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Arte,cultura y espectáculos Act. 06 nov 2018

Aerosmith, un show inmenso de una banda gigante

Se sabe que las despedidas siempre cargan con enormes dosis de emoción y producen vaivenes, como un sinfín de subidas y bajadas a las que es inútil ponerles freno. Y eso fue lo que se experimentó el sábado, por la noche, en el estadio Único de La Plata, en donde se presentó Aerosmith para ¿despedirse? del público argentino.

Aunque nadie quiso hablar de "adiós", todos lo sintieron como un "hasta la próxima". Los mensajes que los fans grabaron en la cabina de Francés Go Music Experience y que se pudieron ver en la pantalla gigante antes de comenzar el show fueron la muestra más cabal de ello.

Y es que los artistas nunca se terminan. Su obra los sobrevive y los hace eternos. Sus fans no los sueltan, no los dejan irse. Y quienes seguramente no solo no querían soltarlos sino que desearon que el tiempo se detuviera, fueron los tres clientes de BBVA Francés ganadores del Francés Go Music Experience y sus acompañantes, que pudieron compartir un meet & greet en los camarines en los momentos previos al show de la banda oriunda de Boston.

Aerosmith sonó una vez más (y de manera impecable, como siempre) y de nada sirve decir si fue la última, la penúltima o la antepenúltima ocasión. Aerosmith sonará siempre.

Desde temprano fue una fiesta el magnífico estadio de la capital bonaerense, un escenario maravilloso para este tipo de espectáculos monumentales. Más de 35.000 personas ansiosas estallaron cuando Steven Tyler se asomó junto a Joe Perry, Brad Withford, Tom Hamilton y Joey Kramer para apretar el botón de 'on' y desatar dos horas de locura y pasión, en un repaso por cuatro décadas y media de rock potente.

Clientes ganadores de Francés Go Music Experience con los miembros de la legendaria banda. - BBVA Francés

Sesentones con mucha onda, los músicos hicieron bailar a todos, los que estaban en el campo, en las plateas y en los cómodos palcos. El show, sonido, luces, efectos y todos los aditivos lucieron perfectos.

Back in the Saddle fue el primer tema de una cadena que siguió con Love in the Elevator, Cryin, Jaded y Crazy, mientras el público no bajaba ni un poquito el nivel de intensidad. Todos aparecían conectados en la misma sintonía.

En el medio, hubo espacio para que Tyler invitara a una pareja al escenario y se produjera un pedido formal de matrimonio con miles de testigos.

Un punto altísimo de la noche se vivió cuando el público adivinó los primeros acordes de I don´t wanna miss a thing, el tema de la película Armageddon, y uno de los clásicos más reconocidos de la banda. Luego hubo espacio para una versión cover de Come together, de The Beatles, y sonó Dream On, uno de los 500 temas clave del rock and roll, según el Hall de la Fama, y se empezó a cerrar la fiesta con Sweet Emotion.

A esa altura, las almas encendidas se negaban a bajar el nivel de emoción. Los músicos agradecían, el público agradecía, y todos se dedicaban a grabar esas últimas imágenes en sus cabezas, además de en los teléfonos celulares. La ciudad de La Plata se negaba a hablar de final. Fue una noche más de Aerosmith, una de esas que nunca se van a terminar.