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Banca responsable 22 ago 2017

Cómo manejar el dinero cuando se cambia de ciudad para estudiar

Septiembre marca el comienzo de una nueva vida para muchos jóvenes que deben cambiar de ciudad para iniciar sus estudios superiores. Es una etapa de cambios en los que hay que asumir que la libertad recién adquirida conlleva unas cuantas obligaciones, entre ellas controlar el dinero y hacer un buen uso de él.

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Ha llegado la hora de hacer las maletas y cambiar de vida. Atrás queda la protección del hogar familiar; toca afrontar una vida más independiente, llevar los cambios con valentía, disfrutar de la experiencia y asumir que todo lo que se consiga en esta nueva etapa es responsabilidad de uno mismo. También en lo que tiene que ver con las finanzas personales, que pueden controlarse si se tienen en cuenta unas sencillas pautas.

Para empezar

Hasta ahora quizá no haya sido necesario, pero si ha llegado el momento de manejar un presupuesto propio, lo mejor es acudir a una entidad bancaria y abrir una cuenta corriente. Para ello, conviene informarse de las condiciones que ofrece cada banco y comprobar las ventajas que tienen respecto a las cuentas para jóvenes (exención de comisiones, descuentos en tiendas, centros de ocio y gasolineras, tarjetas de débito y crédito gratuitas…). Abrirse una cuenta le permitirá al joven controlar mejor su dinero y empezar a ser responsable de sus finanzas.

Consulta también la cuenta para universitarios

Algún truco para ajustarse al presupuesto

Hay que ser muy conscientes del dinero con el que se cuenta y en qué hay que gastarlo. Para acostumbrarse desde el principio a manejar el dinero, lo más recomendable es hacer un presupuesto en el que estén representadas todas las partidas de gasto: vivienda, cesta de la compra, material para estudiar, ocio, etc. Una vez que se ha calculado la cantidad que se gasta al mes, es recomendable dividirla en semanas para poder controlar mejor lo que se consume. De esta forma, se evita agotar el dinero en los primeros días del mes y pasar apuros en los últimos.

Un truco para gestionar con exactitud la cantidad semanal que debe gastarse, es descargar en el móvil alguna aplicación para controlar el gasto, por ejemplo, la oficial del propio banco para mantenerse informado en todo momento del estado de las finanzas. Así es más fácil concienciarse de lo que se está consumiendo y planificar el presupuesto, para no quedarse sin dinero al acabar la semana.

Mejor compartir

Cuando un estudiante se muda a una ciudad nueva, la vivienda suele ser un quebradero de cabeza. Cada experiencia es distinta ya que todo depende de factores como el tamaño de la ciudad, el nivel de vida de la zona, el estado del mercado inmobiliario en ese momento… En todos los casos, la opción más ventajosa suele ser compartir un piso con otros estudiantes ya que, no solo permite economizar gastos, también ayuda a socializar y a acostumbrarse a ser más organizados y respetuosos en la convivencia.

Aliados para ahorrar

Es fácil sentirse abrumado ante la inmensa bibliografía que hay que consultar y estudiar cuando se empiezan los estudios superiores. Afortunadamente, no es necesario comprar todos estos libros ya que suelen estar a mano en las bibliotecas universitarias y el mercado de segunda mano es prolífico en todo tipo de títulos. Además, internet es una gran fuente de información con artículos, textos e informes que pueden ser de mucha utilidad.

En cuanto al transporte, otra de las partidas en las que suele irse gran parte del presupuesto de un estudiante, hay que sopesar todas las opciones. Si la ciudad cuenta con una buena red de carril-bici, a lo mejor se puede plantear hacer una inversión de inicio y comprar una bicicleta para ir a clase. Por otro lado, es común que haya descuentos en los transportes públicos y abonos especiales para jóvenes.

A la hora de comer, si es posible, mejor en casa. Es muy cómodo tomar un menú en algún bar o en la cafetería del centro de estudios, pero a la larga, si se comparan bien los precios y se adquiere el hábito de responsabilizarse de la cesta de la compra, se puede conseguir ahorrar. Y ya de paso, se aprende a cocinar, lo que supondrá otro paso más para ser una persona independiente.

Respecto al ocio, las ciudades suelen ofrecer carnets especiales para jóvenes con el que se pueden hacer numerosas actividades a precios reducidos o incluso gratis: excursiones, conciertos, cines, museos, deportes…

Estudiar también es bueno para el bolsillo

El esfuerzo y el estudio tiene premio, incluso a la hora de ahorrar. Las matrículas de honor, además de reconocer el rendimiento académico de un estudiante en una o varias asignaturas, suponen una deducción de tasas en la matrícula del curso siguiente. Además, facilitan el acceso a las becas estatales o autonómicas, lo que es un incentivo más para motivarse a la hora de estudiar.

Para mantenerse al día, en el Centro para la Educación y Capacidades Financieras se encuentra disponible toda la información relevante sobre educación financiera en el mundo.