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Consumo 22 ago 2019

El gasto de los hogares españoles en la compra de automóviles se sitúa un 33% por debajo del máximo precrisis

El gasto real en turismos retrocedió un 60% entre 2008 y 2013, y aunque ha crecido de forma ininterrumpida desde entonces, todavía se sitúa un 33% por debajo del máximo precrisis, según el informe Situación Consumo de BBVA Research. Sin embargo, el comportamiento de la demanda de automóviles ha sido heterogéneo por segmento. El gasto en vehículos nuevos cayó un 67% durante la crisis, mientras que en turismos de ocasión descendió un 46%. Aunque la recuperación de la demanda de automóviles nuevos ha sido mayor que la de usados, la distancia a las cifras de gasto de 2007 roza el 37%, frente al 19% en los turismos de ocasión.

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La evolución del gasto en la adquisición de vehículos se explica, fundamentalmente, por los cambios en el número de hogares compradores, tanto en la crisis como durante la recuperación. El porcentaje de familias que adquirieron un turismo se redujo 5,5 puntos porcentuales desde 2007 hasta situarse en el 6,1% en 2013. Desde entonces, el número de compradores ha aumentado un 49% hasta alcanzar el 8,9% de los hogares en 2018.

Durante la crisis, el número de hogares que adquirió un vehículo nuevo disminuyó un 62%, mientras que los hogares que optaron por un coche usado lo hizo cayó un 29%. Aunque la recuperación de la demanda de turismos nuevos ha sido mayor que la de ocasión, el porcentaje de compradores que optan por un automóvil usado supera al de quienes eligen uno nuevo desde 2011.

Además de la reducción del número de demandantes, los cambios en el importe medio también han condicionado la evolución del gasto en la adquisición de vehículos, sobre todo, de ocasión. El gasto medio real en la compra de un turismo nuevo retrocedió un 18% desde 2007 hasta situarse en 17.200 euros en 2015. Desde entonces, ha aumentado un 4%. El importe medio de quienes optaron por un automóvil de ocasión, que disminuyó de forma ininterrumpida entre 2006 y 2012 (-31%), ha repuntado un 15% hasta superar los 5.900 euros en 2018.

La propensión a adquirir un vehículo ha descendido, sobre todo entre los jóvenes

El incremento del gasto en la adquisición de turismos desde 2014 se explica por factores coyunturales, como la mejora de la situación económica, la reducción de la incertidumbre, el avance sostenido de la financiación y la vigencia hasta 2016 del Plan de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE). Sin embargo, otros determinantes de naturaleza estructural, como la preferencia por comprar un automóvil y la demografía, han condicionado la recuperación de la demanda.

Las estimaciones realizadas por BBVA Research a partir de la información suministrada por la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) muestran que la propensión a adquirir un vehículo cayó durante la crisis en todos los grupos de población, y apenas se ha recuperado desde entonces. La probabilidad de comprar un turismo crece cuando lo hace el tamaño familiar, su nivel de ingresos y el número de ocupados. En cuanto a las características del sustentador principal del hogar, se constata que la decisión de comprar disminuye a medida que el cabeza de familia envejece, y es mayor para los hogares sustentados por hombres, divorciados y extranjeros procedentes de otro país de la Unión Europea.

También se aprecia que, a igualdad de las restantes características, los residentes en municipios de más de 100.000 habitantes son menos proclives a adquirir un vehículo que quienes habitan en lugares escasamente poblados. Esto sugiere la existencia de una relación de sustituibilidad entre el transporte privado y el público -u otras formas de desplazamiento- presentes, sobre todo, en las grandes urbes.

Aunque el perfil del comprador se ha mantenido relativamente estable desde mediados de la década pasada, la predisposición de algunos colectivos, como los jóvenes, a adquirir un automóvil ha disminuido con mayor intensidad.

Al comparar dos familias que solo se diferencian en la edad del sustentador principal, la probabilidad de comprar un turismo del hogar encabezado por una persona menor de 35 años multiplicaba por cuatro a la del sustentado por un mayor de 74 años en 2006-2007. Sin embargo, desde 2008, las diferencias entre edades se han estrechado. Así, los hogares encabezados por un joven son ahora tres veces más propensos a adquirir un vehículo que los sustentados por un mayor de 74 años.

El envejecimiento de la población condicionará la demanda de coches en los próximos años

Además del cambio en las preferencias de compra de los hogares, el segundo de los determinantes de naturaleza estructural que ha limitado la demanda de turismos ha sido la evolución de la demografía. Entre 2008 y 2018, la población de menos de 45 años, la más propensa a adquirir un vehículo, se redujo en casi tres millones de personas, mientras que la de 45 o más años aumentó en casi cuatro millones.

Este proceso de envejecimiento de la población se agravará durante las próximas décadas y repercutirá sobre el mercado de automóviles. Según las proyecciones demográficas, elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de menores de 35 años crecerá en torno a 140.000 personas hasta 2045 y la población entre 65 y 84 años, en 3,8 millones. Sin embargo, el grupo entre 35 y 64 años, que concentró más del 70% de los compradores de turismos en 2018, menguará en 3,1 millones de habitantes.