Cyber Monday: qué es y cómo sacarle partido sin sobresaltos

Para entender en qué consiste el ‘Cyber Monday’, sus orígenes y su recorrido hasta la actualidad, hay que recurrir a cuatro fechas clave.

La primera, la inaugural, noviembre de 2005, momento en que Ellen Davis, vicepresidenta de investigación e iniciativas estratégicas de una de las principales asociaciones de comercio minorista del mundo, la National Retail Federation (NRF), lanzó la etiqueta y el concepto en un artículo del boletín digital Shop.org.

Davis fue la primera en proponer que se dedicase un día al año a la promoción activa de las ventas ‘online’, un sector por entonces en auge incipiente en Estados Unidos.

El ‘Black Friday’ (‘Viernes Negro’) —una jornada oficiosa de inauguración de la temporada de compras navideñas instaurada en todo el territorio estadounidense desde 1975— se estaba imponiendo ya a nivel mundial, por lo que Davis propuso complementarla con una segunda cita dedicada al consumo digital para crear así un largo fin de semana de compras, el Black Weekend. Medios de comunicación como la CNBC, Fox News o CNN se hicieron eco de la iniciativa cuya primera edición se lanzó el lunes 28 de noviembre de 2005.

La jornada se hizo rápidamente un hueco en el calendario comercial de Estados Unidos y se exportó a nivel planetario con notable éxito: todos los años, el cuarto jueves del mes de noviembre, se celebra la festividad de Acción de Gracias, a la que sigue el ‘Black Friday’. Tres días después llega el Cyber Monday o ‘ciberlunes’.

En el ecosistema digital, el 'Cyber Monday' se sitúa por detrás de la Navidad y del 'Black Friday' en cuanto a interés de los internautas por esta fecha:

La segunda fecha clave es noviembre de 2008, momento en que dos gigantes del comercio, Walmart y Amazon, echaron el resto compitiendo a brazo partido en plena recesión con un agresivo programa de promociones e incentivos a la compra ‘online’ lanzado durante el Cyber Monday. Amazon obtuvo un incremento de ventas del 21 % y Walmart, del 6%, según datos de la consultora Hitwise, pero lo fundamental es que ambos operadores integraron la nueva fecha en su calendario estratégico anual, contribuyendo así a su popularización.

En la tercera fecha clave, noviembre de 2018, se alcanzó en Estados Unidos, según datos de Comscore, la cifra simbólica de 6.000 millones de dólares en ventas digitales durante el Cyber Monday. También por entonces, un 77% de los comercios estadounidenses que se habían acogido a la iniciativa declaraban haber obtenido un incremento significativo de su facturación durante la jornada. Por último, en 2020, en el primer Cyber Monday tras los confinamientos por COVID-19, se alcanzó la cifra récord de 10.000 millones de dólares, un 1,4% superior a la que se registraría en 2021.

¿Qué impacto tiene el Cyber Monday en España?

En nuestro país, el Cyber Monday fue lanzado en 2011 y empezó a consolidar su impacto en torno a 2015. En la campaña de 2023, que arranca el viernes 24 de noviembre y culmina el lunes 27, se prevé un incremento del 20% en el gasto online, según datos de Webloyalty. De hecho, las previsiones apuntan a que el ticket medio online alcance los 162 euros durante estas fechas.

Casilda Rivilla, profesora de Marketing Digital y Comercio Electrónico en la OBS Business School, ha intentado cuantificar el impacto objetivo del Cyber Monday en España (además de en Argentina, México y Colombia) más allá de su notoriedad creciente. Su conclusión más llamativa es que, aunque el fin de semana del Black Friday no arrojó en España resultados positivos en sus dos últimas ediciones (2020 y 2021), sí se registró un incremento muy significativo del porcentaje de comercio electrónico con respecto al total de las ventas.

Respecto al dispositivo preferido para comprar, el informe de Webloyalty sitúa al móvil como el favorito para un 61,7% de los compradores, por encima del ordenador, usado en el 36,6% de los casos, o la tableta a la que sólo recurren el 1,7% de los compradores.

En cuanto a la actividad comercial durante este día, aumento de forma exponencial en comparación con una jornada normal de compras:

Guía para sacarle todo el partido al Cyber Monday minimizando riesgos

Estas cifras permiten concluir que tanto el Black Friday como, en menor medida, el Cyber Monday, tienen un apreciable impacto dinamizador sobre la actividad comercial.

Para los minoristas digitales, el ‘ciberlunes’ supone una oportunidad para incentivar las ventas ‘online’ y, además, garantiza un pico de consumo y contribuye a crear una inercia positiva en fechas aún alejadas del periodo álgido de compras navideñas. Para el consumidor puede suponer una de las últimas oportunidades del año de adquirir determinados productos a precios reducidos.

Sin embargo, tanto la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) como las instituciones estatales, locales o autonómicas de información y protección del consumidor recomiendan a los ciudadanos que encaren estas fechas señaladas con una cierta prudencia, para aprovechar las ofertas con plenas garantías y sin dejarse atrás por una inercia de consumo impulsivo. La siguiente guía de uso del Cyber Monday ha sido elaborada siguiendo las recomendaciones de esos organismos y de los expertos en Economía del Comportamiento y de Ciberseguridad de BBVA:

• En primer lugar, resulta recomendable comprar de manera estratégica. Es decir, plantearse si los artículos que se van a adquirir resultan realmente necesarios más allá de lo comparativamente bajo que sea su precio en esta fecha.
• Es conveniente marcarse a priori un presupuesto máximo y elaborar con cierta antelación una lista con los artículos a adquirir.
• Los expertos insisten en que se deben vigilar de manera muy especial las compras financiadas y los pagos con tarjetas de crédito para no incurrir en un endeudamiento no sostenible.
• A diferencia de lo que ocurre en la temporada de rebajas, no existe en este caso la obligatoriedad de indicar las variaciones de precio en la publicidad y etiquetado de los productos. Por ello, conviene consultar en días anteriores cuál es el precio habitual de esos artículos para comprobar qué ahorro real suponen las promociones ofrecidas.
• Antes de realizar la compra, resulta recomendable comprobar que el minorista digital está adherido a algún distintivo de calidad o sistema de arbitraje de conflictos comerciales como el Sistema Arbitral de Consumos.
• Como garantía adicional, conviene fijarse en que los minoristas sean empresas con páginas web de diseño y ejecución profesional, que cuenten con datos de contacto y dirección física y que estén avalados por opiniones positivas en redes y foros online.
• Se debe exigir que el periodo de vigencia de la oferta esté claramente indicado y que se ofrezcan de manera explícita las mismas condiciones y garantías de venta que en periodos normales.
• El periodo de devolución sin explicaciones de los productos adquiridos digitalmente es de 14 días, pero conviene comprobar en cada caso si el vendedor asume los gastos de envío o se reserva el derecho de que los asuma el consumidor.
• Es importante contrastar también que los minoristas ofrezcan información suficiente y clara sobre las características de los productos a la venta, las ofertas asociadas a ellos, condiciones de pago, costes de envío o las condiciones de entrega. Si la información ofrecida resulta confusa o poco completa, es mejor recurrir a una alternativa.
• Hay que conservar los comprobantes de compra y tener muy presentes los anuncios publicitarios de los productos adquiridos, ya que la publicidad es vinculante.
• Las compras no deben realizarse en ningún caso en redes públicas.
• Por seguridad, resulta preferible no acceder a las tiendas virtuales a través de enlaces que lleguen por mensajería móvil o correo electrónico. Es preferible introducir la dirección completa en el navegador y guardarla en favoritos para reducir el riesgo de ir a parar a sitios fraudulentos.
• Para compras a minoristas con sede física fuera del territorio de la Unión Europea, hay que tener en cuenta que los precios de venta se verán incrementados, muy probablemente, por la adición de IVA y derechos de aduana. No hay que dar por supuesto que estos cargos adicionales están incluidos en el precio de venta indicado, a no ser que se especifique de manera clara e inequívoca. En estos casos hay que considerar también que no será aplicable la normativa europea de protección del consumidor y que las posibles reclamaciones no podrán canalizarse a través de los servicios europeos de arbitraje.