Lilia Carrillo y la emoción que transformó la pintura mexicana
Desde una emoción profunda, hablar de Lilia Carrillo es evocar a una artista que revolucionó el panorama de la pintura mexicana en la segunda mitad del siglo XX. Su obra abrió caminos hacia nuevas formas de expresión, marcando una ruptura con las corrientes tradicionales y llevando la abstracción a un lugar protagónico dentro de la historia del arte nacional. Después de cinco décadas que se presentó su muestra individual en el Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA), su obra regresa con fuerza con su exposición “Lilia Carrillo. Todo es sugerente”. El público podrá admirar esta muestra hasta el 8 de febrero de 2026.

La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través del MPBA, presentan la exposición “Lilia Carrillo. Todo es sugerente”, invita a redescubrir su audaz experimentación formal y su diálogo con temas sociales y emocionales, consolidando su lugar como pionera de la Generación de la Ruptura.
La exposición reúne más de 100 piezas provenientes de colecciones en diferentes estados de la república como la Ciudad de México, Monterrey, Zacatecas, así como del extranjero: Miami y Houston. La mayoría de ellas, son obras de la pintora, aunque también se incorporan trabajos de artistas colaboradores como Kati Horna, Fernando García Ponce, Manuel Felguérez y Vicente Rojo, entre otros. Además, se incluyen piezas bidimensionales, materiales artísticos y documentales —como la película Tajimara—. Asimismo, la muestra presenta objetos antiguos de los Andes de la colección del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el monumental mural ‘La ciudad desbordada’, contaminación del aire (1969), realizado para la Exposición Universal de Osaka 70.
Esta muestra, curada por Daniel Garza Usabiaga, director del MPBA, es la primera en presentar simultáneamente su obra pictórica junto con sus trabajos en diseño de vestuario y textil, ilustración y escenografía, y aborda asimismo el compromiso de la artista con la condición de las mujeres en el arte y con el autoritarismo en México durante los años sesenta. Además, es única, no solo por la calidad de las piezas reunidas, sino también por la trascendencia de Carrillo dentro de la cultura mexicana.
El recorrido para la exposición de la artista está dividido en cuatro secciones:
Del realismo a la abstracción

En esta sección se muestran algunas de las primeras obras de Carrillo, como Autorretrato escolar (1948). Asimismo, se abordan los años en los que fue alumna del artista Manuel Rodríguez Lozano, en la Escuela de Pintura y Escultura “La Esmeralda” y su camino hacia la abstracción.
Cortesía del MPBA. El Encuentro, 1960. Lilia Carrillo
Pintora abstracta y artista multidisciplinaria

Muestra la transformación de Carrillo hacia el arte no figurativo e incluye su trabajo con textiles, en donde utilizó fragmentos de tela en sus pinturas, aportando una cualidad táctil, como en la obra Mañana de octubre (1964). Su interés en este campo la llevó al diseño de vestuarios, patrones para telas e incluso a organizar una exposición de textiles preincaicos de Perú en 1962.
Cortesía del MPBA. La Ciudad desbordada, contaminación del aire, 1969. Lilia Carrillo
Nuevas imágenes del ser humano y su mundo

En esta sección se integran obras en las que Carrillo pintó imágenes no convencionales de hombres y representaciones de personajes femeninos. Varias de estas obras aluden a referentes de culturas antiguas, como Mujer en blanco (1964) o Emblema cabalístico (1965). Dentro de esta sección también se incluyen sus trabajos como ilustradora y obras críticas, en las que aborda la contaminación, el deterioro ecológico, el autoritarismo estatal en México y la Guerra Fría.
Cortesía del MPBA. Otra dimensión, 1970. Lilia Carrillo.
Últimas obras

En esta sección se presenta piezas realizadas durante un periodo de enfermedad, caracterizadas por dinamismo, movimiento y vibración, expresados a través del collage, el dibujo y la pintura en capas. En esta sección se aprecia su última pintura, Sin título (inconcluso) (1974).
Cortesía del MPBA. Verano transparente, 1972. Lilia Carrillo
La muestra dedicada a Lilia Carrillo no se limita a la contemplación de obras en un museo: invita a entrar en diálogo con una creadora que desafió límites y redefinió lo posible dentro de la pintura mexicana.
“Lilia Carrillo. Todo es sugerente”, se podrá disfrutar en las icónicas salas Diego Rivera y Nacional, esta retrospectiva —la más importante desde 1992— es una oportunidad excepcional para redescubrir a una creadora que, con su sensibilidad y fuerza plástica, sigue inspirando a nuevas generaciones de artistas y espectadores.
Además, la exposición contará con un catálogo que reúne ensayos de expertos como Garza Usabiaga, Rita Eder, Leah Dickerman, Tobias Ostrander, Esteban García y Jaime Moreno Villarreal, así como imágenes de la muestra y la obra de la artista.
Al colaborar con el MPBA, Fomento Cultural de BBVA México, hace eco de uno de sus ejes estratégicos en la Inclusión y Diversidad, y se une al legado de Lilia Carrillo, una exposición que resalta la obra visionaria de esta pionera del abstraccionismo mexicano, con el objetivo de dar visibilidad al trabajo creativo del talento femenino, impulsando la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en el arte, para que sus historias no solo se recuerdan, sino que inspiren a todas aquellas que sueñan con romper barreras y tejer un futuro más inclusivo.