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Biología Act. 08 jun 2018

Más altos, más longevos y más obesos: así está evolucionando la especie humana

Desde que Darwin y el pensamiento evolucionista comenzaron a formular nuevas propuestas  sobre el origen del ser humano se han multiplicado las teorías antropológicas sobre la transformación de la especie. Y  es que para llegar hasta el ‘Homo sapiens’, los seres humanos han atravesado un proceso de cambio de millones de años en el que se han producido variaciones físicas, culturales y lingüísticas.

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Cambios que todavía hoy continúan produciéndose. La evolución no se detiene y factores como la asistencia sanitaria, el estilo de vida e incluso la carga genética han tenido su impacto en rasgos como la altura, la longevidad o la masa corporal de la especie humana.

Más altos

Hace dos siglos, los holandeses se encontraban entre los varones con menor altura de los países europeos. Dos siglos más tarde, su estatura ha alcanzado una media de 1,84 metros, lo que les convierte en los hombres más altos del mundo.

La genética tiene gran influencia en la altura de las personas, pero la investigación ‘Gigantes del mundo moderno’ ha demostrado que la nutrición, las enfermedades, el trabajo y el estrés también intervienen. “No es solo una cuestión de raza, o genes, sino también de que el nivel socioeconómico ha mejorado mucho. Y, por supuesto, no sucede solo en Holanda, sino que es un proceso universal que tenemos que comprender con este proyecto”, explica Jan Kok, profesor de Historia Económica, Social y Demográfica en la Universidad de Radboud (Países Bajos) y responsable del proyecto.

“No es solo una cuestión de raza, o genes, sino también de que el nivel socioeconómico ha mejorado mucho"

Kok, que ha presentado su estudio en el ciclo de conferencias ‘Demography Today’ de la Fundación BBVA, ha llevado a cabo la investigación teniendo en cuenta los acontecimientos históricos vividos y las características particulares de 80.000 personas nacidas entre 1812 y 1922.

Más obesos

El ser humano no solo está creciendo a lo alto, también a lo ancho. Desde 1975, la obesidad casi se ha triplicado en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En 2016, el 39% de las personas adultas tenía sobrepeso, y el 13% era obeso.

El exceso de grasa se ha convertido en una epidemia que tiene graves consecuencias para la salud. Aumenta el riesgo sufrir ataques del corazón, problemas de hígado, diabetes e incluso puede ser el detonante de algunos cánceres.

De acuerdo con los expertos, las principales causas del aumento de la obesidad son una dieta hipercalórica y rutinas cada vez más sedentarias, producto de los nuevos modelos de transporte y de trabajo en los que escasea la actividad y el ejercicio.

Sin embargo, pueden influir otros factores como la epigenética, que tal y como explican las profesoras de la Universidad de Navarra, Adriana Moleres Villares y Amelia Marti del Moral,  son aquellos cambios hereditarios que modifican el ADN pero sin alterar su secuencia. En el estudio ‘Influencia del ambiente y la alimentación en la programación epigenética de la obesidad’, estas investigadoras aseguran que hay evidencias que demuestran que los genes pueden ser responsables de transmitir efectos relacionados con cambios en la alimentación y del estilo de vida que conllevan una predisposición a la obesidad.

Más longevos

La esperanza de vida es otro de los indicadores que ha crecido en el último siglo. Según publica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), vivimos más que nunca, con una media de 77 años en el caso de los hombres y de 83 años para las mujeres. En todos los países de esta organización, la esperanza de vida se sitúa en torno a los 80 años, lo que supone un aumento de más de una década desde 1960.

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María Blasco asegura que se llegará a los 70 años con la misma vitalidad que se tiene a los 40.

La OCDE relaciona la longevidad con el crecimiento de la inversión en salud y educación, de mayor calidad y más fácil acceso, las acciones destinadas al cuidado del medio ambiente y los cambios en los estilos de vida.

La directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco, autora del libro ‘Morir joven, a los 140’ explica que, desde el punto de vista evolutivo, no hay nada que nos obligue a envejecer. En sus últimas investigaciones, centradas en entender el envejecimiento molecular y como ralentizarlo, han llegado a la conclusión de que es posible mantenerse sano y joven durante mucho más tiempo.

En su libro asegura que se llegará a los 70 años con la misma vitalidad que se tiene a los 40 y que los niños que han nacido en la actualidad vivirán más de cien años. El envejecimiento molecular está ligado a enfermedades como el cáncer, el alzhéimer o el párkinson, y si se consigue tratar esas enfermedades se conseguirá también alargar la vida.

La transformación que ha sufrido la especie humana durante millones de años de existencia ha implicado la pérdida de vello corporal, de fuerza en la mandíbula o el aumento del tamaño del cerebro. Pero, al igual que el tiempo continúa, nuestra evolución no se detiene. Por lo pronto, parece que las personas llegarán a ser más viejas, más altas o más gordas, pero quién sabe cuál será el próximo rasgo de nuestra apariencia en empezar a cambiar.