Vermicompostaje, la solución para mejorar tu huerto casero (y reducir tus residuos)
El vermicompostaje consiste en la descomposición natural de la materia orgánica gracias a la actividad de animales detritívoros, las lombrices. A través de su tubo digestivo, estas convierten los restos en un abono de muy buena calidad –e ideal para nutrir huertos caseros y las plantas del hogar– que se conoce como vermicompost o humus de lombriz.

Para desarrollarse y crecer sanas, las plantas necesitan nutrientes. Unos nutrientes que dependen de la especie, de su tamaño o del lugar en el que estén plantadas. Por eso, en casas y apartamentos de todo el mundo es habitual encontrarse con sacos de sustrato o abono con los que los dueños de las plantas, con mejor o peor resultado, intentan darles los más convenientes cuidados.
Pero, ¿y si el mejor recurso para estas plantas no se encontrase en un saco comprado en el vivero más cercano, sino en nuestras basuras? Lo cierto es que existe una solución fácil, económica y libre de olores para elaborar compost en casa y a la vez reducir la cantidad de residuos orgánicos que enviamos a los vertederos: el vermicompostaje.
Abono de buena calidad
El vermicompostaje necesita de lombrices, temperatura ambiente y una pequeña estructura. El humus creado –a través de su tubo digestivo– aporta nutrientes y minerales.

“En el proceso digestivo se da un enriquecimiento enzimático de la materia orgánica. Así, con el humus de lombriz se ponen a disposición de las plantas otros nutrientes”, explica Raúl el Lombricero, el nombre con el que se conoce en redes a este divulgador experto en lombricultura, vermicompostaje y gestión sostenible de los residuos.
“El vermicompostaje se diferencia del compostaje convencional en que en este último entran en juego otros seres vivos, toda la red trófica del suelo, para transformar la materia orgánica en compost”, añade. “Además, el proceso es totalmente distinto porque en el compostaje se calienta la materia orgánica, mientras que el vermicompostaje se realiza a temperatura ambiente”.
Es importante también diferenciar el proceso de vermicompostaje de la vermicultura, una actividad mucho más amplia que engloba la cría de lombriz con diferentes fines, desde realizar servicios de vermicompostaje hasta servir de alimento a otros animales.
Beneficios del vermicompost
Gracias a la acción de las lombrices, el vermicompost supera por lo general los beneficios del compost convencional. Los más destacables están relacionados con su capacidad para mejorar la estructura del suelo y nutrir las plantas. De acuerdo con los centros educativos de la Red de huertos de la Comunidad de Madrid, este compost restaura la actividad biológica del suelo, aumenta la capacidad de almacenar y liberar los nutrientes que necesitan las plantas y contribuye a aumentar su resistencia contra las plagas.
Por otro lado, la fabricación de vermicompost contribuye a reducir la cantidad de residuos orgánicos que van a parar a los vertederos, en donde muchas veces son incinerados. “La actividad de los vertederos contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), como el metano o el dióxido de carbono (CO2). De ahí que contribuir al vermicompostaje implique ventajas medioambientales importantes”, explica Raúl el Lombricero.
“En tercer lugar, entra en juego el hecho de que es un abono muy equilibrado, estable y respetuoso para las plantas. De hecho, es uno de los pocos abonos con los que da igual que te pases con la cantidad: aunque lo hagas, no vas a quemar las plantas”, añade el divulgador.
Vermicompostaje paso a paso
A los beneficios de utilizar vermicompost en un huerto casero se suma el hecho de que este puede elaborarse de forma sencilla y en casa, sin necesidad de dedicarle mucho espacio. Solo es necesario tener un vermicompostero, elegir las lombrices más apropiadas, alimentarlas y dejarlas actuar. Te contamos cómo hacer vermicompostaje paso a paso:
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Elegir un buen vermicompostero
El vermicompostero es, como su propio nombre indica, el compostero que permite elaborar compost gracias a la acción de las lombrices. Se trata de una estructura formada por varias cajas o bandejas apilables, conectadas entre sí por agujeros que sirven tanto para favorecer que el oxígeno circule como para permitir el paso de las lombrices y el drenaje de los lixiviados (un líquido resultante del proceso, que puede utilizarse como fertilizante tras diluirlo en agua).
Los vermicomposteros pueden comprarse en tiendas especializadas (al igual que el resto de los materiales necesarios para realizar este proceso), pero también pueden fabricarse estructuras caseras. ‘Plantea tu vida en verde’ da algunos consejos para hacerlo con cajas o bandejas de plástico y de forma sencilla.

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Ubicarlo en el lugar más apropiado
Tal y como explican desde la Red de huertos de la Comunidad de Madrid, el lugar más indicado para tener un vermicompostero en casa es aquel aislado del frío, de las lluvias, del calor y del sol directo. Por lo general, los vermicomposteros caseros son pequeños, por lo que no ocupan mucho espacio.
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Conseguir las lombrices
Existen diferentes especies de lombrices aptas para hacer vermicompost, pero las más utilizadas, por su buen rendimiento, son las lombrices rojas de California (‘Eisenia foetida’ y ‘E. andrei’). Pese a su nombre, explican desde la Red de Huertos, estas lombrices son europeas, pero se conocen así porque su cría para la pesca se inició en California en los años 40 del siglo pasado.
“Se utiliza una lombriz epigea, un tipo que vive en la superficie del suelo, en la materia orgánica. Es su casa, ella vive donde come”, explica el Lombricero. “Es una lombriz distinta a la de tierra, tienen diferentes funciones en los ecosistemas”, añade.
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Preparar el lecho en el vermicompostero
Las lombrices se colocan en un lecho formado por tiras de papel de periódico humedecidas, cartón o serrín (que sirve de hogar a las lombrices y ayuda a mantener el ambiente aireado y húmedo) en la bandera intermedia del vermicompostero. La Red de Huertos recomienda añadir unas 200 lombrices adultas para un vermicompostero de 25x25 centímetros o, siguiendo la misma proporción, 500 lombrices para una de 50x50 cm.
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Alimentar a las lombrices
Una vez las lombrices estén asentadas en el cajón intermedio del vermicompostero, es el momento de empezar a depositar allí los restos orgánicos. Los alimentos que mejor digieren las lombrices son los restos de verduras y frutas sin cocinar (en trozos pequeños), los posos de café o las bolsitas de infusiones. Deben evitarse los restos de carne y pescado, los derivados lácteos, los cítricos y los alimentos cocinados con aceites o con salsas.
Desde ‘Plantea tu vida en verde’ recomiendan calcular las cantidades de comida que se dan a las lombrices. “Es muy importante no sobrealimentarlas, se vuelven poco productivas y el proceso de compostaje se hace muy lento”, explican. “Si añadiste un kilo de lombrices a tu vermicompostador, limita la cantidad de residuos que añades a 0,5 kilos al día”.
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Retirar el compost
El tiempo que se tarda en conseguir vermicompost depende de varios factores, como la cantidad de lombrices de la que se disponga, del tipo de residuos o de los niveles de temperatura y humedad. Por lo general, tarda entre dos y seis meses en formarse.
Una vez el nivel intermedio del vermicompostero (en el que se colocaron las lombrices) esté lleno de compost maduro, puede empezar a depositarse la comida en el cajón superior. De esta forma, las lombrices se desplazarán en busca de su alimento y podrá recogerse el compost del nivel intermedio.
Después del primer ciclo, pueden dividirse las lombrices en diferentes niveles, para hacer rotaciones más constantes y disponer de compost con más frecuencia. Existen también sistemas y procesos de vermicompostaje industrial, a gran escala. “Estos procesos se hacen en exteriores y en ellos se suele alimentar la lombriz con estiércol, para estandarizar los métodos”, explica el Lombricero.
“En España hay diferentes empresas que se encargan de la producción de humus de lombriz, como Lombrimur, Lombrimad o Ecocelta. También hay mucha investigación al respecto. Es un ámbito que tiene recorrido y también mucho futuro”, añade. A estos nombres se suman otros como HumuX en México y Lombricultura de Tenjo en Colombia, y también entidades que combinan el vermicompostaje con la acción para favorecer el reciclaje y la sostenibilidad, como Yocompost en Argentina o Lima Compost en Perú.

Usos del vermicompost en un huerto casero
Este compost puede utilizarse para mejorar el suelo de los huertos caseros y fertilizar las plantas que dan vida a los hogares, al igual que cualquier otro compost. “Al utilizarlo, sabemos que estamos cultivando alimentos de forma mucho más sana que optando por otros fertilizantes sintéticos”, señala el Lombricero.
“Es un método más sano y también más respetuoso con el medioambiente. Se acerca más a lo que se hacía antes, y contribuye a regenerar el suelo, que es una de las claves cuando se cultiva. Esto es muy importante, porque no debemos pensar solamente en la planta. La planta es un ser vivo que interactúa con el suelo, tienen una simbiosis y se alimentan mutuamente. Por eso cuidar el suelo es tan importante”, concluye el Lombricero.