¿Qué es el equilibrio económico y cómo conseguirlo?
Vivir con seguridad financiera y tranquilidad económica es para muchos un sueño inalcanzable. Sin embargo, lograr el equilibrio entre el dinero que entra y sale de un hogar o una empresa es una meta a la que todo el mundo puede aspirar y supone un primer paso fundamental para conseguir una buena salud financiera. Equilibrio económico significa estabilidad e impacta de forma directa en el bienestar y la calidad de vida.

El equilibrio económico, en su definición más técnica, es un estado o condición que se da cuando las fuerzas que impulsan la economía se mantienen estables y no cambian. En esta situación, la oferta y la demanda se igualan.
Equilibrio y seguridad económica
¿Quién no sueña con alcanzar el equilibrio económico? Esa situación ideal que nos permita vivir con tranquilidad y sin que la gestión del dinero suponga una causa de estrés. ¿Se alcanza este estado con un buen trabajo y un sueldo fijo? Sí y no. Si bien es cierto que ambos nos dan seguridad, también lo es que hay que estar preparados para cualquier imprevisto y uno de ellos puede ser el desempleo.
Por este motivo, es importante tener un control del día a día de nuestra economía, conocer bien nuestras fuentes de ingresos y nuestros gastos y conseguir que estos últimos nunca sean mayores que los primeros porque en ese caso, antes o después, la seguridad económica desaparecerá.
En las empresas ocurre lo mismo que en la economía familiar: conseguir el equilibrio económico no es una meta en sí misma, pero sí un buen punto de partida. Este concepto hace referencia al momento en que un negocio se encuentra en ese punto en el que los ingresos que obtiene son iguales a los gastos fijos y a los variables. Es decir, se está vendiendo la cantidad de productos o servicios necesarios para cubrir de forma precisa los gastos.
Además, conviene recordar que en el hogar mantener un “colchón” de liquidez es clave: una guía del Banco de España para educación financiera recomienda constituir un fondo de emergencia equivalente a entre 3 y 6 meses de gastos normales.
¿Qué es el equilibrio económico y cómo conseguirlo?
Cuando hablamos de equilibrio económico, la mayoría de las veces nos referimos a equilibrio financiero, aunque la realidad es que este último término suele relacionarse más con las empresas que con las familias. El equilibrio financiero podría definirse como la situación en la que una organización es capaz de hacer frente a todas sus deudas en los plazos acordados, con lo que demuestra que su gestión es eficiente.
Sin embargo, el equilibro financiero también es fundamental a la hora de gestionar la economía doméstica, como explica Mira Fauth-Bühler, neurocientífica y catedrática de psicología económica y neuroeconomía de la Universidad FOM de Ciencias Aplicadas para la Economía y la Gestión en Stuttgart (Alemania), que estudia lo que ocurre en el cerebro de las personas cuando toman decisiones financieras.
Fauth-Bühler defiende que podemos enseñar a nuestro cerebro a preferir el ahorro frente al gasto, aunque reconoce que el uso de tarjetas puede activar circuitos de recompensa (dopamina). “Nuestros cerebros no se han desarrollado para tomar decisiones financieras inteligentes”, asegura, por eso es tan importante que eduquemos nuestro comportamiento. Sobre todo, que entendamos bien hasta dónde puede conducirnos un exceso de gasto o un desequilibrio financiero.
¿Cómo se mide el equilibrio financiero de una empresa?
Para calcular el punto de equilibrio la empresa debe determinar tanto los costes fijos como variables, así como establecer el precio de venta del bien o servicio, que debe ser superior a su coste de producción y distribución. Los fijos son aquellos que se producen independientemente del volumen de ventas (arrendamientos, nómina, servicios públicos o pago de seguros). Los variables son los que varían directamente con el volumen de ventas de la empresa. Ejemplo: materias primas, comisiones de vendedores, impuestos, combustible, publicidad, costes de distribución, etc.
El cálculo del punto de equilibrio se puede expresar en unidades (volumen) o en ventas (valor).
El equilibrio financiero puede contemplarse a corto o a largo plazo. El primer caso analiza la solvencia en un espacio de tiempo reducido (solvencia actual), es decir, mide la capacidad de atender pagos inmediatos (liquidez). Por otro lado, el equilibrio financiero a largo plazo se fija en la solvencia en un periodo más extenso (solvencia futura), y mide la capacidad de la empresa para atender sus deudas a largo plazo.
Hay una serie de prácticas que ayudan a que el equilibrio será una realidad en una empresa:
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Revisar el presupuesto del año pasado como base para el nuevo ejercicio.
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Apoyarse en analítica y previsión de ingresos/gastos (forecasting) para no exceder costes de personal, materiales y otras partidas.
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Tratar de convertir, cuando tenga sentido, costes variables en fijos para facilitar el control (por ejemplo, pasar de pago por uso a cuota mensual).
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Estimar el aumento de costes fijos derivado de una expansión (alquileres, personal, cloud, etc.).
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Crear y alimentar un fondo de contingencias operativo para gastos inesperados y planificar escenarios (mejor y peor caso).
Si nos centramos en la economía doméstica, para empezar a cuidar nuestra salud financiera debemos tener muy presentes varios aspectos:
- Ahorrar para el futuro. Es necesario tomar conciencia de la importancia de comenzar a ahorrar para cumplir metas de corto y mediano plazo y estar preparado para el futuro lejano. Un marco sencillo que puede ayudar es la regla 50/30/20 (50% necesidades, 30% deseos, 20% ahorro y amortización de deudas).
- Planear lo inesperado y lo esperado. A medida que pasa el tiempo se adquieren más responsabilidades para las cuales es necesario anticipar y planificar (vivienda, estudios de los hijos, coche…). El Banco de España sugiere dimensionar el fondo de emergencia entre 3 y 6 meses de gastos.
- Orden y disciplina. Son imprescindibles para alcanzar una vida financiera saludable. Se trata de conocer el día a día de los ingresos y los gastos para tomar consciencia de la situación financiera real y poder planear el futuro con mayor comodidad.
- Mantener un nivel adecuado de endeudamiento. Consiste en diseñar una estrategia para controlar las deudas: en el mercado español, las entidades suelen trabajar con una tasa de esfuerzo entre el 30% y el 35% de los ingresos netos, y en algunos casos hasta el 40% para hipoteca (no es una ley, sino práctica habitual). Si es posible, intenta no superar el 35%.
- Hacer uso de herramientas prácticas. BBVA pone a disposición de todos los usuarios una calculadora de presupuestos que ayuda a organizar los ingresos y gastos en categorías, mostrando al instante si el balance mensual está en equilibrio. Es un recurso sencillo y visual que facilita aplicar reglas como la 50/30/20 o detectar gastos prescindibles.
Jorge Hernando Cuñado es profesor de Economía y Empresa de la Universidad de Nebrija y reconoce que muchos de sus alumnos tienen problemas a la hora de identificar conceptos tan básicos como interés, nómina o impuestos. Eso da una idea de la necesidad de tener una buena educación financiera para poder gestionar nuestra economía. “Es imprescindible que sepamos lo que ingresamos y lo que gastamos al mes y, sobre todo, ser muy conscientes de ello y no vivir por encima de nuestros recursos”, explica.

Planificación para evitar riesgos
Para el experto es imprescindible pensar en el concepto de la jubilación lo antes posible. “En países como Irlanda a los 30 años ya son plenamente conscientes de ello y lo planifican”, apunta. “Ya sea en forma de fondo de pensiones o de ahorros personales, pero hay que tenerlo muy presente y prever lo que nuestro país va a poder hacer por nosotros en el futuro y lo que no”.
Hernando considera que hay que entender algunos conceptos clave para mantener la tranquilidad económica. “Uno de los más importantes es el riesgo. Recuerdo la crisis de 2008 y la falta de conocimiento de muchas personas sobre los riesgos que suponía invertir en acciones. Otro de los conceptos es el del tipo interés (el precio del dinero). Seguimos sin enseñar en la escuela lo que son los impuestos directos e indirectos, los intereses. Tampoco se enseña lo importante que es la diversificación, no poner todos los huevos en la misma cesta y comprender o sospechar qué puede haber detrás de quien nos da demasiado por nuestro dinero. La inversión y el ahorro son otros dos conceptos que hay que tener muy claros para tener una economía saludable”, asegura el profesor de Economía y Empresa.
Visión general del ahorro en el mundo
Según el estudio de Visa “Tendencias del movimiento de dinero en América Latina y el Caribe”, en su edición de 2023, muestra que sólo el 63% de los consumidores está ahorrando de alguna u otra manera, de los cuales nada más el 33% lo hace con cierta regularidad y el 67% restante, ocasionalmente.
En España, los últimos datos del INE muestran que, en el conjunto de 2024, la tasa de ahorro de los hogares se situó en el 13,6% de su renta disponible bruta; en el 4T 2024, la tasa trimestral fue del 17,4%. El Banco de España, por su parte, destaca en 2024 un aumento del ahorro por ingresos al alza y consumo relativamente contenido.
Conseguir el equilibrio económico no es una tarea tan ardua como parece en algunas ocasiones.. Quizá, como dice la neurocientífica Mira Fauth-Bühler, miles de años de evolución no han preparado a nuestro cerebro para preferir el equilibrio en cuestiones como la dieta o el gasto, pero el ser humano también ha demostrado a lo largo de la historia su capacidad de aprender y adquirir nuevos hábitos.