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Educación financiera Act. 21 feb 2017

Consejos para elegir bien si no podemos afrontar todos los pagos

Desde luego, no poder afrontar los pagos pendientes no es una situación agradable y nuestro objetivo debe ser afrontarla y superarla sin que perdamos el control de la situación. Nuestros recursos económicos suelen ser más escasos que las necesidades, y hay que determinar fría y razonablemente a qué obligaciones de pago asignamos nuestro dinero, para evitar tener reacciones impulsivas o poco meditadas, y pagar cosas que podrían esperar o no hacerlo en obligaciones inaplazables. Aquí daremos unos cuantos consejos que deseamos útiles al que se pueda encontrar en esa situación.

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Prioridades de pago en los préstamos y créditos

Antes de nada queremos mencionar las fechas de vencimiento de los plazos, recibos, letras, etc, son fijas y no admiten “términos de gracia”, es algo con lo que tenemos que contar para no hacer planteamientos poco realistas, como pedir al empleado de una sucursal bancaria que nos pase unos días más tarde la letra. Si ante la llegada de un recibo, no hacemos la oportuna provisión de fondos en nuestra cuenta, lo normal es que este resulte devuelto. Las consecuencias de devolver un recibo bancario son:

  • Intereses y gastos.
  • Vencimiento anticipado de la operación.
  • Inclusión en un fichero de impagados.

Cualquier incumplimiento en el pago genera una responsabilidad, y si esta obligación deriva de un contrato bancario, existe un agravante, y es que todos los contratos establecen elevados intereses de mora. Además, el contrato puede establecer unos gastos fijos ocasionados por la devolución del recibo.

La acumulación de varios recibos impagados de un préstamo, crédito o tarjeta puede dar origen al vencimiento anticipado de préstamos y créditos, y a que la entidad nos reclame tanto lo impagado como lo que estaba pendiente de vencer. Por eso debemos intentar que ninguna operación tenga varios recibos pendientes. Los contratos de préstamo establecen, por lo general, que desde uno o dos recibos impagados el banco puede proceder al vencimiento anticipado de la operación.

Especial cuidado hay que tener con los préstamos hipotecarios, al ser operaciones que se acostumbran a vencer antes que las demás, préstamos personales o financiaciones al consumo. Debemos intentar no acumular nunca más de un recibo pendiente por el riesgo de vencimiento anticipado que entraña, y que esto jamás suceda con la hipoteca. Por lo tanto, ante dos recibos impagados de la misma operación, hay que pagar siempre el recibo más antiguo, ya que la antigüedad de un recibos impagado también puede ser causa de vencimiento anticipado. Por termino general, los incumplimientos que se inscriben en ficheros de impagados son los de más de 90 días, que es otro motivo a favor de pagar las deudas de mayor antigüedad.

La inclusión en un fichero de impagados nos restará capacidad de maniobra, ya que nos impedirá, en la práctica, el acceso al crédito, con lo que no podremos reestructurar o refinanciar las obligaciones pendientes.

Impagos en recibos de suministros y otros servicios

Otros servicios, no financieros, pueden tener consecuencias como el corte del suministro, que puede ser más o menos automático dependiendo del servicio o suministro que se trate. Servicios esenciales como gas, luz o telefonía fija tienen reguladas las situaciones de corte legalmente, requieren notificación y el transcurso de unos plazos, otros servicios como la telefonía móvil no, y el operador puede suspender el suministro según estipule el contrato o incluso en el momento de producirse el impago. Es este un dato a tener en cuenta a la hora de elegir qué recibo se impaga. Incluso si el recibo ya está abonado, tenemos un plazo de 8 semanas, por término general, para proceder a su devolución, y de esa manera, atender otra obligación más urgente.

En definitiva, debemos evitar improvisar, tenemos que elaborar un listado con nuestros pagos y sus fechas de vencimiento, contrastarlo con el presupuesto del que disponemos, y si no alcanza determinar lo que no pagamos, y prever cómo y cuándo nos pondremos al día con las obligaciones “aplazadas”.