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Análisis económico Act. 10 abr 2017

BBVA Research: "El crecimiento de la economía extremeña continuará con un aumento del PIB del 2,3% en 2017 y del 2,4% en 2018"

BBVA Research confirma que la recuperación de la economía extremeña continuará tanto este año como el siguiente, ya que prevé un crecimiento del PIB del 2,3% en 2017 y del 2,4% en 2018. Así lo indica el servicio de estudios de BBVA en su último informe Situación Extremadura, presentado este miércoles por Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, y José Ballester, director de la Territorial Sur de BBVA. BBVA Research estima que, en estos dos años, podrían crearse cerca de 13.000 empleos y se reduciría la tasa de paro hasta el 25,3% en 2018.

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El informe Situación Extremadura apunta a que la economía de la región creció a un ritmo del 2,0% en 2016, tras haberlo hecho a un ritmo del 2,1% en 2015. Esta recuperación se apoyó en el aumento del consumo privado, en el buen comportamiento del sector turístico y, en menor medida, en la recuperación del sector inmobiliario. Así, el mantenimiento de unos tipos de interés históricamente reducidos, el aumento de la renta disponible de las familias (apoyada por un precio del petróleo relativamente bajo) y la mejora del mercado laboral impulsaron el crecimiento del gasto doméstico.

Mayor crecimiento

Los datos disponibles permiten avanzar que, en el inicio de 2017, el crecimiento se mantiene o que incluso podría acelerarse. Por ejemplo, durante el primer trimestre del año, el PIB extremeño podría estar aumentando alrededor de un 2,4% en términos anualizados.

Hacia delante, se espera que esta moderada aceleración que se ha observado en los últimos trimestres se mantenga y que el PIB termine aumentando un 2,3% en 2017 y un 2,4% en 2018, levemente por debajo del crecimiento esperado para el conjunto de España (2,7% en ambos años). Ello supone reducir el diferencial frente a lo observado en años anteriores.

Un precio del petróleo todavía por debajo del promedio de los últimos tres años, el tono expansivo de la política monetaria que se mantendrá en los próximos trimestres y el impulso cíclico en España y Europa, junto con el impacto de las reformas implementadas en los últimos años, deberían continuar reduciendo los desequilibrios de la economía regional.

13.000 empleos en el bienio 2017-2018

Las previsiones de crecimiento del PIB explican que, en el bienio 2017-2018, se espere la creación de 13.000 empleos y la reducción de la tasa de paro hasta el 25,3% a finales de 2018. En todo caso, aún si se cumplen estas previsiones, la tasa de desempleo se situará en diciembre de 2018 en 12 puntos porcentuales por encima de su mínimo en 2007.

Factores de riesgo

Durante los últimos meses se han acumulado una serie de factores de riesgo que podrían estar limitando el alcance y la velocidad de la recuperación de la región.

En primer lugar, la política fiscal del conjunto de las administraciones públicas pasará de expansiva a neutral. En el caso de Extremadura, el déficit del gobierno extremeño ascendió al 1,6% del PIB regional en 2016, más del doble que el objetivo de déficit (0,7%). Por tanto, para alcanzar la meta establecida para 2017, se deberá realizar un esfuerzo superior al de otras comunidades. Esto supone una desventaja, que coincide con el mayor peso relativo del sector público en la región.

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Miguel Cardoso y José Ballester durante la presentación del informe Situación Extremadura.

En segundo lugar, la normalización de la política monetaria podría ralentizar el crecimiento del consumo privado y de la inversión, aunque con menor intensidad que en otras regiones, cuyos hogares, empresas y sector público presentan un mayor nivel de endeudamiento.

En tercer lugar, el coste de la energía, que ya ha aumentado en los últimos meses, podría afectar negativamente a la evolución del gasto de familias y empresas. Por ejemplo, se estima que el incremento de un 7% en la previsión sobre el precio del barril de petróleo podría restar entre 1 y 2 décimas al crecimiento de la economía regional en 2017.

En cuarto lugar, el comportamiento que puedan tener los salarios reales será muy importante. En un entorno de alta tasa de paro, aumentos sostenidos de las remuneraciones por encima de  la productividad podrían ralentizar la recuperación del empleo e intensificar la desigualdad entre quienes tienen un puesto de trabajo y los que no. Un ejemplo es el reciente incremento del 8% en el salario mínimo interprofesional (SMI), que puede reducir la probabilidad de empleo de ciertos colectivos, como trabajadores con menor formación, jóvenes sin experiencia, o quienes tienen contrato temporal. Dado que Extremadura es la región con mayor porcentaje de asalariados que perciben el SMI, los efectos, de producirse, serían mayores que en el resto de España.

En quinto lugar, una parte del buen comportamiento del sector turístico en los años pasados fue debido a factores geopolíticos externos (inseguridad en destinos alternativos), y su influencia podría disminuir durante los próximos meses. En cualquier caso, el turismo de Extremadura es más dependiente de la demanda interna española.

Por último, persiste la incertidumbre relacionada con el resultado final del llamado brexit. Si bien la exportación directa de Extremadura al mercado británico se ciñe prácticamente al sector alimentario, el impacto indirecto podría ser importante, a través del que pueda tener sobre España y el resto de principales socios comerciales.

En todo caso, el crecimiento de la economía extremeña mantiene vigentes algunos retos para que el bienestar de sus ciudadanos pueda seguir aumentando. Entre ellos destacan el descenso de la tasa de paro, el incremento de la participación de la población y el demográfico, además del aumento de la productividad media del trabajo –que pasa por mejorar el capital humano, potenciar el tamaño de las empresas o acelerar la adopción de nuevas tecnologías–.

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