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Colección BBVA 21 jun 2019

Balenciaga, el costurero español que encontró la simbiosis perfecta entre el arte y la moda

Desde el 19 de junio hasta el 22 de septiembre todos los amantes de la moda y el arte tienen una cita en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. La exposición vincula la creación de Cristóbal Balenciaga, el diseñador de moda más admirado e influyente de todos los tiempos, con la tradición de la pintura española entre los siglos XVI y XX. En la exhibición se pueden admirar hasta 90 piezas realizadas por el modisto vasco que van acompañadas de decenas de obras icónicas de la historia del arte español, una de sus principales fuentes de inspiración. Entre ellas se pueden encontrar obras de El Greco, Velázquez, Zurbarán o Goya, y dos piezas cedidas por la Colección BBVA.

Del francés ‘mode’ y del latín ‘modus’, la moda es un conjunto de prendas de vestir, telas, adornos y complementos basados en gustos, usos o costumbres que se utilizan durante un tiempo concreto y que marcan tendencia en la sociedad. Algo parecido se podría decir del arte o la cultura. Por eso, es inevitable preguntarse: ¿es la moda un arte? Ambos conceptos han ido siempre de la mano, tienen un mundo en común y se complementan el uno al otro.

La moda ha sido una poderosa fuente de influencia en la historia y el arte, pero éstas últimas también han influido en ella. Sin embargo, no hace falta remontarse mucho para ver esta perfecta simbiosis. Quizás, una de las épocas doradas del diseño, el Art Déco (1920-1939) fue uno de los momentos clave en el que se pudo ver esta conexión. Europa vivía una bonanza económica y la moda de lujo se iba integrando poco en el ADN de la alta sociedad de entonces. Todos querían vestir de grandes diseñadores, y no había mejor lugar para ello que París. Allí se encontraban las mejores casas de costura: Lanvin, Poiret,  Paquin, y cómo no, la gran Chanel.

Fue precisamente en esa época cuando un joven vasco comenzó una carrera que marcaría la historia de la moda, no sólo española, sino también, mundial. Cristóbal Balenciaga nació en la pequeña localidad de Guetaria, en el País Vasco, en el seno de una familia humilde. Siguiendo los pasos de su madre costurera, Balenciaga abrió en San Sebastián en 1919 una tienda llamada Eisa que, posteriormente, se expandió a Madrid y Barcelona. El mito ya había nacido. Y, poco a poco, se fue encumbrando más en el difícil mundo de la moda. La misma Coco Chanel dijo que solo él “era capaz de cortar el material, armar la creación y coserla a mano. Los otros son simples diseñadores de moda”.

Las referencias al arte y la cultura española siempre estuvieron muy presentes en el trabajo del gran modisto. Las líneas simples y minimalistas de los hábitos religiosos o el volumen arquitectónico de estos tejidos son una constante en muchas de sus piezas. El aire de la bata de cola de una bailaora flamenca que se deja ver en los volantes de algunos vestidos, los brillos del traje de luces de un torero trasladado con maestría al ‘paillette’ bordado de una chaqueta bolero, o la estética de la indumentaria en la corte de los Austrias reflejada en las negras telas aterciopeladas adornadas con azabache de sus creaciones, son solo algunos ejemplos. Conocido como 'El Maestro' de la alta costura, Balenciaga revisaba continuamente la historia del arte y, con una fuerte personalidad y estilo propio, mantuvo esas influencias hasta en su periodo más vanguardista, recuperando hechuras históricas y reinterpretándolas de manera muy moderna para la época.

La exposición puede visitarse hasta el 22 de septiembre en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. - EFE

"Siempre me dicen que la moda nace en la calle, pero yo siempre la veo primero en Balenciaga"

Su arte no podía no estar en un museo. Por ello, el Thyssen-Bornemisza de Madrid ha organizado la primera gran exposición dedicada al modisto vasco que reúne, junto a sus diseños, una selección de cuadros de grandes nombres de la historia del arte español. Para la ocasión, Eloy Martínez de la Pera, comisario de la exhibición, ha seleccionado noventa piezas de indumentaria procedentes del Cristóbal Balenciaga Museo de Getaria, el Museo del Traje de Madrid y el Museu del Disseny de Barcelona, así como de colecciones particulares nacionales e internacionales. La Colección BBVA ha cedido dos de sus obras más destacadas: “Doña María de Vera y Gasca” (1670) pintado por Juan Carreño de Miranda, y “Felipe II”, realizado por un autor anónimo en 1565. La exposición ha logrado reunir un excepcional conjunto de 55 piezas con notable presencia de El Greco, Zurbarán, Goya, entre otros.

El propio Balenciaga ya lo advertía: “Un buen modisto debe ser arquitecto para los patrones, escultor para la forma, pintor para los dibujos, músico para la armonía y filósofo para la medida”. A fin de cuentas, el costurero formaba parte de ese movimiento artístico en el que el trabajo artesanal y el gusto por la confección diferenciaban a un buen diseñador del resto de colegas de profesión.

Porque el arte estaba presente en su obra, pero, también, en su vida. Todo este arte le proporcionó una importante cartera de clientas, entre las que se encontraban actrices como Marlene Dietrich o Elizabeth Taylor, y damas de la alta sociedad como Jacqueline Kennedy, Mona Bismarck y Gloria Guinness.

Entre ellas se encontraba además Diana Vreeland, la poderosa directora del Vogue americano de la década de los 60,  que sentenciaba: “Siempre me dicen que la moda nace en la calle, pero yo siempre la veo primero en Balenciaga”.

De izquierda a derecha: "Felipe II", Anónimo (h. 1565). "Doña María de Vera y Gasca", Juan Carreño de Miranda (h. 1670). Colección BBVA