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Los bonos verdes se consolidan como una gran alternativa de financiación

En un entorno en el que las empresas tienen cada vez más conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad, los bonos verdes se han consolidado como una alternativa de financiación superando en 2016 los 87.000 millones de dólares en emisiones a nivel mundial, una cifra récord frente a los 42.000 millones de 2015.

bosque de árboles verdes y dólares

Los bonos verdes son títulos de crédito emitidos por instituciones públicas o privadas bajo el compromiso de invertir en un proyecto verde y sostenible. Los bonos verdes presentan oportunidades de diversificación y ampliación de la base inversora, aportan diferenciación entre empresas del mismo sector y mejoran la imagen corporativa y la reputación del emisor.

Son varios los factores que han contribuido al 'boom' del mercado de bonos verdes durante los últimos años, y en particular en 2016.

Nuevos emisores corporativos y del sector financiero

Un factor clave ha sido la creciente participación de nuevos emisores corporativos y del sector financiero, tanto en Europa como en América, aunque el mayor crecimiento se debe a emisores procedentes de China.

Empresas del sector de servicios públicos con gran presencia en energías renovables como EDF, Iberdrola y TenneT se han consolidado como empresas líderes en este mercado, pero también hay otros sectores como el de real estate que han contribuido de forma significativa.

Prácticamente el 80% del volumen de bonos verdes emitidos en 2016 corresponde a deuda corporativa y de entidades financieras mientras que la cuota del volumen emitido por organismos supranacionales se mantiene en el 20%.

En cuanto a demanda, ha seguido aumentando el apetito por este tipo de activos por parte de los inversores institucionales (gestoras de fondos y de pensiones) y se ha extendido geográficamente con nuevos intereses en economías emergentes. Hablamos por lo tanto de un mercado en alza que jugará un papel muy relevante en la financiación de la transición energética de las economías hacia un escenario bajo de emisiones y favoreciendo también un desarrollo sostenible.

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Mayor diversificación geográfica y de moneda

Las emisiones denominadas en euros y en dólares americanos han supuesto aproximadamente el 65% del mercado en 2016 pero también hay que destacar las emisiones procedentes de China denominadas en moneda local CNY, que han crecido este año hasta alcanzar el 30% del volumen total emitido. Esto se debe principalmente a las grandes operaciones protagonizadas por entidades financieras chinas como la realizada por Bank of Communications por 4400 millones de dólares, la operación de mayor volumen hasta la fecha.

Merece también la pena destacar emisiones inaugurales en mercados domésticos y en divisa local en América Latina. En México, Nacional Financiera ha emitido este año un bono verde, estructurado y colocado por BBVA, cuyos fondos se utilizarán para financiar una plantas de energía eólica e hidroeléctrica. También ha destacado la emisión de Ciudad de México que financiará proyectos verdes en la ciudad relacionados con el transporte, el uso eficiente del agua y otros de adaptación que persigan la mejora climática y la sostenibilidad. En Colombia, Bancolombia ha realizado una emisión cuyos fondos se destinarán a financiar edificios “verdes” y otros proyectos con implicaciones climáticas positivas.

También hay que destacar la primera emisión de un gobierno en 2016. La República de Polonia emitió bonos verdes por valor de 750 millones de euros en lo que constituye una declaración de principios por parte de una de las economía hasta ahora más dependientes de energías fósiles.

La emisión de bonos verdes en España

En España, el mercado ha sido liderado por emisiones importantes en el sector corporativo. Aparte de Iberdrola, que ya fue pionera en el mercado de bonos verdes en 2014, hay que destacar a Acciona que en 2016 emitió en dos formatos verdes diferentes, un híbrido entre un préstamo y un bono (bajo ley alemana) y un bono de 22 millones de euros a 15 años, el vencimiento más largo hasta la fecha (colocado por BBVA), para financiar energía renovable.

En el sector financiero hay que resaltar a Caja Rural de Navarra que debutó en el mercado con un bono sostenible de 500 millones de euros a 7 años que tuvo una excelente acogida entre inversores del norte de Europa. Esta emisión sostenible tiene como objetivo financiar proyectos sociales y medioambientales en las regiones donde la Caja tiene actividad y fue colocada por BBVA, Banco Cooperativo, Barclays y Credit Agricole CIB.

En cuanto a los emisores del sector público español, en 2016 el ICO emitió exitosamente su segundo bono social de 500 millones de euros, tras el debut en 2015. Los bonos sociales han adaptado los principios que autorregulan los bonos verdes a financiación de proyectos con un claro impacto social.

BBVA se ha consolidado como la entidad financiera española más activa en la originación y colocación de bonos verdes en 2016, habiendo participado en las emisiones más relevantes en España. El banco ha actuado como Lead Manager en Acciona Green Bond Private Placement, Iberdrola 3rd Green Bond, EDF 2026 Green Bond, Aeropuerto de Ciudad de México, Nacional Financiera, ICO 2nd Social Bond and Caja Rural de Navarra Sustainable Covered Bond.

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