El emprendimiento social en España: inclusión y sostenibilidad como modelo de negocio
El emprendimiento social está creando un ecosistema de empresas donde la sostenibilidad ambiental y la inclusión social son pilares fundamentales de la estrategia de negocio. Un estudio elaborado por el Esade Center for Social Impacto (ECSI) apunta a que este tipo de empresas no paran de aumentar en España. BBVA reflexiona en un nuevo monográfico sobre este creciente interés, el cual surge como respuesta a un momento marcado por una mayor conciencia social a nivel mundial.
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De acuerdo con el European Social Enterprise Monitor 2021 - 2022: Informe sobre España, elaborado por el Esade Center for Social Impact (ECSI) con la participación de 80 empresas sociales, existe un interés creciente por el emprendimiento social en España. De hecho, casi el 50 % de las empresas participantes en el informe fueron creadas entre 2012 y 2022.
Este aumento de la creación de empresas sociales surge, de acuerdo con Esade, como respuesta a un momento “marcado no solo por una multitud de cambios y crisis sociales y medioambientales, sino también por una mayor conciencia social sobre la necesidad de abordarlos de manera responsable y transparente”.
Al mismo tiempo, el 25 % de las empresas que participan en el estudio fueron fundadas antes del año 2000. Así, nos encontramos con un contexto interesante, en el que existen empresas afianzadas, con décadas de experiencia y recorrido y también cierta inquietud por crear más iniciativas de este tipo.
Inclusión social: clave en este tipo de empresas
“Cuando empezaron las empresas sociales en España, en los años sesenta y setenta, lo más importante que hacían era generar empleo para colectivos desfavorecidos, para personas con capacidades diferentes; es decir, personas con enfermedades mentales, discapacidades físicas, etcétera”, señala Alfred Vernis, profesor del Departamento de Dirección general y Estrategia en Esade.
“Este primer aspecto socioeconómico tiene muchísima importancia, aunque muchas veces no se le da la suficiente. Pensemos que algunas de estas personas, de no haber sido por estas iniciativas, estarían en su casa, consumiendo recursos públicos e impidiendo que sus familiares trabajaran. Sin embargo, se han incorporado a la fuerza laboral de nuestro país, pagan sus impuestos y permiten que sus familiares también trabajen”, señala Vernis.
Hoy en día, y de acuerdo con los resultados del estudio de Esade, el empresariado social en España sigue priorizando los fines sociales. En concreto, el bienestar de los colectivos más vulnerables. Los dos sectores que cuentan con más representación de este tipo de empresas son los que tienen que ver con la salud y el trabajo social y con la educación.
Casi siete de cada diez empresas sociales benefician a grupos específicos de personas
Como consecuencia, casi siete de cada diez empresas sociales benefician a grupos específicos de personas, como las que sufren problemas de salud mental, los desempleados de larga duración o las mujeres y las niñas. De acuerdo con Esade, lo más habitual es que las empresas sociales se adapten y se especialicen para responder a las necesidades específicas de un sector en concreto y así fomentar la inclusión social.
La sostenibilidad medioambiental también tiene su hueco
Del mismo modo, los tres Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS) que resultan más relevantes para estas empresas son el ODS número 10 (Reducción de las desigualdades), el 8 (Trabajo decente y crecimiento económico) y el 5 (Igualdad de género). Aquellos que tienen que ver con el medioambiente –como el 13 (Acción por el clima) o el 15 (Vida de ecosistemas terrestres)– reciben menos atención.
Eso no quiere decir que no existan iniciativas ligadas al medioambiente. “Tenemos un buen ejemplo en Sylvestris, un proyecto que desde hace más de 15 años se dedica a la repoblación forestal en lugares impensables utilizando drones y contratando trabajadores inmigrantes por toda la geografía española”, ejemplifica Vernis.

Innovación y financiación, clave en el ecosistema del emprendimiento social español
Actualmente, otra de las características que determinan el emprendimiento social en España es la innovación. “La capacidad de innovar es un aspecto que personalmente siempre me ha fascinado del emprendimiento social”, continúa el profesor de Esade. “Cuando estos emprendedores ven un reto en la sociedad, o se encuentran con una dificultad personal no resuelta por el mercado, innovan. La empresa de Pau Bach, por ejemplo, ha vendido más de 10.000 ‘handbikes’ por todo el mundo, cambiando la vida a muchas personas”.
Esto coincide con otra de las conclusiones del estudio de Esade: existe un interés compartido por la innovación. El 90 % de las empresas encuestadas se considera innovadora y el 95 % tiene voluntad de escalar su negocio.
Un tercer aspecto que ha resultado fundamental a la hora de forjar la importancia del emprendimiento social en España, de acuerdo con Vernis, es la atracción de inversores y financiamiento. “El emprendimiento social lleva cada vez más a inversores, fundaciones, entidades financieras, universidades, etcétera, a dedicar tiempo y dinero a empresas sociales. ¿Por qué? Porque cada vez más gente busca un propósito y las empresas sociales ofrecen esta oportunidad”, señala.
En este punto, el sector público juega un rol importante. Los datos de la encuesta indican que una de cada dos empresas sociales solicitó financiación pública en los 12 meses previos al estudio y que cerca del 70 % obtuvo una parte importante de la cantidad solicitada.
No obstante, la falta de financiación y de concienciación y las dificultades del empresario para conseguir visibilidad están entre los principales desafíos a los que se enfrenta este sector en España. De acuerdo con Esade, crear un marco político específico para las empresas sociales supondría una solución que valoraría positivamente el 80 % de las entidades encuestadas.