Tipos de patinetes eléctricos según tu estilo de vida

Este tipo de vehículo ha conquistado los corazones de quienes quieren disfrutar de su autonomía y también de su ciudad sin dañar el medioambiente con emisiones contaminantes. Y por supuesto, que evitan perder tiempo en atascos y dinero buscando aparcamiento en los núcleos urbanos en su día a día.

En países como España hay actualmente unos 20.000 patinetes eléctricos de uso particular y 5.000 en alquiler. Así lo afirman los datos aportados por la Asociación de Usuarios de Vehículos de Movilidad Personal, Y según el IX Estudio Españoles ante la Nueva Movilidad elaborado por Demoscopia, el patinete eléctrico escala posiciones año tras año.

Un transporte lleno de ventajas

Poner un patinete eléctrico en tu vida te permite gestionar tu tiempo de desplazamiento (tanto si lo combinas con transporte público como si no) sin casi margen de error, y esto supone una optimización importante en tu rutina diaria, sobre todo si lo usas para ir a trabajar. Pero no sólo eso, el patinete es una fantástica opción también como transporte de fin de semana de ocio. Gracias a él, se acabó lo de llegar tarde a una cena por no encontrar aparcamiento. Lo que nos lleva a considerar el notable ahorro en parkings, abonos transporte y desagradables multas.

Los patinetes eléctricos además son más fáciles de usar y más manejables que una bicicleta plegable. Por otro lado, la relación calidad-precio es buena y dependerá del presupuesto del que dispongas, por supuesto) y exigen poco mantenimiento.

Antes de ver qué patinete eléctrico comprar, es importante hacerse algunas preguntas antes de decantarse por uno de los muchos modelos y marcas que ofrece el mercado. Pero, sobre todo, tres fundamentales:

1. ¿Para qué lo quieres? Puedes ir con él a tu lugar de trabajo, disfrutar de tu tiempo de ocio de forma autónoma, destinarlo sólo para los fines de semana, para la ciudad, para el campo… Múltiples posibilidades y todas ellas compatibles. Si tu idea es usarlo a diario como único medio transporte o combinado con el transporte público para ir a trabajar, debes elegir uno liviano, que no pese más de 13 kg.  Y si puede ser plegable, mejor. Si eres más bien de los que lo usas para disfrutar de su máxima potencia en tierra y asfalto, adoras las sensaciones fuertes y te da igual que pese, elige uno super potente (los hay que superan los 3.600W) con ruedas de unas 12 pulgadas. Y si eres más bien cómodo, tu opción es adquirir uno con asiento.

2. ¿Cuál es tu presupuesto? Esto es muy importante pero, por suerte, en el mercado hay mucha variedad. Los precios pueden oscilar desde los más baratos (menos de 100 €) a los más caros (de más de 3.000€). Lo bueno es que hay calidad y opciones fantásticas en la gama media (unos 300 €).

3. ¿Cuál es tu peso? Este dato es clave, porque si eres una persona corpulenta, debes tener en cuenta a la hora de elegir tu mejor opción que el motor sea potente, por ejemplo de, al menos, 700W para que no pierda fuerza en las cuestas.  En cualquier caso, que la potencia del motor no te ciegue, porque lo que realmente importa es que exista un equilibrio entre potencia y rendimiento. ¿Qué quiere decir esto? Pues que el resultado no sólo depende de la potencia del motor, sino también de otros factores como la batería: elígelas de litio (son más duraderas y eficaces que las de gel) y de alta descarga (duran hasta un 70% más que el resto). Y si quieres un plus, elige baterías desmontables para no tener que cargar con el patinete entero.

Cosas que se deben tener en cuenta para elegir tu tipo de patinete

Antes de lanzarte a por uno de estos modelos, debes saber que los patinetes, al menos en España, ya no pueden circular por las aceras, evidentemente. Y que para ser considerados VMP deben desarrollar una velocidad mínima de 6 Km/h y máxima de 25 Km/h.

Según la Dirección General de Tráfico (DGT), en España no es obligatorio llevar casco como ocurre si se utiliza un scooter eléctrico (aunque delega en los municipios la responsabilidad última para crear su propia regulación, así que es mejor asegurarse de cuál es la norma municipal), no necesitas un seguro y tampoco un permiso de conducir. Pero ojo, esto no quiere decir que los dos primeros no sean del todo recomendables. Como sabes, un casco te puede salvar la vida y contratar un seguro puede ser tu salvoconducto a la tranquilidad: cualquier accidente sería responsabilidad del conductor del VMP y, por tanto, los gastos correrían de su cuenta.

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