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Sostenibilidad Act. 26 jun 2025

Colombia: BBVA Fiduciaria apuesta por la restauración de los páramos en Santander

En lo más alto de la cordillera oriental, donde nacen las fuentes de agua que abastecen a miles de personas, un nuevo esfuerzo de conservación comienza a tomar forma. Dos ecosistemas estratégicos —el Páramo del Almorzadero y el Páramo de Santurbán— serán intervenidos con acciones de restauración que buscan proteger una de las riquezas naturales más importantes de Colombia.

Colombia alberga el mayor número de páramos del mundo, ecosistemas esenciales que proveen cerca del 70% del agua potable del país. Su cuidado no es solo una responsabilidad ambiental, sino una necesidad urgente para garantizar la seguridad hídrica de millones de colombianos.

Con esta visión, BBVA Fiduciaria desarrollan nuevas estrategias de intervención en territorios clave de Norte de Santander, específicamente en los municipios de Chitagá y Cácota, donde habitan más de 20.000 campesinos y donde se implementarán acciones de restauración en el Páramo del Almorzadero y el Páramo de Santurbán.

“Esta iniciativa que anunciamos hoy para Santander es un paso más hacia la conservación de un recurso vital como lo es el agua y se enmarca en nuestro compromiso por contribuir a la construcción de un mundo más sostenible e inclusivo", dijo Mauricio Wandurraga, presidente de BBVA Fiduciaria.

Además, enfatizó que esta intervención que beneficiará a más de 20.000 habitantes de la zona de los páramos en Santander es posible gracias a la unión con organizaciones ambientales como Biocuenca y a los recursos que destinamos a través del Fondo Páramo, una alternativa de inversión donde se destinará el 25% de la comisión de administración para financiar directamente este tipo de intervenciones.

Mauricio Wandurraga, presidente de BBVA Fiduciaria.

Restaurar lo esencial: agua, biodiversidad y comunidad

El proyecto contempla la conservación de ocho hectáreas de páramo y la restauración activa de otras dos, mediante la siembra de 1.200 árboles nativos. También incluye jornadas de educación ambiental dirigidas a habitantes de la región con el objetivo de fortalecer la conciencia comunitaria frente a los efectos del cambio climático y la deforestación.

Durante el año 2024, una iniciativa similar ya había sido implementada en Santander, en los municipios de Suratá, Charta y Tona, con la siembra de 1.800 árboles de 12 especies nativas.

Estudios hidrológicos estiman que las hectáreas restauradas pueden llegar a regular entre 1.500 y 3.000 metros cúbicos de agua al año, beneficiando de forma directa la cuenca del río Tona, vital para el abastecimiento de Bucaramanga y su área metropolitana.

Una oportunidad para sumar esfuerzos

“Este tipo de proyectos no solo fortalecen la resiliencia ecológica del país, sino que evidencian el potencial transformador de alianzas entre comunidades, organizaciones especializadas y sectores que encuentran en la sostenibilidad un camino legítimo de impacto. Nuestra contribución, a través del Fondo Páramo, busca ser parte de una solución estructural, desde el territorio y es una invitación abierta a seguir construyendo desde la acción. Porque cuidar el agua no es una tarea futura: es una urgencia del presente”, puntualizó Wandurraga.