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Fútbol Act. 13 jun 2018

Los campeones del 86 volvieron a Tilcara para aportar al sueño mundialista

Que sí, que no, que hubo promesas, que nadie prometió nada, que fueron algunos jugadores y otros no, que fue alguien del cuerpo técnico… en definitiva, el mito de la promesa rota a la Virgen de Copacabana de la ciudad de Tilcara, en Jujuy, vuelve a hacer ruido en la previa de cada Copa del Mundo. Y esta vez no fue la excepción.

A Tilcara se llega por la ruta 9, desde San Salvador de Jujuy, con un marco que parece pintado a mano. La majestuosa Quebrada de Humahuaca le brinda contención natural y le regala postales mágicas a cada paso. Con 7.000 habitantes y muchísimos turistas, tanto argentinos como extranjeros, en los últimos años empezaron a aparecer propuestas de alojamientos de los más variados. Pero más de tres décadas atrás el desarrollo de la actividad era apenas incipiente.

A fines del 85, cuando todavía los planteles de la Selección Nacional estaban formados por mayoría de jugadores que actuaban en el fútbol local, al entrenador Carlos Bilardo se le ocurrió que sería bueno que un grupo de futbolistas hiciera un trabajo de aclimatación en Tilcara, a 2.465 metros sobre el nivel del mar, una altura similar a la del Distrito Federal mexicano (hoy Ciudad de México). Los jugadores que hicieron esa 'pretemporada' recuerdan con sonrisas la experiencia, más allá de que aseguran que fueron diez días tediosos, con pocas distracciones.

Como ni siquiera alcanzaban a reunir 22 jugadores, de la mayoría de las prácticas participaron voluntariosos vecinos tilcareños, que guardaron ese recuerdo como momentos inolvidables. Sobre todo, cuando pocos meses más tarde los mismos futbolistas a los que habían corrido sobre la polvorienta cancha del pueblo, levantaban la Copa del Mundo en el imponente Estadio Azteca.

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Lo cierto es que después de la consagración en México, los integrantes del seleccionado no sintieron la necesidad ni la obligación de regresar a Tilcara. El segundo puesto en Italia 90, las dos Copas América ganadas en el 91 y 93, la oscura eliminación del Mundial 94 no motivaban la búsqueda de explicaciones místicas para los resultados deportivos. Ni siquiera la derrota frente a Holanda en cuartos de final de Francia 98 ni la frustrante excursión por Corea y Japón, en 2002… pero después de 32 años sin títulos mundiales y de 25 en Copas América alguien recordó —o creyó recordar— una supuesta promesa incumplida con la Virgen de Copacabana en Tilcara.

A partir de mediados de la década pasada esa historia comenzó a tomar fuerza. Pero tanto los jugadores como los integrantes del cuerpo técnico negaron una y otra vez la versión. “Probablemente haya sido la avivada de algún intendente de Tilcara”, sostuvo un defensor. “Nunca hicimos una promesa de volver con la Copa”, aseguró otro jugador. Y así fueron sucediéndose los años, las negativas y al mismo tiempo se siguió incrementando la sequía de festejos del equipo nacional.

El mes pasado, con la intención de hacer un aporte para combatir el maleficio, un grupo de ex jugadores del 86 fue invitado por una de las empresas patrocinadoras de la selección argentina a Tilcara. Hasta Jujuy volaron José Luis Brown, Nery Pumpido, Julio Olarticoechea, Sergio Batista, Ricardo Giusti, Héctor Enrique, Oscar Garré y Carlos Tapia para reencontrarse con una réplica de la Copa del Mundo y con miles de recuerdos. Se abrazaron con todos los que los saludaron, pasearon en un camión de bomberos y si bien no hablaron mucho sobre la promesa postergada, confiaron en que fueron a aportar un granito de arena en el camino hacia el tercer título mundial para la Argentina.

A partir de ahora, ya no hay excusas místicas. El sábado empezará a rodar la pelota para los sueños argentinos y habrá que encomendarse a Lionel Messi y su banda para que un país entero pueda volver a festejar.