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Social> Inclusión Social 25 ene 2019

Racismo en Perú: “Nos criamos en un país estructuralmente racista”

Según el escritor y periodista Marco Avilés (Abancay, 1978), “el racismo es la creencia de que algunas personas son inferiores debido a su color, a su cultura, a su origen, a su clase o a una mezcla de todos esos ingredientes”. El autor de 'No soy tu cholo' y otros títulos que retratan y analizan los efectos del racismo en Perú señala que “las ideas racistas atraviesan todos los ámbitos de la sociedad como, por ejemplo, la política, la cultura y la economía. Producen pobreza y normalizan la desigualdad”.

Racismo en Perú: “Nos criamos en un país estructuralmente racista”

A partir de este domingo 27 de enero, Marco Avilés publicará mensualmente la columna de opinión 'Hablemos de Racismo' en la web de la Fundación BBVA Continental, con la intención de sensibilizar sobre esta realidad. Como un adelanto, el escritor y periodista conversó con BBVA.com

Pregunta: ¿Los peruanos somos racistas?

Respuesta: Lo somos en la medida en que nos criamos en un país estructuralmente racista y en la medida en que nos educamos en un sistema que no nos prepara para enfrentar el racismo. Por el contrario, la escuela muchas veces refuerza las ideas racistas. Por eso, así como se promueve un sistema educativo que fomente la igualdad de género, tendríamos que estar impulsando un tipo de educación que nos prepare para desmontar el racismo estructural.

P: ¿Cuál es el grupo más afectado por el racismo en el Perú?

R: Se podría decir que históricamente los indígenas y los afroperuanos. Sin embargo, el racismo carga de violencia la realidad entera. Los cholos migrantes hemos sufrido una presión social enorme para dejar de hablar quechua. Despojarte de tu idioma es una tragedia solo tolerable bajo la utopía del mestizaje. En mi caso, no haberlo aprendido, impide que me comunique con mi abuela y con las personas de mi comunidad de origen sin recurrir a un intérprete. Cortó mis lazos. Dejar de considerarme mestizo y llamarme 'cholo' ha sido un primer peldaño para comenzar a reconocer mi identidad indígena. Y eso soy. Soy un indígena urbano.

P: Hay personas que afirman rechazar el racismo, sin embargo, practican una serie de comportamientos y actitudes que son considerados racistas. ¿Cuáles son los comportamientos típicamente racistas más frecuentes y que muchas personas no perciben como tales?

R: Hay muchos y hasta podríamos hacer un diccionario con ellos. Decir que todos somos mestizos, por ejemplo, o decir que todos somos cholos. Ambas son maneras de invisibilizar a otras identidades.

Decir que el racismo es un asunto de resentidos o un asunto del pasado, también. Ver el racismo y entenderlo exige esfuerzo, experiencia, educación, empatía. Que no hayas sufrido discriminación directa no significa que esta no exista.

La falta de representación es otro problema gigantesco. Los afroperuanos y los indígenas casi no existen en la mayoría de espacios de gobierno, ni en la publicidad, ni en los medios de comunicación, ni en los festivales literarios o de arte. Los que abundan son los ciudadanos blancos y mestizos. Eso no es normal. Que no se discuta, lo hace más grave aún.

Marco Avilés, periodista y escritor peruano.

Marco Avilés realiza una activa labor para desterrar el racismo en el Perú. - Diario Correo, Lima.

Gracias, chino

Entre los peruanos es frecuente llamarnos en términos coloquiales por nuestros rasgos étnicos predominantes. Es común que alguien nos diga 'cholo', 'negro', 'chino' sin una aparente intencionalidad ofensiva. Tanto es así que muchos aceptamos ser llamados de ese modo sin sentirnos agraviados.

P: Marco, ¿esto también se puede considerar una práctica racista?

R: Ah, un clásico de ayer y hoy. Nos llamamos así porque tenemos la costumbre de leernos la piel todo el tiempo. Asumimos que las personas somos, sobre todo, nuestras características físicas. Gordo, chata, enana, ñato, son otras expresiones de lo mismo. Una de las cosas que me llamó la atención de vivir en Estados Unidos es que allá ocurre lo contrario. Las personas evitan mencionar las características físicas de cualquier calibre y menos las referidas a la piel. Que alguien te diga 'negro' allá sería un escándalo. Lo interesante es que en este sistema pigmentocrático donde todos nos llamamos por nuestros colores, no es tan común oír que a alguien blanco lo llamen 'blanco' en ese sentido coloquial: 'oe, blanco'. Suena raro, ¿no? Lo blanco tiene ese poder.

P: El debate sobre el racismo se lleva a cabo de manera más frecuente en las redes sociales que en los medios tradicionales. Este debate, sin embargo, contiene reiteradas expresiones indignadas que no facilitan un diálogo que permita comprender el problema y, por consiguiente, corregir actitudes. ¿Cómo podemos conversar sobre el racismo sin caer en la agresión mutua?

R: Las redes son como los videojuegos, y todos los que las usamos andamos obsesionados con los clics, con los 'likes', con tener la última palabra. Las redes son magníficas para la denuncia y para visibilizar lo que está mal, pero son plataformas limitadas para la conversación. O estás de acuerdo conmigo o no estás. Y si no lo estás, te insulto o te bloqueo.

Toda conversación o debate de fondo sobre racismo debe realizarse necesariamente fuera de las redes sociales

Toda conversación o debate de fondo sobre racismo debe realizarse necesariamente fuera de las redes sociales. Para esto, es vital que existan espacios: programas de tele, de radio, columnas en medios, conferencias, eventos públicos, talleres, cursos... Es allí, en la realidad, donde vamos a poder entendernos y aprender sobre racismo sin agredirnos en el intento. Por eso, me parece buenísimo que ahora exista este espacio de reflexión. Me ayudará a mí mismo a salir de Facebook. [Marco Avilés se refiere a la columna mensual que publicará en la página web de la Fundación BBVA Continental].

En pañales, pero creciendo

P: Con relación a nuestra capacidad de diálogo para lograr consensos que nos lleven a adoptar comportamientos positivos, en sociedades como la norteamericana y la sudafricana, en donde la lucha contra el racismo implicó una movilización prolongada de millones de personas y de alcance nacional, se logró finalmente desarrollar un sistema legal que penalizara el racismo. ¿Cómo anda la legislación peruana en combatir las prácticas racistas?

R: Hay una norma que sanciona la discriminación, pero hemos visto que no se aplica. Los actos públicos de racismo casi nunca son sancionados, porque muchas veces las autoridades que deberían hacerlo no saben o no ven o no entienden qué es el racismo. Sé que este Gobierno está trabajando ahora mismo un proyecto de ley que buscará abordar el racismo de manera más amplia y que contempla la capacitación de los funcionarios.

Estamos en pañales todavía. Pero incluso estando en pañales hemos avanzando en relación a otros países de la región donde el racismo aún es un tabú, como lo era acá hasta hace unos años. Hay que reconocer este avance como un logro social, ciudadano.

El racismo en nuestro país ha sido durante mucho tiempo un tabú

Hay muchísimas personas trabajando para mover esta rueda. No solo denunciando sino mostrando las diferentes maneras de ser peruano. Es emocionante ver a dos jóvenes como Renata Flores y a Liberato Kani cantando en quechua; a Natalia Barrera y Brenda Carpio expresando la belleza multidimensional de lo afroperuano; Yanua Atamain, conquistando un lugar para el idioma awajún en el día de las redes; a Rosa Chávez realizando talleres sobre literatura escrita desde los conos o "periferias" de Lima; y esto solo para mencionar unos pocos nombres.

P: ¿Qué podemos hacer para identificar y erradicar prácticas racistas de la vida cotidiana?

R: El racismo en nuestro país ha sido durante mucho tiempo un tabú. No se hablaba de él. A muchas personas les daba vergüenza decir que habían sido discriminadas, por ejemplo. Y las personas que discriminan van a la defensiva, rehuyendo de las conversaciones incómodas. Por eso, un primer indicador para observar nuestra relación con el racismo es analizar qué tanto hablamos de él en nuestro entorno, con nuestros amigos, colegas, familiares. ¿A menudo? ¿Solo a veces? ¿Nunca? Si tus respuestas son las dos últimas, tienes muchísimo por hacer.