Islas de árboles: una solución prometedora para recuperar la biodiversidad en zonas degradadas
Investigadores alemanes han comenzado a plantar islas de árboles nativos en suelos degradados para restaurar y mejorar las condiciones del suelo. El experimento se ha realizado en Indonesia en tierras agrícolas pobres y degradadas. Los resultados son esperanzadores.

Basta con darse un paseo por el supermercado o la tienda de comestibles más cercana para realizar un interesante experimento: comprobar cuántos productos tienen aceite de palma entre sus ingredientes principales. La conclusión a la que podemos llegar es que el mundo es adicto a este y otros aceites vegetales. Entre 1970 y 2020, la producción mundial de aceite de palma se multiplicó por 40. Hoy se producen 80 millones de toneladas anuales, de las cuales casi un 70 % terminan en alimentos como chocolates, bases de pizza, galletas, bollos, salsas o aperitivos, entre muchos otros. El aceite de palma se utiliza sobre todo para dar la cremosidad que los hace tan atractivos.
En la mayoría de los casos, este aceite ha dado la vuelta al mundo para llegar desde las plantaciones hasta estos productos. La palma aceitera, de la que se extrae, es una planta tropical que necesita unas lluvias abundantes y temperaturas altas. Crece y se explota en muchos países tropicales de África, América del Sur y el Sudeste Asiático, aunque el principal país exportador es Indonesia.
Allí, la plantación de cultivos para satisfacer la demanda mundial de aceite de palma es una de las principales causas de deforestación y de la degradación de los ecosistemas: a lo largo de las últimas décadas, se han ido reemplazando selvas naturales con plantaciones de palma aceitera, muy rentables durante algunos años. Sin embargo, su éxito es limitado.
Estos monocultivos hacen un uso muy intensivo del suelo y tienen una vida útil de unos 25 años. Una vez explotadas al máximo, dejan el terreno degradado y la selva destruida. Recuperar la biodiversidad y la salud del suelo de ecosistemas degradados por los cultivos intensivos de aceite de palma y otros vegetales se ha convertido en una prioridad durante los últimos años, pero todavía no se han identificado muchas estrategias de restauración efectivas.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Göttingen (Alemania) han hecho una serie de experimentos que podrían dar la vuelta a esta situación. El equipo ha liderado un proyecto en Sumatra (Indonesia) que se basa en plantar islas de árboles para restaurar la biodiversidad y recuperar con más facilidad las especies nativas y las condiciones del suelo. Los resultados son, por ahora, prometedores.

Vegetación nativa para transformar los ecosistemas
Las islas de árboles son, como su propio nombre indica, plantaciones aisladas de vegetación nativa que se ubican en paisajes agrícolas degradados. Su dimensión varía mucho, ya que pueden ser pequeñas, de apenas 25 metros cuadrados, o alcanzar cientos de metros cuadrados de extensión.
Los investigadores de la Universidad de Göttingen, en colaboración con diferentes universidades indonesias, plantaron 52 islas de árboles en terrenos degradados de Sumatra. Al cabo de seis años, muchos de estos árboles ya habían comenzado a dar frutos y algunos superaban los 15 metros de altura.
Cuantas más especies de árboles haya al principio, más diverso funcionalmente será el ecosistema restaurado con el tiempo
Detrás de esta mejora está, entre otros aspectos, la actividad de murciélagos, aves y mamíferos, que dispersaron sus semillas y favorecieron que 58 nuevas plantas nativas colonizasen estas islas, aumentando la biodiversidad y mejorando la salud de los ecosistemas.
En el estudio ‘Diverse and larger tree islands promote native tree diversity in oil palm landscapes’, publicado en la revista Science, los investigadores de la universidad alemana destacan que las islas más extensas y diversas son las que ofrecen mejores resultados. “Cuantas más especies de árboles haya al principio, más diverso funcionalmente será el ecosistema restaurado con el tiempo”, explica el profesor Holger Kreft, director del grupo de investigación de Biodiversidad, Macroecología y Biogeografía de la Universidad de Göttingen.
Las conclusiones de este estudio abren el camino a nuevas opciones para favorecer la restauración ecológica con islas de árboles, restaurar las tierras degradadas y plantear métodos innovadores de reforestación. “Nuestro estudio demuestra el potencial de las islas de árboles para transformar tierras agrícolas pobres en biodiversidad en ecosistemas repletos de biodiversidad y plantas nativas”, añade Kreft.
No obstante, el equipo señala que, a pesar de que los resultados de recuperación de biodiversidad con islas de árboles son prometedores, los niveles de biodiversidad en las áreas restauradas siguen siendo mucho más bajos que los de los de los bosques que permanecen intactos. Esto, señalan desde la universidad alemana, destaca la necesidad urgente de proteger las selvas de Indonesia y del resto del planeta.