¿Qué es el etiquetado energético de móviles y otros dispositivos electrónicos y para qué sirve?

Puede que estés leyendo esto desde tu teléfono. Hoy en día, el móvil forma parte de nuestra rutina diaria: lo usamos para trabajar, comunicarnos, comprar o simplemente entretenernos. Pero, como cualquier otro dispositivo, también tiene un impacto ambiental. Y conocer cómo se comporta en términos de eficiencia energética es un paso importante para hacer un uso más sostenible.

Hasta ahora, las etiquetas de eficiencia se aplicaban sobre todo a electrodomésticos como lavadoras, frigoríficos o lavavajillas. La nueva regulación amplía este etiquetado a dispositivos como ‘smartphones’ y ‘tablets’. Junto a la etiqueta, se facilitará una ficha informativa con datos relevantes sobre el consumo energético y el funcionamiento general del equipo. El propósito es doble: proteger al medioambiente y garantizar que quienes compran estos productos tengan una visión clara de su rendimiento.

Según un estudio técnico de la Unión Europea, en 2020 los móviles y tabletas consumieron en conjunto 36,1 TWh de energía primaria. Esta cantidad equivale aproximadamente al consumo eléctrico anual de más de 10 millones de hogares europeos, según estimaciones de Eurostat y la Agencia Internacional de la Energía (IEA).

Estos datos permiten dimensionar el impacto energético de estos dispositivos, muchas veces subestimado frente a otros aparatos del hogar. Con la nueva normativa de eficiencia energética, la UE espera reducir este consumo en hasta un 35 %, lo que supondría un ahorro de unos 13 TWh y situaría la cifra total en torno a los 23,3 TWh. De no aplicarse ninguna medida, las previsiones apuntan a que el consumo podría alcanzar los 36,5 TWh en 2030.

Normativa de etiquetado energético

Esta regulación implica una serie de obligaciones para fabricantes y distribuidores. Todos los dispositivos incluidos deberán exhibir su etiqueta energética de forma visible tanto en tiendas físicas como online. Ese etiquetado deberá ir acompañado por una ficha informativa digital con detalles técnicos sobre el producto.

Además, la etiqueta energética tendrá que mostrarse de forma visible en cualquier publicidad, catálogo o escaparate, e incluirá el rango completo de clases de eficiencia.

La normativa se aplica tanto a ‘smartphones’ y ‘tablets’. No obstante, quedan fuera de esta obligación aquellos dispositivos diseñados para comunicaciones de alta seguridad o pantallas principales flexibles, como las utilizadas en algunos móviles plegables de última generación.

Vida útil

La normativa busca alargar la vida útil de los dispositivos evaluando tanto su eficiencia como su resistencia en el tiempo.

Entre los aspectos que se tienen en cuenta están:

• La autonomía de la batería tras varios ciclos de uso.
• La resistencia física frente a humedad, polvo o caídas accidentales.
• El índice de reparabilidad, que evalúa la facilidad para desmontarlo, sustituir piezas o mantener el sistema operativo actualizado con facilidad.

Si tras el lanzamiento del dispositivo se introducen cambios importantes —por ejemplo, actualizaciones que alteren su rendimiento—, los valores mostrados en la etiqueta y en la ficha deberán actualizarse para reflejar fielmente el nuevo comportamiento del dispositivo. Así se garantiza que la información siga siendo útil para el consumidor.

Diferencias entre teléfono móvil, teléfono inteligente y tableta pizarra

Para aplicar esta normativa, la UE ha establecido una clasificación técnica de los dispositivos.

Se considera teléfono móvil aquel aparato cuya función principal es la comunicación vocal a larga distancia, que requiere una tarjeta SIM (o equivalente) y funciona con batería recargable o alimentación externa.

Un teléfono inteligente es un dispositivo capaz de conectarse a redes inalámbricas, con pantalla táctil de entre 4 y 7 pulgadas y la posibilidad de instalar aplicaciones. Si tiene pantalla flexible, al menos una debe cumplir con esos requisitos.

La tableta pizarra (o tablet, como se conoce popularmente) se diferencia por su tamaño (pantallas entre 7 y 17,4 pulgadas) y por no tener teclado integrado de forma fija. Además, depende de una red inalámbrica para conectarse.