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Cómo enseñar a los niños a manejar el dinero de manera efectiva

Los datos sobre el nivel de educación financiera de los niños no son buenos. Es necesario que los más pequeños se habitúen a tratar con el dinero de una manera inteligente. La familia y la escuela son importantes para fomentar el hábito del ahorro, aprender qué es el dinero o convertirse en consumidores responsables, tres cuestiones esenciales para empezar a cuidar la salud financiera desde la infancia.

Cómo enseñar a los niños a manejar el dinero de manera efectiva

Los niños muchas veces creen que nada en la vida es imposible, que el dinero se fabrica cuando uno lo necesita o que los cajeros lo regalan cada vez que una tarjeta entra por la ranura. Luego van creciendo y entienden que el dinero se gana a base del trabajo y esfuerzo de los adultos, pero no van mucho más allá. Una vez que comprenden que el dinero entra en el banco después de hacer un trabajo determinado, muchos se quedan ahí y sus conocimientos sobre finanzas no avanzan mucho más.

Conceptos como el de crédito, TAE, pensión, aval, deuda, cheque, inflación, hipoteca, interés, rentabilidad o impuesto duermen el sueño de los justos en sus cabezas si es que alguna vez las escuchan casualmente.

Los informes PISA como referente

La prueba de que los más pequeños carecen de una buena educación financiera son los resultados del informe PISA, que comenzó a evaluar esta competencia en 2012. El estudio, que mide la comprensión y las destrezas necesarias para dar con éxito el paso de la vida escolar a la universidad, la empresa o el mundo laboral, alertó en 2018 sobre la necesidad de mejorar los niveles de educación en materia financiera, incidiendo tanto sobre la población joven como sobre la adulta.

Y si la situación global no es buena, los resultados españoles se han situado por debajo de la media en las tres ocasiones en las que se ha llevado a cabo el estudio. En la última edición, la de 2018, países como Estonia, Polonia, Letonia, Lituania o Rusia alcanzaron mejores resultados en esta competencia. El próximo informe PISA que recogerá datos sobre educación financiera se publicará probablemente en 2023. Ya se han llevado a cabo las investigaciones y los expertos españoles no tienen mucha confianza en que los resultados vayan a ser mejores que los que los registrados hasta ahora, teniendo en cuenta, además, las dificultades que ha sufrido la educación durante la pandemia.

“Desde hace más de una década, diversos organismos internacionales han subrayado la conveniencia de introducir nociones de educación económica y financiera en la escuela primaria y secundaria. En España, la LOGSE introdujo la enseñanza de la Economía en el Bachillerato de Ciencias Sociales. En la actualidad, tanto el resto de modalidades del Bachillerato como la ESO incluyen cursos introductorios de esta materia. Asimismo, desde el año 2008, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España lanzaron una iniciativa conjunta, el Plan de Educación Financiera, a fin de afianzar la presencia de este tipo de contenidos dentro del sistema educativo”, explica José Ignacio Antón, profesor titular de Economía de la Universidad de Salamanca.

Una responsabilidad compartida entre colegio y familia

Tanto el Banco de España como distintas entidades financieras han creado contenidos financieros en internet. Sin embargo, para desarrollar una capacitación financiera es necesario ir más allá. Es un trabajo que debe hacerse desde el entorno familiar y los centros educativos lo antes posible. La alfabetización financiera de la sociedad es una responsabilidad compartida de las familias y también de los gobiernos. Hacen falta políticas que acerquen este conocimiento a la sociedad y que se haga ya en edades muy tempranas.

Para la OCDE, la alfabetización financiera no es solo tener conocimientos sobre finanzas. Incluye también poseer las capacidades, aptitudes, habilidades, comportamientos y racionalidad que permitan tomar decisiones acertadas para el bienestar financiero individual.

Aprender a sumar y restar dinero

Elisabet Ruiz Dotras, profesora de Finanzas de la Universitat Oberta de Catalunya, explica algunas fórmulas para que los más pequeños empiecen a saber usar el dinero: “Desde los tres o cuatro años, cuando ya empiezan a tener capacidad para entenderlo, hay que ayudar a los niños a familiarizarse con el concepto del dinero, que este tiene un valor y que es una recompensa por un esfuerzo que se realiza. Deben ver que sus padres se van a trabajar, ganan un dinero y este sirve para comprar cosas”.

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Desde edades muy tempranas, los más pequeños de la casa piden regalos y hay que educarlos para que sepan que no es posible tenerlo todo. “En cuanto ya empiezan a aprender a sumar y a restar, aquí ya sí que hay que enseñarles a sumar y restar dinero. No podemos olvidar que cada vez usamos más las tarjetas y los móviles para pagar y los niños se acostumbran a eso, a no ver dinero, a no entender lo que significa el concepto. Creo que una buena manera de entrar en ello es a través de los juegos didácticos como el Monopoly, el Bingo o Cashflow. Es bueno asignarles tareas y darles dinero por ello, que tengan una tarjeta de prepago y se sepan administrar el dinero a lo largo del tiempo. Propongámosles, por ejemplo, decorar la casa para Navidad atendiendo a un presupuesto que tenemos”, explica Ruiz Dotras.

Cómo ayudar a los niños

Pero, en opinión de los expertos, tan importante como enseñar a los niños el valor del dinero es inculcarles otros conceptos y hábitos, intentando que los incorporen a su vida diaria como ya se hace con la dieta o la higiene:

  • Fomentar el hábito del ahorro. Fijar un objetivo de ahorro siempre ha funcionado bien en las familias. Por ejemplo, animar a los pequeños a ir guardando dinero poco a poco para comprar algo que les haga mucha ilusión. Ese debería ser el primer paso y, además, el esfuerzo finalmente tendrá su recompensa.
  • Explicarles cómo se compra de manera inteligente. Hay que enseñarles a ser consumidores responsables y a no comprar todo lo que se les antoja. La filosofía de comparar precios y establecimientos es muy útil, así como buscar las características del producto para ver si cumple con todos los requisitos que necesitan.
  • Ayudarles a formarse en educación financiera con aplicaciones. En el mercado existen aplicaciones enfocadas a que los niños y niñas aprendan educación financiera, por ejemplo: Savings Spree, para niños a partir de 7 años; Renegade Buggies, a partir de los 6 años o Celebrity Calamity, a partir de 7.
  • Pero, lo más importante de todo es dar ejemplo a los hijos tomando buenas decisiones financieras y hacerles partícipes de ellas y no tener reparos en hablar de dinero con ellos, para que, poco a poco, se habitúen a tener relación con el dinero de una forma sana e inteligente.

La educación financiera en el mundo

Sabemos que en España los más jóvenes no reciben una formación financiera adecuada desde pequeños, pero ¿cuál es el nivel de conocimientos financieros en otros países? Ya hemos visto que Estonia, Polonia, Letonia, Lituania o Rusia obtuvieron mejores resultados en el informe PISA.

El informe ¿Por qué educar en economía familiar y empresarial?, de la consultora PwC y la Fundación Contea, refleja que la jornada escolar española presenta la mayor duración (en comparación con Reino Unido y Países Bajos) y cuenta con el tiempo suficiente para ofrecer una formación de calidad. Pese a ello, dedica muchas menos horas que Países Bajos a las asignaturas vinculadas a la educación económico-financiera. Francia, Noruega, Suecia o Reino Unido lideran los resultados de los países con los jóvenes mejor preparados en este sentido.

Mientras que en España se dedican 2,8 horas semanales de media a asignaturas con contenidos financieros (9,9 % de la jornada escolar), suponiendo que un alumno curse todas las asignaturas de este ámbito, Países Bajos da 6 horas (22,4 % de la jornada escolar). Las puntuaciones obtenidas reflejan que Países Bajos es puntero en la dedicación doblando a Reino Unido y España. Existe una clara correlación entre las horas de dedicación y los buenos resultados. En Reino Unido, por ejemplo, la asignatura de Educación Financiera es obligatoria durante el periodo escolar desde 2011.

Para CAF–Banco de Desarrollo de América Latina, la educación financiera es crítica para la inclusión, pues no solo facilita el uso efectivo de los productos financieros, sino que también ayuda a que las personas desarrollen las habilidades para comparar y seleccionar los mejores productos para sus necesidades y los empodera para ejercer sus derechos y responsabilidades.

Desde 2013, esta institución viene realizando encuestas de medición de las capacidades financieras en ocho países de la región: Argentina (2017), Bolivia (2013), Brasil (2020), Chile (2016), Colombia (2013 y 2019), Ecuador (2013 y 2020), Paraguay (2017) y Perú (2013 y 2019). Estos estudios, que son representativos a nivel nacional en cada uno de los países, miden los conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos financieros de los individuos con relación a temas financieros.

En estos países el nivel de educación financiera está muy relacionado con el nivel de ingresos y de estudios de la población. En México, por ejemplo, existe un amplio desconocimiento de las características de los productos y servicios financieros. El Banco de México tiene un programa y un portal de educación financiera con videos y contenidos para diferentes edades. 3 de cada 10 adultos de este país cuentan con una educación financiera viable.

También el Barco Central de Argentina cuenta con un programa online para enseñar a los más pequeños el uso del dinero.

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