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Tecnología Act. 17 ago 2017

¿Puede la ARPA-E resolver los problemas energéticos?

La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados para la Energía (ARPA-E, por sus siglas en inglés) es muy popular en Estados Unidos por sus precios, pero sus programas de investigación a corto plazo no son suficientes. El presidente de Microsoft, Bill Gates, advirtió que la innovación en el sector energético se mueve de manera mucho más lenta que en el campo del software.

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Los republicanos y demócratas en el Congreso de Estados Unidos no están de acuerdo en muchas cosas, especialmente cuando se trata del Departamento de Energía del país, pero sí están de acuerdo en que la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados para la Energía (ARPA-E, por sus siglas en inglés) que depende de dicho departamento es una buena idea. El año pasado, durante el recorte general de programas, votaron a favor de aumentar la financiación de la agencia en un 50 por ciento. El apoyo de ambos partidos fue evidente esta semana en la tercera Cumbre de Innovación de la agencia, con la participación de una mezcla de políticos liberales y conservadores, así como de líderes empresariales.

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Intercambio energético: El fundador y presidente de Microsoft, Bill Gates, y el Secretario de Energía, Steven Chu, hablaron sobre energía en la Cumbre de Innovación de la ARPA-E esta semana.

La ARPA-E ha gozado de mucha popularidad en gran parte porque resulta barata. Por aproximadamente la misma cantidad que el Gobierno dejó de dar al fabricante de paneles solares Solyndra en forma de garantía de préstamo, la ARPA-E ha financiado 180 proyectos.

Sin embargo, ¿cuál es la importancia de la agencia para resolver los desafíos más importantes de energía, como por ejemplo los volátiles precios del petróleo y el cambio climático? En la cumbre, varios oradores advirtieron que el tipo de financiación a corto plazo, de dos a tres años, que presta el organismo no es suficiente para hacer frente a los problemas de energía a largo plazo.

Desde sus inicios, la ARPA-E se ha fijado metas modestas, reconociendo sus límites. "En el sector de la energía, se necesita tiempo para que una innovación se desarrolle y aumente de escala, y marque una gran diferencia en el mercado comercial", señaló Arun Majumdar, director de la ARPA-E, en una conferencia de prensa. "Para eso se necesitan alrededor de 10, 15 o quizá 20 años".

Innovaciones energéticas

Durante su intervención hizo referencia a otras medidas de éxito. La agencia ha ayudado a aumentar la inversión privada en energía, señaló, e indicó que 11 de los proyectos financiados por la ARPA-E, con cerca de 40 millones de dólares (30 millones de euros), impulsaron más de 200 millones (150 millones de euros) en financiación del sector privado. También destacó el éxito de Envia, que ha demostrado un gran aumento de la capacidad de almacenamiento de las baterías.

Durante una mesa redonda con el secretario de Energía, Steven Chu, el fundador y presidente de MicrosoftBill Gates, advirtió que la innovación en el sector se mueve de manera mucho más lenta que en el campo del software.

La revolución de la TI (tecnología de la información) es una excepción que, de algún modo, hizo pensar a la gente que las cosas pueden funcionar rápidamente"

"Subestimar la dificultad contribuye en parte a que acabemos dando menos fondos de los necesarios a los trabajos innovadores necesarios para seguir adelante". Señaló que las innovaciones energéticas en el pasado han tardado entre 50 y 60 años en lograr un impacto.

Chu indicó que la ARPA-E cumple una función específica: en algunos casos, las innovaciones "pueden llegar al mercado muy rápidamente". Sin embargo, señaló que el Departamento de Energía aún debe financiar la investigación a largo plazo, incluyendo centros de innovación que se centren en un problema durante una década, así como proyectos de mayor envergadura, como garantías de préstamos.

No obstante, algunos de estos proyectos de mayor envergadura y a largo plazo están bajo el punto de mira, tal y como se puede observar a partir de la investigación del Congreso sobre los préstamos del Departamento de Energía a Solyndra. "Nadie puede negar que la reacción a Solyndra ha tenido un efecto amortiguador sobre los programas de financiación pública para las empresas", señaló Chu. Sin embargo, también añadió que la caída [de la empresa] era de esperar. El Congreso sabía que fracasaría cuando autorizó el programa de préstamos, por eso se apropió de 10.000 millones (7.500 millones de euros) para cubrir pérdidas. "Es muy lamentable lo que pasó con Solyndra: una pérdida de 500 millones de dólares (375 millones de euros)", indicó. "Pero personalmente me sorprendería mucho si perdiésemos un tercio de ese dinero apropiado".

Gates cree que la tasa de fracaso para la financiación más amplia de la innovación en energía será "de más del 90 por ciento". Y añadió que "no existe una relación clara entre la cantidad que se gasta en I+D y la cantidad que sale". Es posible que las innovaciones vengan de empresas que ya cuentan con buena financiación. "Sin embargo, es más probable que la falta de financiación esté retrasando el ritmo del progreso", advirtió. "Se trata de una serie muy compleja de tecnologías, por lo que tenemos, literalmente, miles de compañías intentando hacer cosas por aumentar las probabilidades de que consigamos 10 o 20 enfoques que nos lleven a una solución mágica", concluyó.

Fuente de la imagen: DOE/Quentin Kruger