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BBVA Research rebaja la previsión del crecimiento del PIB de España al 2,5% en 2025 y al 1,7% en 2026

BBVA Research percibe cierta ralentización del crecimiento del PIB de España, debido a un menor dinamismo de la demanda interna. En el informe Situación España de junio de 2025, los economistas rebajan la previsión de crecimiento al 2,5% en 2025 (frente al 2,8% estimado en marzo) y al 1,7% en 2026 (frente al 1,8% anterior). El servicio de estudios del Grupo BBVA destaca que la recuperación de la economía española continuará gracias a varios factores, como la caída en los precios del petróleo y del gas, el tono más expansivo de la política económica en Europa o una mayor capacidad de crecimiento del sector servicios. Sin embargo, se espera que la expansión vaya perdiendo impulso progresivamente debido al impacto de los aranceles y a la incertidumbre, que ya está condicionando las decisiones de empresas y hogares.

“El crecimiento de la actividad se ralentiza, pero sigue siendo sólido”, apuntan los economistas de BBVA Research. La rebaja de previsiones realizada obedece en dos terceras partes a la revisión a la baja de los datos del tercer y cuarto trimestres que ha realizado el Instituto Nacional de Estadística (INE). Asimismo, el avance que ha realizado el INE para el primer trimestre de este año ha sido inferior a la previsión que tenía BBVA Research.

La ralentización del crecimiento se explica por un menor dinamismo de la demanda interna. El consumo, tanto privado como público, ha moderado su avance. Entretanto, la inversión en maquinaria y equipo ha mostrado fortaleza, apoyada por el impulso fiscal. “Detrás de este buen comportamiento pueden estar los recursos destinados a los afectados de la DANA en Valencia y el impacto de algunos proyectos financiados por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR)”, explica el informe.

Las exportaciones de servicios siguen siendo el principal motor de crecimiento: el gasto de los turistas extranjeros continúa aumentando a buen ritmo (+9,1% entre enero y mayo) y las ventas de servicios al extranjero mostraron un crecimiento significativo en el primer trimestre (+4,6%). También mejoraron en marzo las exportaciones de bienes, afectadas quizás por el adelantamiento de las empresas ante posibles aumentos de los aranceles. Esto podría llevar a un incremento importante en el segundo trimestre (+1%), después de un año de práctico estancamiento.

Es posible que el BCE abra una pausa prolongada en los tipos de interés que dependerá en última instancia del impacto de las medidas arancelarias y fiscales

Factores que apoyan el crecimiento

Hacia adelante, diversos factores continúan apoyando el crecimiento. En primer lugar, la disminución de los precios del petróleo y del gas. Si se consolida esta tendencia, las estimaciones de BBVA Research apuntan a una contribución de 0,5 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en el acumulado de 2025 y 2026. En segundo lugar, la política económica europea, que está completando la transición hacia un tono más expansivo, lo que debería apoyar el crecimiento de la demanda interna en el continente.

Con la inflación convergiendo en torno al 2%, el Banco Central Europeo ha recortado los tipos de interés al 2% y es posible que abra una pausa prolongada que dependerá en última instancia del impacto de las medidas arancelarias y fiscales. En paralelo, la remuneración por asalariado, en términos reales, podría continuar su recuperación, en un contexto donde los distintos indicadores disponibles de evolución de los salarios apuntan a incrementos por encima de la inflación esperada. Por su parte, la fortaleza del mercado laboral continúa y se espera que el empleo aumente un 2,3% en 2025 y un 1,8% en 2026, según la Encuesta de Población Activa (EPA). La recuperación de las rentas salariales tendrá un mayor impacto sobre el gasto que la mejora en la renta bruta disponible de años anteriores, que estaba apoyada en las transferencias, particularmente relacionadas con el aumento en las pensiones. En este contexto, la disminución de la inflación y de los tipos de interés, junto con el incremento de los salarios y el empleo, sostendrán el avance del consumo de los hogares (un 2,8% y un 1,9% en 2025 y 2026, respectivamente).

Los economistas de BBVA Research prevén, asimismo, que las exportaciones de servicios continúen creciendo por encima del PIB. En particular, podrían aumentar un 5,6% en 2025 y un 2,4% en 2026. Esta capacidad de crecimiento continuará en la medida en que existe espacio para intensificar el proceso de desestacionalización que se viene produciendo en el turismo. BBVA Research destaca que el presupuesto de los visados de obra para edificaciones ligadas a turismo y ocio se mantiene en cotas relativamente elevadas.

La inversión en vivienda residencial también aumentará su contribución al avance de la actividad

La inversión en vivienda residencial también aumentará su contribución al avance de la actividad, debido al crecimiento de la demanda de vivienda y al impacto de algunas de las medidas anunciadas para acelerar el aumento de la oferta.

Otro factor que favorecerá el crecimiento de la actividad es la política fiscal expansiva en España, al contrario de lo que se anticipaba hace unos meses, y que se debe a dos factores: a las transferencias realizadas a personas, empresas y administraciones públicas afectadas por la DANA y al anuncio del plan para alcanzar el 2% del PIB en gasto en defensa a finales de 2025.

Factores que pueden moderar la actividad

Los economistas perciben que hay margen para el crecimiento de la actividad, pero con tendencia hacia la moderación. “La desaceleración prevista vendrá determinada, en buena medida, por el cambio en la política comercial de EE. UU., sus efectos directos e indirectos sobre las exportaciones españolas y el aumento de la incertidumbre que ha provocado”, señalan. Los anuncios de ida y vuelta del Gobierno estadounidense, con recargos generalizados a las importaciones europeas y su posterior suspensión para iniciar una negociación bilateral, han introducido una elevada incertidumbre con consecuencias sobre las variables financieras y la actividad. Un ejemplo es la significativa apreciación del euro frente al dólar. Solo este cambio podría restar alrededor de 2 puntos porcentuales al crecimiento anual de las exportaciones españolas en 2025 y 2026. Por su parte, el aumento de la incertidumbre de política económica a nivel mundial observado desde noviembre del pasado año estaría restando alrededor de 0,6 puntos porcentuales al avance del PIB, en promedio, durante estos dos años.

El ahorro de los hogares sigue en cotas muy elevadas y restringe la expansión del consumo

Otros factores que pueden moderar el dinamismo de la actividad son los límites que están imponiendo las administraciones al crecimiento del sector turístico; el ahorro de los hogares, que sigue en cotas muy elevadas y restringe la expansión del consumo, y el precio de la vivienda, que continuará aumentando (un 7,3% en 2025 y un 5,3% en 2026) dada la persistencia del desequilibrio entre la demanda y la oferta.

BBVA Research destaca, asimismo, que continúa la relativa falta de sensibilidad de la inversión a la recuperación de la demanda y el empleo. Aunque hay factores cíclicos que pueden explicar parte de la atonía, como el aumento en los tipos de interés, la prolongación del problema parece apuntar a factores estructurales. Uno de los más evidentes es la  escasa rentabilidad que muestran las empresas en España en comparación con las europeas. Con los balances cerrados a 2023, el país mostraba los ROE más bajos de su entorno. Esto, en parte, refleja el ya conocido diferencial de productividad que limita el proceso de convergencia de la economía española con los países más ricos de la eurozona.

“El crecimiento hacia delante puede verse lastrado por la tendencia que muestra la evolución de la productividad por ocupado equivalente a tiempo completo y de la tasa de actividad”, señalan los economistas. “Alcanzar incrementos relativamente elevados y sostenidos de la primera es una de las tareas pendientes para la economía española”.

Los incrementos anunciados en el gasto público suponen también un nuevo riesgo sobre la sostenibilidad de las cuentas a medio y largo plazo. Las medidas destinadas a incrementar la inversión pública en defensa y vivienda no han incluido anuncios que garanticen su financiación durante los próximos años. “En principio, la mejora del ciclo económico, junto con la reducción de tipos de interés y el consenso con el que se han tomado las decisiones a nivel europeo, aportan el espacio para poder realizar este gasto sin consecuencias mayores”, explica el informe. “Sin embargo, esto solo aumenta y retrasa el necesario ajuste que se tiene que producir durante los próximos años”.