BBVA Research prevé que en 2025 el crecimiento del PIB de Cataluña supere al de España
El servicio de estudios de BBVA estima que el crecimiento del PIB de Cataluña en 2025 podría situarse alrededor del 2,6%, un avance casi tres veces superior al que se observará en el conjunto de la eurozona (0,9%), y por encima del crecimiento estimado para el conjunto de España (2,5%). Entre los factores que apoyan el crecimiento destaca el buen comportamiento de la demanda interna, impulsada por el consumo de los hogares; la evolución de las exportaciones, tanto de bienes como de servicios; y la recuperación de la producción industrial. Hacia delante, BBVA Research prevé una moderación del crecimiento en 2026 (1,5%), en un contexto marcado por la débil recuperación en Europa y una elevada incertidumbre de política económica y arancelaria. De cumplirse estas previsiones. Además, la tasa de paro podría reducirse hasta el 8,5% de media en 2026 y se podrían crear 155.000 nuevos empleos en el bienio 2025-2026.

Según el informe ‘Situación Cataluña. Primer semestre de 2025’ de BBVA Research, presentado hoy por Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research para España, y José Ballester, director territorial de BBVA en Cataluña, el crecimiento de la economía regional seguirá siendo sólido en 2025; sin embargo, se prevé una desaceleración debido a la elevada incertidumbre de política económica y a la expectativa del impacto del cambio en las políticas arancelarias de EE.UU. en España y en los países europeos. Con todo, a finales de 2026 el PIB regional superaría en 11 puntos el nivel de 2019.
Los datos de la primera mitad de 2025 apuntan a que la afiliación se acelera hacia ritmos de crecimiento del 0,6% trimestral, similar al avance del promedio de España. En todo caso, el mayor impulso se observa fuera del área urbana de Barcelona, lo que es consistente con una elevada diversificación sectorial en la creación de empleo. Al igual que en años anteriores, el sector público, las actividades profesionales y las manufacturas volvieron a empujar el avance de la afiliación en lo que va de 2025, mientras que la agricultura continúa mostrando un débil desempeño.
El consumo de los hogares explica buena parte de la resiliencia de la economía de Cataluña, donde el gasto presencial total —nacional y extranjero— registrado en Cataluña en TPV de BBVA, o realizado por clientes de BBVA, aumentó un 12,2% en 2024 y, en lo que va de 2025, se desacelera levemente hasta el 9,2%. En particular, el aumento del consumo es mayor en compras asociadas a supermercados y alimentación, ocio y bares y restaurantes, mientras que el gasto en electrónica cae y se estanca el realizado en transportes, alojamiento y viajes. La progresiva reducción de la inflación y de los tipos de interés podría seguir apoyando el crecimiento del gasto de los hogares.
A este comportamiento del consumo privado se suma el apoyo del sector público. En 2024, la Generalitat de Cataluña habría acelerado el gasto en consumo respecto al año anterior, situando su peso sobre el PIB en torno al 10,2 %. Esta expansión habría sido impulsada por el aumento de la remuneración de los asalariados y las transferencias sociales en especie, influidas por el aumento del gasto en farmacia y en conciertos sanitarios- habrían contribuido a la expansión del consumo.
Por su parte, tras retroceder un 0,3% en 2024, en lo que va de año las ventas al exterior se recuperan levemente (1,2% en Cataluña y 0,8% en España). Sin embargo, esta recuperación sigue lastrada por la caída en las ventas de automóviles y por la menor demanda desde destinos clave como Francia, Alemania y otros países europeos fuera del euro. En términos nominales, las ventas al exterior en los primeros cuatro meses de 2025 superan en un 35% las del mismo período de 2019 (31% en España). En cambio, en términos reales, estas se sitúan tan solo 2,7 puntos por encima del nivel pre-pandemia (-0,1% en España). Los datos de marzo y abril pueden reflejar un adelanto de la demanda como consecuencia del aumento de los aranceles en EE. UU.
Factores que apoyarán la actividad económica
Entre los factores que apoyarán el crecimiento estarán la caída en los precios del petróleo y del gas; el tono más expansivo de la política económica en Europa; y una mayor capacidad de crecimiento del sector servicios (por la inmigración y los aumentos de la productividad por hora). Se espera un incremento de los salarios superior al de los precios, lo que debería apoyar la evolución del consumo privado durante los próximos trimestres. Asimismo, la inversión en vivienda aumentará su contribución al crecimiento de la demanda y se prevé un mayor gasto en defensa.
En línea con lo previsto por BBVA Research, el Banco Central Europeo (BCE) recortó el tipo de interés de depósito al 2% y podría mantener una pausa prolongada, condicionada por el impacto de las medidas arancelarias y fiscales. Estos menores costes financieros explican, en parte, el avance en Cataluña del volumen de hipotecas registradas entre enero y abril de 2025, que aumentaron un 32% interanual (33% en España). Aunque se prevé que los tipos hayan tocado suelo en este ciclo, se mantendrán relativamente bajos, lo que podría seguir favoreciendo al crédito.
La disminución de la inflación y de los tipos de interés, junto con el incremento de los salarios y el empleo, sostendrá el avance del consumo de los hogares en Cataluña. La remuneración por asalariado, en términos reales, podría continuar su recuperación, en un contexto donde los distintos indicadores disponibles de evolución de los salarios apuntan a incrementos por encima de la inflación esperada. El aumento de las rentas salariales tendrá un mayor impacto sobre el gasto que la mejora en la renta bruta disponible de años anteriores apoyada en las transferencias, sobre todo las relacionadas con el aumento en las pensiones.
Por último, la política fiscal será más expansiva de lo que se preveía, gracias a un mayor gasto en defensa. Tras décadas de reducción en relación al PIB, el gasto en defensa comenzó a repuntar ligeramente a partir de 2020. Según estimaciones de la OTAN, habría alcanzado el 1,3% del PIB a finales de 2024 (0,9% según los datos de ejecución de los Presupuestos Generales del Estado). Aunque estas cifras muestran que España aún está lejos del objetivo del 2% comprometido, el Gobierno ha anunciado un plan de inversión de 10.470 millones de euros (equivalente a 0,6 puntos del PIB) con el fin de alcanzar esa meta a finales de 2025. Con todo, su impacto podría ser mayor en las regiones que concentran la industria nacional en defensa, como Madrid y Andalucía, antes que en Cataluña.
Se prevé una desaceleración, ligada en parte al cambio en la política comercial de los EE.UU. y a ciertos cuellos de botella para el crecimiento
Según BBVA Research, el aumento de los aranceles y la incertidumbre en la política global afectarán a los flujos comerciales y a la inversión, y Cataluña está algo más expuesta a estos impactos, tanto en bienes como en servicios. Además, la apreciación del euro supondrá un deterioro de la competitividad, con impactos potencialmente heterogéneos, y riesgos también potencialmente mayores para Cataluña.
Entre el resto de factores que podrían limitar el crecimiento, destaca el elevado nivel de ahorro de las familias, que continúa en cotas relativamente altas. Este comportamiento es especialmente pronunciado en las franjas de edad más elevadas y también entre los jóvenes. Las comunidades del norte y Extremadura serían los territorios donde más se está acumulando este ahorro, debido en parte al mayor envejecimiento de la población. En Cataluña, con una población algo más joven, el consumo podría mostrar un comportamiento más positivo.
Junto al comportamiento del consumo, otro factor relevante es la falta de sensibilidad que muestra la inversión privada a la recuperación. Aunque hay factores cíclicos que pueden explicar parte de la atonía, como el aumento en los tipos de interés, la prolongación del problema parece apuntar a factores estructurales como la escasa rentabilidad de las empresas españolas respecto a otras economías europeas.
El mercado de la vivienda también puede limitar el avance de la demanda interna. Aunque las ventas totales crecieron en 2024, la vivienda secundaria retrocedió cerca de un 2%. Sin embargo, en Cataluña el comportamiento sigue siendo positivo, con aumentos superiores a la media nacional tanto en 2024 como en el primer trimestre de 2025 (13% y 21% frente a 12% y 16%, respectivamente). Por territorios, en 2024 destacaron Lleida (18% interanual) y Barcelona (16%), mientras que en el primer trimestre de 2025 los mayores incrementos se registraron en Tarragona (28%) y nuevamente en Barcelona (22%).
Desde 2019, el dinamismo de los ingresos de la Generalitat de Cataluña ha estado impulsado tanto por el aumento de los recursos del sistema de financiación (+48%) como de los impuestos propios (+44%). En este contexto, el peso del gasto público sobre el PIB catalán aumentó en torno a 2,3 pp entre 2029 y 2024. Ante la previsión de un crecimiento más moderado de los ingresos y dado su elevado nivel de deuda pública (29,7% del PIB en 2024), resulta necesario que Cataluña intensifique su política de control del gasto.