bank, constituyan eventos sistémicos ya que se trata en mayor medida de un evento aislado ya que “los factores que llevaron a SVB a esta situación son idiosincráticos y no parecen estar presentes en la mayoría de los bancos en Estados Unidos”. La situación de estos bancos debe entenderse como una falla del supervisor, a lo que se suma la relajación de la regulación en 2018 para los bancos que no son considerados sistémicos, como el caso de SVB.

Por lo pronto la Fed anunció algunas medidas para minimizar la probabilidad de que un escenario de una corrida bancaria así ocurra, entre las que destaca una línea de liquidez que tomará como garantía bonos a su valor nominal.

La banca en México

Para Serrano, las problemáticas presentadas por los bancos indicados, no caracterizan al sistema bancario mexicano, por lo que explica que “la tenencia de bonos que pueden ser sujetos a riesgo de tasa de interés es sustancialmente menor; existen reglas claras para aquellos instrumentos que se clasifican como conservados a vencimiento y que, por lo tanto, no deben valuarse a valor de mercado; además de que la absoluta mayoría de los depósitos es estable y está protegida por el seguro de depósitos del IPAB. Finalmente, conviene recordar que el nivel de capitalización de la banca mexicana se encuentra significativamente por encima de los mínimos regulatorios”.

La regulación

Para finalizar, el economista puntualiza que una lección que se desprende de esta situación, es que la regulación diferenciada es una mala idea. “Afirmar que bancos de menor tamaño deben tener requisitos regulatorios más laxos equivale a decir que se debe dar menor protección a depositantes de bancos más pequeños, que se trata de depositantes de segunda”. Se puede, cómo hoy se hace, exigir más capital a un banco sistémico por considerar que por tener tal carácter pudiera, de emproblemarse, ocasionar complicaciones para el resto del sistema. Serrano concluye señalando que “más allá de esto, hay que tener claro que las mismas actividades deben estar sujetas al mismo marco de regulación prudencial”.

El artículo se publicó en El Financiero el 16 de marzo de 2023 y puede consultarse en este link.