Estrictos protocolos dictan los pasos a seguir para tratar y guardar desechos radiactivos de las centrales nucleares en función de si su actividad es baja, media o alta. El principal reto sigue siendo su almacenaje. Hay varios proyectos para llevar los desechos a las capas más profundas de la Tierra.
Todo ocurre dentro del reactor, donde se aloja el combustible (uranio) y corazón de la central nuclear. Su diseño tiene un objetivo: mantener la reacción de fisión bajo control y en condiciones de máxima seguridad. Ya existen reactores de cuarta generación más eficientes. Hasta Bill Gates desarrolla uno.
Crear soles en miniatura para alcanzar una fuente de energía aprovechable y casi infinita. Al calor de la transición energética y la necesidad de abandonar los combustibles fósiles, la fusión nuclear ha aparecido como alternativa viable. Los proyectos más avanzados podrían operar esta misma década.
Existen 442 reactores nucleares civiles en el mundo a los que se sumarán más de 50, actualmente en construcción. El sector argumenta que se trata de una energía segura que está además en vías de reducir la generación de residuos. Sus detractores, sin embargo, insisten en que todas sus ventajas no compensan el riesgo de un accidente o el dilema moral de legar basura radioactiva a incontables generaciones futuras.